martes, 9 de diciembre de 2014

Palabras mágicas…

Los bienes materiales son importantes, sobre todo el dinero. En cualquier país de nuestro planeta, se pueden resolver muchos problemas con el hecho de tener dinero. Por ejemplo, se puede pagar la casa, la escuela de los hijos, comprar los alimentos necesarios para la vida, cubrir los gastos de una operación quirúrgica o hacer una donación para una noble causa.

Éstos son algunos excelentes usos que se le puede dar al dinero; sin embargo, existe algo que es difícil de percibir “a simple vista”, pues requiere más agudeza mental, pero, es tan esencial como el dinero; tal vez más importante, porque tiene que ver con los sentimientos del ser humano; es decir, aquello que está en nuestro interior y que nos impulsa a seguir el largo sendero de nuestra existencia, que por las leyes naturales, está lleno de espinas, que pueden causar mucho dolor, a veces difícil de superar.

“Las palabras tienen un efecto poderoso sobre las personas”. Con ellas podemos solucionar cualquier percance o complicarlo más; motivar o destruir el futuro de un niño, consolidar o desintegrar una familia; motivar o desmotivar a un trabajador; llevar deseos de vivir a millones de personas enfermas, o simplemente, no hacer nada…

La idea es que cada ser humano esté consciente de que vino a este mundo con un bello y noble Don, que adorna su vida: “el don de utilizar las palabras para llevar esperanza, fe, motivación y deseos de vivir a muchos semejantes que necesitan de nosotros".

Lo importante es que usted convierta sus palabras en “Palabras Mágicas”, que lleven vida a los demás y no destrucción…

Para que estas palabras sean mágicas, primero, debe hablar con el Dios de bondad que siempre está cerca. Basta con pronunciar su nombre y el responderá sin fallar a nuestras súplicas. Lo que sigue dependerá del grado de sinceridad y deseos que usted tenga de ayudar a los demás. 

Recuerde cuando usted lleva alegría a los demás, “las puertas del cielo se abrirán” y caerán muchas bendiciones sobre usted y su familia.

Al Dios que está en los cielos y a su hijo Jesucristo, sean todas las alabanzas eternamente…




Por:                                                                                                                                                
Eric Enrique Aragón


lunes, 10 de noviembre de 2014

El gato se comió a los pericos…


¡Qué desesperación…! No encontraba el número, parece que por un descuido presioné la tecla equivocada de mi celular y como resultado borré el número telefónico de Diana. Por fin logré llamarla; pero no sé en qué momento le pregunté por los pericos. La familia contaba con 4 pericos. Se puede decir que el avispado jovencito Michael los había conseguido todos. Hasta donde recuerdo compró dos y los otros dos los atrapó él mismo ¡Ingenioso!

Lo cierto es que la familia entera, incluyendo a la hermosa e inteligente Dianita, se encariñaron con las aves.  Los pericos eran parte de la familia  ¡No era para menos! Ya había pasado más de un año; sin embargo, las amenazas para los queridos pericos eran diarias; pues, los gatos callejeros iban y venían.

 La familia es una de las pocas que en estos tiempos modernos quedan. Animal que llega de la calle le dan comida. ¡0h! Se me ocurre pensar que los animales en su lenguaje habrán corrido la voz.

La gente hoy día ha endurecido su corazón. De nada sirve tanta tecnología, dinero, belleza física, preparación académica, si lo principal en lo seres humanos: su interior está lleno de oscuridad. No hay en ellos bondad, ternura, amor, solidaridad; es decir, no sienten nada sublime. Muchos pensadores lo han dicho –no se equivocaron- la persona que trata mal a los animales, jamás podrá sentir algo bueno por sus semejantes…

El asunto es que me causó mucha tristeza cuando Diana (la bella y noble mamá) me manifestó que los gatos se comieron a dos pericos. ¡Qué dolor! Yo los conocía a todos (los pericos), y puedo dar fe del amor que la familia sentía por ellos y viceversa…

Lo irónico del tema es que yo siempre pensaba en los pericos… Me preocupaba el hecho de que se descuidaran con ellos y finalmente terminaran siendo el almuerzo o cena de algún gato callejero.  ¡Así fue…!

¡Qué Dios los tenga en su gloria!  No hay que descuidarse más con los animales domésticos. Ellos, los animales, confían en sus protectores; así como el bebé confía siempre en su madre…



Por:
Eric Enrique Aragón

martes, 2 de septiembre de 2014

Nepotismo

Concepto que se refiere a la tendencia de aquellos individuos que ostentan el poder, de nombrar a familiares y amigos en puestos públicos. Esta es una práctica viejísima que ha llegado a nuestros días. En todos los países donde existe Democracia y Libertad de Expresión, algunos políticos pretenden hacerle creer al pueblo que el nepotismo es una buena práctica; sin embargo, a lo largo de los siglos se ha demostrado lo contrario.

