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sábado, 8 de mayo de 2010

¡Mi vida… una ironía...! (Relato)


¡La historia de mi vida…! Tiene tantas anécdotas que cuando se la cuento a alguien y sobre todo a la gente joven, les causa risa…

A veces he tenido que ganarme algún dinerito para sobrevivir, trabajando unas pocas horas como profesor –es lo único que me ofrecen- y créanme que hay que hacer malabarismos para comer y pagar el alquiler.

En ciertos momentos libres, cuando converso con los jóvenes estudiantes y éstos me preguntan por los eventos de mi vida, yo me animo a contarles –por supuesto, no todo se les puede relatar-.
En otras ocasiones, también, algún adulto o contemporáneo (ya casi estoy en los cincuenta años), desea conocer mi pasado…
Cuando tomo la decisión de narrar algún detalle de mi vida, terminan mis interlocutores con una sonrisa –que más parece burla- o un gesto de ironía, porque hallan la narración de algunas facetas de mi vida, algo fantásticas o sacadas de la mente del productor de cine: Steven Spielberg.

Aún no puedo explicar como pude llegar a las aulas universitarias y como si fuese poco llegar a ser un estudiante distinguido… Mi niñez y mi adolescencia están cargadas de tantos sinsabores, que a esta edad debí en lugar de contemplar las estrellas, como lo hago al amanecer, estar estrellado…

Mi verdadera madre, una gitana que emigró a Centroamérica (Costa Rica), en los años 50, y que mi mente no logra recordar bien. "Una leve y borrosa imagen de una mujer esbelta, clara de piel, con su rizado y largo cabello", es lo único que logro ver en lo más recóndito de mis recuerdos… ¡Es comprensible que no la recuerde! La última vez que la vi sólo tenía 4 añitos…

Después me convertí en una bola –entiéndase la expresión en forma literal-; ya que distintas personas, entre el país llamado Panamá y Costa Rica, intentaban adoptarme de hecho, pues legalmente nadie lo hizo ni le interesó. En fin, la historia siempre era la misma: “te queremos educar…” y al siguiente año me largaban como un… Bueno… hay que utilizar la imaginación… No cabe la menor duda de que soy hijo de una gitana… ¡Nunca…! ¡Jamás! Me pude adaptar a un lugar o tomar en serio algo. Siempre fui inestable, soñador y aventurero… Desde que tuve uso de razón mis pensamientos siempre han estado en un lugar lejano...Quizás es cierto lo que dicen… Que la sangre llama…

A los ocho años me ganaba mi propio dinero, limpiando zapatos o vendiendo frutas para algún fulano… Me iba con otros mozalbetes a los grandes ríos, llenos de fuertes corrientes y remolinos. Recuerdo una vez que una señora me llevó a su casa. Era una familia pobrecita que vivía en un campo… La señora, bueno, para mí era mayor…Pero realmente se trataba de una mujer joven que trabajaba como empleada doméstica en la gran ciudad… El asunto es que un día salimos a visitar a una vecina, cuya casa estaba lejos. Así es el vecindario en el campo… Cuando estábamos donde la vecina, se me ocurrió lanzarme a un río que estaba frente a la casa de ésta. El charco parecía poco profundo… ¡Sorpresa la mía! Se trataba de un río sumamente hondo y con fuertes corrientes… ¡Me estaba ahogando...! ¡Tragaba agua, trataba de gritar y no podía...! ¡Movía las manos desesperadamente! –"estaba pequeñito, no podía hacer más"- milagrosamente la misma corriente que me estaba ahogando, me llevó a las raíces acuáticas de un gran árbol que estaba a la orilla del río. No sé como pude agarrarme desesperadamente de las raíces y salir del río… Me encontraba asustado, era una experiencia sobrehumana para un niño… ¡Lo increíble de todo es que las dos mujeres estaban hablando tranquilamente y jamás se dieron cuenta de mi agonía…! En lugar de traumatizarme esta mala experiencia, me convertí en un excelente nadador a los nueve años. "No hubo río por más peligroso que fuese, que me asustara…"

