sábado, 12 de diciembre de 2015

Elecciones en Venezuela

Una vez más queda demostrado que ningún gobierno que pretenda usurpar el poder de la Democracia, lo va a conseguir.  Tarde o temprano el pueblo arremete contra esta gente malvada y astuta, que llega a gobernar gracias a la nobleza de los electores que son embaucados.  No obstante, cuando estos "personajes oscuros" obtienen el poder político, empiezan a mostrar las verdaderas cualidades que los adornan: engaño, desprecio, crueldad y ambiciones desmedidas… 

Nicolás Maduro, heredó una dictadura de su predecesor Hugo Chávez. No importa cómo la deseen llamar, es una “dictadura civil”, amparada por el ejército. Sin embargo, cuando el señor Maduro y sus lacayos estaban más confiados, les llegó el golpe contundente, por medio de los votos de castigo, en las elecciones celebradas, el día domingo 6 de diciembre del año 2015, para elegir a los diputados de la Asamblea Nacional.  De los 167 escaños, la oposición obtuvo hasta el momento 99.  Ya es un hecho que la oposición controlará el parlamento.

Las funciones del poder legislativo en Venezuela son amplias; de modo tal, que los diputados de oposición pueden poner al ejecutivo en dificultades; pero, no se trata de medir fuerzas con Nicolás Maduro y su nuevo gabinete ministerial. Es un error que el mandatario declare la guerra institucional a la Asamblea Nacional de Venezuela, que se instalará en enero (2016). 

Un verdadero líder busca la armonía entre los poderes del Estado. No es una pelea de “perros y gatos”. Ambos bandos tienen el deber sagrado y constitucional de buscar las mejores opciones, para que el país salga de la crisis económica, política y social, en la que se encuentra actualmente.

Los dirigentes de la oposición deben estar totalmente claros: que los ciudadanos  votaron por la democracia, libertad, el respeto a los derechos humanos y por una mejor calidad de vida.

A los nuevos parlamentarios (oposición) les toca demostrar al mundo entero, que harán el mayor esfuerzo para solucionar los graves problemas que aquejan a la nación de América del Sur y que son auténticos líderes de la democracia, la libertad y los derechos humanos…


¡Qué Dios bendiga al pueblo de Venezuela!



Por:                                                                                                                 
Eric Enrique Aragón

sábado, 5 de diciembre de 2015

¿Movin representa a todos los independientes de Panamá?

No cabe la menor duda de que los integrantes del Movimiento Independiente por Panamá (Movin), tienen todo el derecho conforme lo establece la Constitución de la República de Panamá, a emitir sus opiniones, sugerencias y a exigir transparencia en la administración pública; sin embargo, ellos no pueden presumir que tienen el derecho exclusivo de hablar por la sociedad civil, ni tampoco atribuirse funciones que le corresponden a los órganos del Estado.

Seguro que la población panameña aplaude la labor que ha realizado Movin, en cuanto a demandar del Órgano Ejecutivo, una mejor selección de los magistrados que deben ocupar sus cargos a partir de enero del próximo año (2016), en la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Incluso, la idea de que los panameños conozcan la trayectoria profesional y moral de los candidatos es excelente por parte de esta agrupación; ya que se le manda un mensaje alto y claro al Presidente y a su Consejo de Gabinete, al igual que a la Asamblea Nacional de Diputados: que deben seleccionar y ratificar a los mejores candidatos.

A pesar del esfuerzo de Movin, los panameños no pueden aceptar que este pequeño grupo afirme que representa a los independientes o a la sociedad civil. Y lo que genera más suspicacia, es que hayan efectuado entrevistas paralelas a los candidatos a la CSJ.

“César Moreno y María Eugenia López, los candidatos que intervinieron en el primer día de audiencias, reconocieron que habían sido llamados por Movin para participar en entrevistas paralelas”. Panamá América, 5 de diciembre de 2015.

