¡Así como leyó el título...! Es un ser pequeño, muy frágil y recibe instrucciones; es decir, que ni siquiera se manda. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, se deleita ejecutando órdenes de venganza, odio, mentiras y muerte. A su paso, ha destruido pueblos enteros.
Tiene tanto poder que doblega al más fuerte, valiente e inteligente de los mortales.
Sus palabras son latigazos de fuego; no obstante, cuando desea, puede expresarse de la manera más dulce, llevar amor y salvar cientos de vidas humanas.
A mi memoria viene un recuerdo muy lejano… Estaba pequeñito, apenas 7 años. Estuve observando durante varios días, la agonía de una señora de 86 años, nacida en el siglo XIX (1881) -datos que recuerdo como si fuera ayer.
Lo que más me llamó la atención, fueron los gestos que hacía… Trataba de decir algo y no podía… Era desesperante… Causaba terror ver esta escena. Finalmente, trajeron un cura (sacerdote católico) para rezar bastante… Cuando por fin falleció, escuché a una persona manifestar que a la anciana le costaba morir, porque estaba penando por algo malo que había hecho en su vida.
Realmente, no sé qué ocurría con la anciana… pero, si le puedo aseverar que no era nada bueno…
¿Por qué será tan difícil controlar la lengua? La utilizamos para expresar todo lo malo: agredir a los demás, ofender, criticar, desmotivar, iniciar guerras, destruir familias enteras… ¡Oh! ¡Cuánta maldad hay en ella y en nuestra mente!
¡La buena noticia es que podemos hacer el esfuerzo para controlarla!
Por:
Eric Enrique Aragón