En otra ocasión, un supuesto padrastro, esposo de una señora que según ella, mi mamá me regaló. Pero ¡Jamás! durante el tiempo que estuve con ellos supieron darme una explicación coherente y satisfactoria de tal hecho. Más bien pensaba y aún lo hago, que ellos pudieron comprarme o que alguien me plagió… Estamos hablando de una época en la cual no había tanta bulla ni investigaciones por estos actos… A menos que se tratara de gente influyente o adinerada… ¡Pero gitanos…! Éstos eran tratados mal en Europa y en todas partes del mundo…

El señor –supuesto padrastro- me llevó a vivir con él, ya que estaba separado de la señora. Me inscribió en un buen colegio católico, donde estuve poco tiempo; sin embargo, recibí una excelente formación moral y buenos ejemplos que marcaron mi porvenir… Recuerdo que estando con él conocí de cerca los grandes barcos que venían de Europa a buscar bananas… Vivíamos cerca de un gran puerto al cual llegaban los grandes barcos… El padrastro mío –poco tiempo duró su papel como padrastro- trabajaba para la compañía multinacional Chiquita Brands International, que se dedicaba a la producción y exportación de bananas. Subir a los barcos y recorrer todas las secciones fue tan impresionante, que quería trabajar en uno de éstos. Nunca me dejaron laborar en estas embarcaciones, pues, el señor (padrastro) alegaba que tenía que hacer muchos trámites, porque yo era menor de edad. Déjenme decirles que en esos años hasta un fantasma podía trabajar fácilmente en los barcos… Lo más que alcancé, fue trabajar unos días en un barco de cabotaje…

En pocos meses este señor, con sus comentarios y regaños, me hacía sentir como el mozalbete más rebelde de la época (años 60 y principios del 70). Ahora que tengo buen uso de razón, me doy cuenta que simplemente preparaba el camino para deshacerse de mí… Y así fue… me tiró a la calle como un…Nuevamente… La imaginación… Pero, antes de que esto sucediera, a los doce años de edad, con un montón de monedas (centésimos) que sumaban un dólar, me escapé de la casa y con un poco de creatividad, conseguí subirme a un avión carguero –en ese tiempo muchos utilizaban hélices- y viajar lejos, aunque al rato me devolvieron, sin mayores consecuencias…

Mi vida está llena de emocionantes aventuras y eventos dramáticos, que espero contarlos poco a poco…





Por: Eric Aragón
08/05/2010










miércoles, 29 de julio de 2009

El amor en los tiempos del cólera

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA (Gabriel García Márquez).

Introducción:

El amor en los tiempos del cólera es una novela de amor de Gabriel García Márquez, Premio Nobel en 1982, publicada en 1985.

Es, principalmente, un compendio acerca del amor y sus múltiples variantes, un estudio sobre el paso del tiempo que destruye y reconstruye almas y ciudades, sobre la memoria y sus infinitos laberintos.

La trama se desarrolla en Centroamérica a principios de siglo, época en la cual, según el narrador, los signos del enamoramiento podían ser confundidos con los síntomas del cólera.

Al igual que el caudaloso Magdalena, a cuyas orillas se desarrolla, la historia serpentea y fluye, rítmica y pausada, y prosa abajo va narrando a través de más de sesenta años la vida de los personajes principales, Fermina Daza, Florentino Ariza y el doctor Juvenal Urbino de la Calle.

Y poco a poco, este escenario y estos personajes, como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del autor modela y fantasea, van desembocando en los terrenos del mito y la leyenda, acercándose a un oscilante y tenue final feliz. Sin duda, la temática es profunda, rica, realista y conmovedora.

García Márquez hace hincapié en cuestiones trascendentales en la vida del hombre, tales como la familia, la amistad, el amor en las diferentes etapas de la vida, la fidelidad, la convivencia conyugal, y la muerte, apelando para ello a un recurso ampliamente descriptivo.

Mediante un lenguaje lleno de riqueza y versatilidad, el escritor colombiano narra el esquema complejo, verosímil y esperanzado de un mundo que se asemeja, más de lo que nosotros pensamos, al mundo en que vivimos.