Nunca olvide Movin y el Pacto de Estado por la Justicia que participaron en las audiencias públicas a los aspirantes a magistrados de la CSJ, que la sociedad civil comprende todos los sectores del país. Cualquier cambio que se haga en las políticas de Estado nos afecta a todos.

En los periodos de torneo electoral, todos los ciudadanos son importantes para elegir a las autoridades de un país. Este es un derecho humano y constitucional, que convierte a los ciudadanos en socios del Estado, con iguales derechos y deberes; sin distinción de raza, credo, nivel económico, social o académico… En consecuencia, los trabajadores, asegurados, empleados públicos, abogados, ingenieros, comerciantes, industriales, estudiantes, periodistas, jubilados, médicos, enfermeras y otros, ya sea que pertenezcan a un grupo o sean voces individuales, TAMBIÉN, de acuerdo a un Estado de derecho, democrático y respetuoso de los derechos humanos, como la República de Panamá, forman parte de la llamada Sociedad Civil y son independientes   -si no trabajan en el gobierno de turno.

La decisión que tomó el presidente del Colegio Nacional de Abogados de Panamá, José Alvarez, de retirarse de la mesa de audiencias públicas -a los candidatos a magistrados de la CSJ- por las entrevistas unilaterales a los candidatos  que hizo Movin, fue una acción sabia.

Al confirmarse que Movin realizó entrevistas aparte, que utilizó un mecanismo de evaluación sicométrico y que le dice con mucha sutileza al Presidente Varela, que éste tiene que seleccionar a los candidatos que ellos (Movin) recomiendan, es una grave falta a la inteligencia del pueblo panameño.

Primero, la Constitución de Panamá, establece de manera clara como es el mecanismo para elegir a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Si Movin y otros sectores de poder –que son la minoría- no están de acuerdo con el procedimiento constitucional, entonces, hagan una campaña para cambiar la Carta Magna; pero, no pretendan asumir la función que no le corresponde. Violar la Constitución no es la solución del problema de corrupción que existe en el país.

Lo que si debe exigir, no sólo Movin, sino todos los sectores de la nación panameña,  es que el Consejo de Gabinete seleccione a los mejores magistrados a la CSJ y que la Comisión de Credenciales de la Asamblea Nacional de Diputados, haga un trabajo con responsabilidad y transparencia.

Por otra parte, llama mucho la atención que el Presidente Varela, haya mantenido a Movin en la selección de los candidatos a la CSJ.  Algunos miembros de este movimiento trabajan en el actual gobierno. Así no puede haber independencia. La gente de Panamá tiene bastante malicia, como para permitir una artimaña, por parte del Ejecutivo, utilizando a Movin…


Por:                                                                                                                       Eric Enrique Aragón



sábado, 28 de noviembre de 2015

Sociedad civil versus instituciones estatales…

La participación de la sociedad civil es fundamental en estos tiempos complejos. Se podría afirmar que hasta cierto punto es una obligación de los ciudadanos de una nación: estar al tanto de todo lo que ocurre, exigir transparencia y eficiencia a nivel de la administración estatal.

No podemos soñar…y más que soñar, alcanzar algún nivel de progreso en los ideales de desarrollo, democracia e instituciones sólidas, si le ponemos cortapisas a los grupos que no son parte del poder estatal; pero, que desean aportar sus ideas y experiencias al desarrollo nacional.

Se debe tener plena claridad del papel que debe desempeñar la llamada “sociedad civil”.  No se trata de interferir o asumir responsabilidades que le competen a las instituciones estatales.  Tampoco de crear una ilusión para que pensemos que “esos grupos” de la sociedad civil, representan a la mayoría; cuando realmente detrás de ellos existen ciertos intereses bien definidos, que no tienen nada que ver con la búsqueda del bien para la mayoría del país.

