¿Qué hacer frente al incremento de embarazos en las
escuelas? ¿Establecer una ley marco? ¿Capacitar a los docentes para impartir
educación sexual?
¡Mejor sería derogar el proyecto de ley 61..! Así lo
pregonan muchas organizaciones del país, incluyendo a las iglesias.
Pensar en un marco legal coercitivo podría causar gran
inconformidad en los distintos sectores de la población, tal como está
ocurriendo con el proyecto de ley.
Una ley difícilmente solucionaría el grave problema
por el simple hecho, de que jamás podría abarcar todas las variables
involucradas en cada caso. No existe una
solución mágica ni ley ni reglas generales que podamos utilizar para reducir
los embarazos escolares. Este es un
problema muy delicado, ya que tiene implicaciones emocionales muy fuertes. Se origina
en la familia y “únicamente” puede solucionarse en la familia. Se trata de
adolescentes y en ciertos casos hasta niñas de 10 años, que tienen relaciones
sexuales producto de toda una serie de conflictos que viven en el hogar o
porque la familia se ha desintegrado.
El verdadero problema radica en la conducta de los
progenitores, que no están cumpliendo con la responsabilidad de instruir y dar cariño a los hijos desde que nacen… La base sólida de una buena educación es la que se recibe en los primeros años
de vida en la familia y hará que el adolescente se sienta seguro y tome buenas decisiones.
Ninguna ley puede sustituir la responsabilidad de los
padres ni evitar el aumento de embarazos. Cuando el niño y adolescente
carecen del amor puro que solo se desarrolla en el hogar, todo lo que se haga
será en vano. A los adolescentes no les importará nada, ya que su verdadero
sufrimiento estará “en su ser interior”. Éste es el que hay que solucionar por
medio de la familia.
Desde tiempos remotos, mucho antes del derecho romano,
la tarea de impartir algún conocimiento en materia sexual, estuvo en manos de
los padres. En la actualidad esto no ha cambiado, ni debe cambiar; pues es un
mandato natural y divino. Intentar trastocar este orden, traería más caos…
Son muchos los factores que impulsan a nuestros
jóvenes a tener relaciones sexuales antes de tiempo, aún cuando el cuerpo no se
ha desarrollado como debe ser.
La falta de amor y buenos ejemplos en la familia, desorienta
e impulsa a los jóvenes a practicar las relaciones sexuales como si fuese un
juego y una prioridad.
Toda ley y esfuerzo que se haga debe encaminarse al
fortalecimiento de la FAMILIA. Ésta es la única institución que puede ayudar a
mejorar la calidad de vida de los niños y jóvenes…
También, existen otros personajes e instituciones que deben
cumplir con el rol que les corresponde, nos referimos a los profesores de
ciencias naturales y biología, centros de salud, instituciones sociales,
fundaciones, iglesias y medios de comunicación.
Por: Eric Enrique Aragón