En la antigua Grecia, el tirano Pisístrato nombró a parientes y amigos, con la finalidad de proteger al pueblo ateniense de los aristócratas políticos. Antes de fallecer dejó en el poder a sus dos hijos, quienes más adelante fueron derrocados por abuso de poder. Posteriormente se estableció la Democracia en Atenas.

Otro caso destacado ocurrió en la época romana (Edad Antigua). Pompeyo, Cónsul de la República Romana, hombre rico, político y general, formó parte de una alianza política con Marco Licinio Craso y Cayo Julio César, llamada Primer Triunvirato -, que marcó el destino político y militar de la última etapa de la República Romana; nombró a su suegro Cecilio Metelo Escipión, en un puesto político y militar de gran envergadura e influencia. Metelo Escipión, no demostró la capacidad adecuada para el cargo, a tal extremo que fue acusado de soborno ante el Senado por el Tribuno Marco Antonio.

En la Edad Media, ciertos Papas y Obispos de la Iglesia Católica, nombraban a parientes en altos cargos, como el de Cardenal, para seguir controlando el poder.

Napoleón Bonaparte, también utilizó esta vieja artimaña, de nombrar a familiares en altas posiciones para formar su imperio, en gran parte de Europa (inicios de la Edad Contemporánea).

Estos son algunos casos relevantes de nepotismo, de miles y miles a través de la historia de la humanidad, que demuestran que esta práctica no ha sido beneficiosa para el pueblo ni para los propios gobernantes. Los resultados siempre han sido en muchos casos nefastos.

No podemos vivir creyendo, que aquel funcionario público con mando y poder, si tiene la oportunidad, no va a favorecer a parientes y amigos. Además, es lógico rodearse de personas de confianza… ¡Cómo dicen los gobernantes! ¡Gente que me cuide la espalda…! Las Constituciones de los distintos Estados, establecen las restricciones para estos casos; pero, siempre permiten en algunas posiciones este tipo de nombramiento.

El dilema radica en determinar hasta que punto esta práctica es positiva. En otras palabras, no abusar de esta clase de nombramiento y estar bien seguro de que la persona que se nombra es la correcta. No bastan los méritos académicos y profesionales; igual hay que comprobar que será capaz de conducirse con toda honestidad, transparencia y rendirá cuentas al país de su gestión sin ningún problema. El funcionario público está obligado a ser leal al pueblo y a las leyes del país. ¡Por supuesto, el Servidor Público debe  ser cuestionado por la sociedad civil y los medios de comunicación, cuántas veces sea necesario; esto es parte de la transparencia!

Por otro lado, nombrar parientes en puestos públicos, puede traerle problemas morales, familiares, legales y políticos al gobernante de turno, si existen denuncias de corrupción.

Este problema lo debe resolver el gobernante con su buena capacidad analítica y la experiencia política que debe tener...





 Por:                                                                                                                      
 Eric Enrique Aragón 







martes, 19 de agosto de 2014

Impactante noticia

Nadie desea hablar de la muerte. Este es un tema poco inspirador. Sin embargo, la muerte siempre está cerca. La ley de la naturaleza y la divina, establecieron que todo ser vivo que nace, al final de sus días debe morir.

La muerte de un familiar, incluso, de cualquier persona causa mucha impresión. ¡Por supuesto! Si esta muerte es trágica mayor es el dolor causado.

No podemos desconocer el hecho de que ciertas muertes a nivel mundial, impactan bastante; ya sea por la fama, nivel de influencia que proyectan o porque hay niños involucrados.  Si la muerte ha sido violenta o provocada, aún mayor es el dolor.

La noticia del suicidio del famoso actor Robin Williams, es una de estas muertes que ha impactado a nivel mundial; sobre todo, a aquéllos que vieron sus fabulosas películas, en su mayoría comedias.

Un actor que llevó alegría y esperanza a millones de personas, a través de sus comedias. Un personaje que siempre se mostró motivador y digno de imitar en sus películas. ¡Claro que causa mucha tristeza la muerte de Robin Williams!

En su vida real también fue un luchador. Durante varios años, se enfrentó como un valiente a enemigos muy poderosos: el alcoholismo y las drogas. Y como si fuese poco, le diagnostican el mal de Parkinson. ¡Oh qué enemigos!

Por último, la depresión invade su corazón. Lo más seguro es que hizo todo el esfuerzo humano para vencerla. Lamentablemente no pudo. Creyó que podía acabar con su angustia quitándose la vida; una decisión difícil, pero, equivocada.