Una sociedad civil real y efectiva debe agrupar a todos los sectores: profesionales, empresarios, educadores, trabajadores… Todos deben tener derecho –y de hecho lo tienen- a participar en la vida pública. No podemos permitir que un grupo se crea superior a otro, o que presuma poseer el monopolio de la verdad.  Cada uno de los componentes de la sociedad; incluso, aquellos particulares que no están asociados, tienen algo que aportar al desarrollo del país. 

La sociedad civil organizada tendrá más fuerza y será creíble, si efectivamente representa a todos los sectores… Y no necesariamente deben estar todos de acuerdo para que funcione bien.

Por otra parte la sociedad civil, se organiza con el propósito de “no pedir”, sino, EXIGIR: eficiencia y transparencia en la administración pública.

La sociedad civil “Jamás” deberá pretender asumir el rol que le corresponde a cada poder del estado o instituciones que por ley han sido creadas.  Si lo hace, aunque sea con mucha sutileza, tarde o temprano el “pueblo” se dará cuenta y los pondrá en su lugar. No cometan este error. Desde el Presidente de un Estado, hasta el funcionario más sencillo, tienen responsabilidades asignadas por ley.  

Todos los ciudadanos y agrupaciones civiles, que no han participado en elecciones populares o que no han sido nombrados en altos cargos públicos, tienen todo el derecho constitucional, de participar en la búsqueda de las soluciones de los distintos problemas que nos afectan a todos; pero, con respeto, tolerancia y ocupando cada uno el lugar que le corresponde…



Por                                                                                                                          Eric Enrique Aragón

jueves, 12 de noviembre de 2015

Aprenda a delegar funciones

Delegar funciones es un principio administrativo, indispensable para culminar con éxito cualquier proyecto.  Esta norma gerencial es útil en todos los sectores de la economía (agricultura, comercio, servicios, industria, telecomunicaciones...). Es una etapa del proceso administrativo que todo buen jefe, debe utilizar tanto en la empresa privada como en la administración pública.

Aplicar este principio pareciera fácil. De hecho la mayoría de administradores delegan funciones a los subalternos, aunque lo hagan de forma rudimentaria. No obstante, se cometen muchos errores que inciden en el resultado final del trabajo.

Repartir las tareas entre los colaboradores le quita una “enorme carga” al jefe, de modo que éste pueda ocuparse de otros asuntos. “Así piensan muchos expertos en esta materia”, y no están equivocados. Sin embargo, no lo están haciendo correctamente.

En una empresa o institución gubernamental existen prioridades; es decir, hay problemas que requieren atención inmediata; pero, no significa, que los demás temas no sean importantes. Para el buen jefe todo en su entorno laboral es de gran envergadura, ya que para llegar a la meta propuesta, cada elemento por muy pequeño que sea, debe estar en el sitio adecuado. 

Por ejemplo, una compañía que le da poco valor al aseo de las oficinas o a la conducta de la recepcionista: podría estar dañando su imagen como empresa o la calidad del servicio.

Delegar funciones exige del jefe –llámese gerente, administrador, director, ministro, empresario, presidente- conocer detalladamente el perfil de cada empleado. Concluir que un candidato es ideal para el puesto, porque exhibe un montón de títulos universitarios, es un análisis muy superficial. En estos tiempos, cualquier persona mediocre puede tener varias maestrías. En algunos centros de educación superior, los títulos se obtienen con facilidad, hasta por Internet, basta con tener el dinero necesario para cubrir los costos...

El buen jefe debe conocer hasta que punto cada trabajador es responsable, puntual, leal, desprendido, reservado y eficiente… La asignación de tareas que haga, debe estar de acuerdo a las habilidades y cualidades del candidato. En la administración pública se observa con más frecuencia esta falla; ya que se hacen asignaciones o nombramientos, en base a otros factores distintos a la selección adecuada de los candidatos.

Un colaborador creativo, motivado, con carácter, cualidades de liderazgo, deseos de aprender, es más útil para una empresa que una lista de títulos universitarios. 