De esta manera nos demuestra una vez más que la vida no es otra cosa que el trabajo interminable para el que los seres humanos fuimos creados.

Resumen:

La historia transcurre en el pueblo caribeño de La Manga, el cual vive sumido continuas guerras civiles y la amenaza constante del cólera.Fermina Daza junto a su padre, Lorenzo Daza, y su tía, Escolástica, se mudaron desde San Juan de la Ciénaga a La Manga en busca de un futuro más alentador.

Una vez allí, aparece Florentino Ariza que se enamora perdidamente de Fermina, a la cual comienza a asediar con extensas cartas de amor a las que, mas tarde, Fermina corresponde. Pero, un día, Lorenzo Daza es avisado del carteo y decide irse a pasar una temporada lejos de La Manga, puesto que él quería otro tipo de marido para su hija.

Así pues, marcharon a San Juan de la Ciénaga donde Fermina, compinchada con su prima Hildebranda Sánchez, sigue manteniendo correspondencia con Florentino.Con el tiempo, la familia Daza vuelve a La Manga.

Un día en el que Fermina va al mercado, se encuentra con Florentino, dándose cuenta, al instante, de que no está enamorada de él, y así se lo comunica. Florentino queda destrozado, pero se jura a sí mismo que tarde o temprano conseguirá el amor de Fermina.

El tiempo transcurre, y un buen día en el que Fermina cae enferma, acude a hacerla una visita el médico del pueblo, Juvenal Urbino de la Calle. Éste, al ver la altanería y el orgullo de Fermina, cae rendido a sus pies y hace todo lo posible para que ella acepte casarse con él. Tras varios intentos, Fermina cede ante la insistencia del médico y se casan, ante la gran pena de Florentino.

Florentino, ante la desesperación de la pérdida súbita de Fermina, “decide” que Juvenal Urbino morirá antes que Fermina, y por tanto, al quedar ésta sola, él aparecerá para vivir ese amor que le había sido prohibido.

Un día de Pentecostes, en el que la vejez ya se había asentado en los personajes, Juvenal, al intentar rescatar a su loro que estaba atrapado en un árbol, muere al caer desde una escalera.

Ese mismo día, en el velatorio por el afamado doctor, aparece Florentino que aprovecha para recordarle a Fermina la promesa de que iba a esperarla por siempre echa en su juventud, a lo que Fermina responde ofendida, puesto que lo toma como una osadía.

Pasado un tiempo de la muerte de Juvenal, Florentino retoma el carteo con Fermina, que al principio se muestra reticente. Pero al celebrar un año de la muerte de Juvenal, Florentino acude a la misa y Fermina le saluda con gran énfasis, hecho que Florentino toma como una esperanza.

Así pues, pasados unos días, se presenta en casa de Fermina, hecho que se va a convertir en costumbre y que Fermina va a agradecer.

Transcurren los días y los meses, y Fermina decide hacer un viaje por el río Magdalena, que es preparado por Florentino.

El viaje, que en principio sólo lo iba a hacer Fermina, resulta que se convierte en una especie de luna de miel entre ambos en el que, finalmente descubren que el amor puede aparecer a cualquier edad, en el caso de Fermina, o continuar toda la vida, en el caso de Florentino.

viernes, 10 de julio de 2009

Un paseo por el cielo...I

Hace varios meses -quizás ya tengo un buen par de años- acostumbro ir en las mañanas, aunque no todos los días, a un centro comercial muy popular, llamado Albrook Mall, ubicado en una extensa área -conocida en el pasado como Zona del Canal -en este lugar estuvieron algunas bases militares de los Estados Unidos de Norteamérica.

Llego casi a la hora en que abren este centro comercial, y me dirijo sin desviarme del camino, al área donde están los restaurantes. Éste es un ambiente muy acogedor. Los restaurantes están ubicados uno al lado del otro -y los hay de todos los tamaños y tipo de servicio: desde comida rápida hasta venta de dulces y helados; y por supuesto, mi preferido capuccino.