No cabe la menor duda, de que este famoso personaje tenía un corazón noble.  Ningún actor puede representar tantos papeles motivadores como Robin Williams, si no hay pureza en el corazón. Así lo han declarado de una u otra forma, todos aquéllos que conocieron a Robin. ¡Qué Dios te guarde siempre Robin Williams!

No hay ninguna persona que no sea vulnerable a la depresión. Este es un mal muy propio de esta época moderna, saturada de sofisticada tecnología; a tal punto que los seres humanos han perdido un poco –para no decir casi todo- ese toque humano, de nobles sentimientos, que debe adornar el corazón, valorar a la familia y acercarnos más a Nuestro Creador.

Lo normal es que la depresión así como llega, sin que nadie la desee, se aleje; si persiste durante muchos días o viene con más frecuencia, se convierte en un mal crónico. En este punto la persona que la padece debe estar alerta, de manera tal que no incida negativamente en su mente.

La unidad familiar implica que los miembros de la familia deben apoyarse y cuidarse. Nunca deben faltar las expresiones de cariño. A veces las personas se dejan vencer por la depresión y la angustia, porque se sienten solos, sin cariño.

El amor vence cualquier enfermedad. Nunca olvidemos que nada puede estar completo en este mundo terrenal, si no incluimos a Nuestro Señor Jesucristo, en la vida cotidiana.  Haga una oración de Fe todos los días. Cuéntele sus problemas y pídale a Dios la fuerza necesaria para vencer la tristeza, la soledad, la depresión o la angustia que invade su corazón.


Por:                                                                                                                 
Eric Enrique Aragón

domingo, 8 de junio de 2014

¿Por qué debo confiar en Dios?

¡Una pregunta difícil de responder! Cuando las personas están bien; es decir, no tienen ningún serio problema, les da igual pensar en Dios o en su hijo Jesucristo, asistir a la iglesia o no hacerlo; orar o pasar por alto la oración. ¡Quizás sea mejor que las personas no piensen en Dios, si no lo hacen de corazón! Usted ve el gentío en las iglesias o haciendo alarde de cuánto puedan, para demostrar ante los semejantes que tienen fe o son verdaderos creyentes en Dios; pero, la realidad de las cosas, es que se trata de un gran engaño.

Creer en Dios o ser cristiano es más que asistir a la iglesia todos los domingos o expresar públicamente la creencia en Jesús. Se trata de un sistema de vida diferente o un cambio en el interior de las personas. Sus pensamientos y acciones deben ir siempre de la mano. Tampoco es sentirse fuerte espiritualmente o jactarse de la fe que se tiene; tal como lo hacen aquellos que se pasean por todas partes con una biblia debajo del brazo o no paran de hablar del evangelio…

El verdadero creyente en Dios está consciente de su debilidad humana; entiende que por más demostraciones de fe que haga, aunque sean sinceras; puede caer en el pecado o en malas prácticas en el momento que menos lo espera o está totalmente desprevenido. Porqué así es. La misma biblia lo enseña (los evangelios): las fuerzas del mal no descansan, siempre están al acecho y crea que cuando más se descuide usted –algo natural en los mortales- allí estará el mal. 

Sin embargo, el peor enemigo de uno es el propio “yo”. La mente es un constante campo de batalla, entre los pensamientos negativos, que a veces parecen atraernos más y los pensamientos positivos o aquellos que están de acuerdo con los principios cristianos,  la moral y el bien de la sociedad.

Existen muchas razones para confiar siempre en Jesús. Cada uno de nosotros debe aprender a encontrar esas razones, y si no puede, entonces, pídale a Dios que le dé la sabiduría necesaria para descubrir los motivos para confiar en Jesús. Casi siempre esas razones están frente a nosotros, pero, no las podemos ver ni sentir, ya que siempre procuramos ver lo espiritual desde nuestra propia perspectiva o punto de vista. ¡Aquí está el gran error! Para apreciar la presencia divina en la naturaleza, en la sonrisa de un niño, en la lluvia, el sol o en una simple conversación con los semejantes, se requieren ojos espirituales y éstos únicamente los concede Dios; al igual que el deseo de leer algún pasaje bíblico y sentir como la lectura nos purifica en nuestro interior –sólo Jesús puede darnos esta concesión.

Es muy duro pedirle a las personas que confíen en Dios, cuando están llenas de problemas, en la miseria, enfermos o han perdido seres amados.  Debe creer que Nuestro Señor Jesucristo, nos puede dar esa sabiduría, que no es humana, sino espiritual, para entender que una situación difícil en la vida de cualquier ser humano, podría ser un medio de Dios para bendecir.

La gracia de Dios o su Bendición, no se puede comprar con nada de este mundo… En serio que es duro creer esto. Pero, el sufrimiento purifica el alma humana, nos acerca más a Dios y nos hace personas con mejores sentimientos.

“Hubiese yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Dios”



Por:
Eric Enrique Aragón