Otro error que se comete, es creer que el jefe simplemente debe sentarse a esperar el resultado final. El administrador siempre debe revisar los resultados parciales, antes del producto final.  Si durante el proceso ocurre algún percance, el subalterno a quien se le delegó la tarea podrá hacer las correcciones oportunas…

El jefe cuando delega funciones se libra de todo el trabajo técnico, pero, no queda eximido de la supervisión o seguimiento que debe realizar.

Si algo sale mal, él (jefe) es el mayor responsable. Muchos errores se descubren demasiado tarde para corregirlos.


Por:                                                                                                                         Eric Enrique Aragón

sábado, 24 de octubre de 2015

¡Presunción de inocencia! Principio sagrado

En casi todas las constituciones de América y Europa, se consagra el Principio de Presunción de Inocencia como un recurso legal, que contribuye a equilibrar la balanza de justicia. ¿Por qué? Porque si este valioso principio no se tomara en cuenta, la mayoría de los nacionales de un país, estarían en desventaja ante los tribunales de justicia; además, sería una grave violación a los derechos humanos y a las garantías constitucionales, que por ley debe tener toda persona acusada de cualquier delito o sujeta a demanda judicial.

Cuánto más se respete la Presunción de Inocencia, más transparencia, seriedad y eficiencia tendrá el proceso legal; y menos oportunidad habrá para que el poder económico y la influencia política manipulen el debido proceso.  Es decir, tanto los acusadores (fiscales) como los acusados (imputados), gozarán plenamente de todos los derechos que ofrece la Carta Magna.

El principio de Presunción de Inocencia, forma parte de los derechos inalienables de los seres humanos –aunque durante muchos siglos haya privado de hecho en los procesos legales, la ley del más poderoso.  No obstante, los tiempos han cambiado. Todas las ciencias han evolucionado, y el derecho no se puede quedar atrás…

Al igual que la libertad de prensa y el respeto a los derechos humanos, es materia obligatoria: respetar y defender la Presunción de Inocencia, para alcanzar niveles aceptables de Democracia y Justicia. Además, nunca se debe olvidar que sin una verdadera Justicia, Democracia, Libertad de Expresión y Respeto a los Derechos Humanos, NO se puede avanzar hacia mejores índices de Desarrollo Económico.

La Presunción de Inocencia debe estar implícita en cualquier proceso legal; ya que es parte de una serie de elementos, que configuran la “seguridad jurídica de un país”, necesaria para fomentar las actividades de inversión y turismo.

La tendencia más cómoda es abusar de las medidas cautelares, sobre todo, la famosa “detención preventiva”. Cada caso tiene sus propias características. Argumentar o suponer que todos los imputados carecen de la intención de enfrentar la justicia, NO es cierto. Es inhumano enviar a las personas a las cárceles, por simple capricho, influencia externa o por seguir una práctica que viola la razón de ser del derecho.
El Derecho se define en su forma más simple y comprensible para los miembros de una sociedad, como el conjunto de normas y reglamentos legales, cuya finalidad es preservar el correcto orden social.

Si una persona es acusada de violar las leyes o cometer un delito; entonces, lo primero que se hace es Presumir su Inocencia (salvo que ella misma confiese su falta sin ninguna presión o se le haya encontrado infraganti).  

Si las autoridades competentes –respetando las garantías constitucionales, los derechos humanos, el debido proceso y sin abusar de las medidas cautelares- demuestran, sin lugar a dudas, la culpabilidad del imputado, se le aplica la sanción contemplada en la ley.

La ciencia del Derecho, en su parte técnica, respeta la dignidad humana, no avasalla a nadie, no se deja influir por nada. Su objetivo: crear y defender las condiciones adecuadas -debido proceso- para llegar a un veredicto, donde el único ganador sea la JUSTICIA.



Por:                                                                                                                       Eric Enrique Aragón