Imagínese los restaurantes uno al lado del otro, formando un gran cuadro, cuya entrada es uno de sus lados abierto. En el centro se aprecia una gran cantidad de sillas y mesas con muchos colores y dibujos (anuncios publicitarios) ; también, a la salida se encuentra un gran aparato de diversión para los niños (los llamados caballitos). Y si mira para arriba (hacia el techo del local), habrá más colores, anuncios publicitarios, restaurantes y heladerías; ya que en la parte superior se tiene otro piso...

En fin... se trata de un ambiente acogedor, tranquilo, que distrae la vista e invita a cualquier semejante a reflexionar... Claro...! No se le ocurra ir cuando está lleno de parroquianos, pues no se diferenciará del mercado público...

Al principio no le prestaba atención a nada, me daba igual comprar café aquí o allá... Pero, un día le presté atención a una joven que trabaja en uno de los restaurantes... ¡Bueno...! Otras veces la había observado. Incluso, tenía la idea de que la había visto en otro lugar...Tal vez trabajando en ese mismo restaurante o en otro, pero, de lo que si estoy seguro, es que mi vago recuerdo se remonta al pasado. Cuando ella estaba jovencita... Y no es que sea una vieja... pero, si se ve más madurita. Pienso que su edad debe estar entre los veintiocho y treinta y seis años ...

No sé en que momento me deje llevar por ese sentimiento romántico que siempre me ha traído desdicha, a mi ya fracturada existencia... Esta es una carga muy pesada que me ha puesto al borde del más profundo dolor que pueda sentir un ser humano... Es un defecto para mí, porque me hace creer que existe un mundo perfecto. Donde no hay buenos ni malos; feos ni bonitos; ricos ni pobres: simplemente, gobiernan lo más puros sentimientos del alma... ¡ Sí, es como dar un paseo por el cielo...!

Recuerdo que un día me atendió una joven; no la que me interesa, pues, siempre que llego está en la cocina; nada más la veo cuando sale a dejar las tortillas. Cuando la joven me estaba sirviendo el café, salió de la cocina la que si me interesa, y le preguntó a las personas que estaban en la fila...¡ Que querían comprar! Yo estaba casi enfrente de ella, a un lado de la fila, esperando que la otra joven me despachará el café... En ese preciso momento, la joven que me atendía, me preguntó: ¿ Señor, desea el café con leche...? Ahora recuerdo que además de mi capuccino, pedí un café para un señor que trabaja como guardia de seguridad -éste me solicitó el favor que le comprara café... El asunto es que le contesté a la joven en forma jocosa: que no me dijera señor... " Yo soy joven, soltero y busco una novia... " Me olvidé en ese momento de las personas que estaban en la fila... Únicamente me interesaba la joven... Por cierto...no sé cómo se llama...

Tanto tiempo que me atendió la joven, cuyo nombre no sé, y jamás se me ocurrió -a pesar de que me llamaba la atención- hacer amistad con ella. Tan fácil que resulta para mí iniciar una conversación con las jóvenes y mujeres mayores que me atienden en los restaurantes... Pues, la facilidad de palabras vence la timidez... Y ahora no me atrevo ni a mirarla... Pues, no cabe la menor duda de que la idealice...Como hago cada vez que entró en ese mundo romántico, que tanta angustia ha traído a mi vida, porque me hace ver lo que no existe: creer en la nobleza y la perfección...

Estoy plenamente consciente que se trata de un juego de mi mente, de una mala jugada que me quiere hacer. Actualmente he recibido una serie de noticias negativas... Sin lugar a dudas me encuentro en el mar de la desesperación y el dolor; de modo que la vida misma tenía que rematarme con un golpe certero, como lo hizo muchas veces en el pasado: con un sueño romántico inalcanzable... Y ahora hay que sumar otro elemento cruel que jamás se detiene, no perdona y acaba sin ninguna misericordia con los más nobles ideales... La edad que avanza como aquel condenado a muerte que le rezan en sus últimos momentos de vida...

Entre pensamiento y pensamiento, se me ocurrió la idea de ensayar una novela romántica; o mejor dicho redactar un extracto o resumen de esta novela y ponerla en la Internet, con el fin de avaluar la reacción de los lectores...


CONTINUARÁ...