lunes, 23 de abril de 2012

Juan Carlos Navarro, la mejor opción al triunfo del PRD


“Bajo ninguna circunstancia la nación panameña debe perder la esperanza en un mañana mejor”.

Es cierto que en la pasada campaña política, se hicieron muchas promesas que impactaron el corazón de los nobles panameños.  Lamentablemente, el tiempo y los escándalos protagonizados por el gobierno, transformaron “esas promesas”, simplemente, en bellas palabras y mayor decepción de la clase política, que con tal de seguir aprovechándose del poder, son capaces hasta de venderle el alma al mismísimo diablo.

Sin embargo, el pintoresco y lindo Panamá, no está condenado a ser gobernado por los malos políticos. ¡Gracias a Dios! La mayor parte de la población es decente y de buen corazón.  Al igual, existe todavía una determinada cantidad de líderes políticos: jóvenes, inteligentes, con principios morales  y sobre todo, inclinados a servir a los demás; que únicamente esperan que se les dé la oportunidad de trabajar en beneficio del país, y más que todo, en favor de la clase más vulnerable, que sufre con mayor intensidad, los resultados negativos de las decisiones equivocadas de los gobernantes.
“Piensa positivamente, selecciona a los mejores candidatos, trabaja duro y cree firmemente en Dios” y podrás ver un Panamá, dónde la familia panameña esté unida por el amor, la fe y una mejor calidad de vida.
El Partido Revolucionario Democrático (PRD) –una de las agrupaciones políticas con mayor número de adherentes y vocación democrática de la república de Panamá- se orienta el día 8 de julio del presente año, a escoger a todos sus delegados. Éstos a su vez tendrán la enorme responsabilidad, el 26 de agosto de renovar el Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
El PRD cuenta con uno de los grandes líderes políticos de Panamá y América Latina: JUAN CARLOS NAVARRO.  Este líder político, representa la mejor opción del partido para lograr su total consolidación y alcanzar el podio presidencial en el año 2014.
Los patriarcas del PRD, son personajes que pertenecieron a una generación brillante y audaz, pero, como todo proceso natural, deberán darle paso a las nuevas generaciones, si realmente buscan la unidad y consolidación del partido.  Por lo tanto, deberán entender que Juan Carlos Navarro, es el mejor candidato para unir las distintas corrientes y aglutinar la mayoría necesaria para triunfar.  Las encuestas y la reacción popular, dentro del partido y a nivel nacional, muestran una tendencia favorable a Juan Carlos y de acuerdo a los expertos, todo apunta que irá subiendo cada vez más.

Las bases del partido (PRD), están conscientes de que el país, en este momento atraviesa por una serie de escándalos políticos, que están mermando la confianza de los empresarios e inversionistas extranjeros; y que a mediano plazo, sin lugar a dudas, afectarán todos los buenos índices económicos que con tanto esfuerzo logró el país.  Frente a este difícil panorama, el partido tiene que prepararse con sus mejores candidatos a puestos de elección para el 2014, si desea corregir los daños que se heredarán y mejorar la imagen del Estado.  Obviamente, el candidato con más fuerza para lograr el verdadero cambio que requiere Panamá, se llama: JUAN CARLOS NAVARRO.  



Por:
Eric Enrique Aragón

domingo, 15 de abril de 2012

Sodoma


Sodoma se destaca en el Antiguo Testamento (aprox. 3300 A.C.), como símbolo de homosexualismo, soberbia, falta de amor al prójimo; en fin, eran habitantes que realizaban toda clase de prácticas abominables a Dios (Yahvé). 

 Sodoma y su vecina Gomorra, fueron destruidas por la ira de Dios.  Estas ciudades, como muchas que tenemos en nuestros días, fueron fundadas por gente trabajadora, respetuosa del prójimo y de las leyes divinas.  
 Sin embargo, en algún momento se permitió, que las malas prácticas influyeran en la masa humana. ¿Cuál fue el resultado? Una sociedad totalmente podrida.  “Era demasiado tarde para salvarla” “El corazón y el razonamiento de las personas en Sodoma y Gomorra, estaban torcidos.  
 Lamentablemente, sólo quedaba un camino: “La destrucción total”. Igual que un ser humano cuando muere, producto de una enfermedad altamente infecto-contagiosa: “Se quema”.  “Destrucción total de los microorganismos, para que no hagan más daño”. 
 La sociedad actual se está corrompiendo.  No podemos sostener que poco a poco, así era antes, ahora los índices de corrupción se incrementan a una velocidad impresionante. ¡Irónico! Con el beneplácito de las autoridades y de la sociedad misma.
 No basta con aceptar lo malo, sino, que las nuevas generaciones ven la vulgaridad, el homosexualismo, el irrespeto a los demás, el alcoholismo, la drogadicción, el cigarrillo, el libertinaje, el desenfreno sexual y la desobediencia a los preceptos cristianos: como algo normal.  Es decir, que la vida de ellos –la juventud- gira en torno a esta conducta.
 ¿Por qué? Porque la generación anterior (la de más edad), que entiende que estas malas prácticas llevan a la destrucción y muerte, como está ocurriendo con nuestra juventud: NO HACE NADA. 
 Qué cómica es la vida y qué estúpidos son los que tienen poder económico, mejor posición social, educación y más edad -no podemos dejar afuera a los brillantes políticos-. 
 Si no hacen nada, al final del camino, la misma corrupción, desenfreno e irrespeto,  los destruirá a ellos mismos.  A todos nosotros.  No permitamos las malas prácticas en nuestra sociedad.  ¿Y cuáles son las malas prácticas? Son aquellas que desvirtúan los valores cristianos y morales. 
 Todo se resume en ama a tu prójimo y observa las leyes divinas.  Empieza con una oración a Jesús, antes de dormir.



Por:
Eric Enrique Aragón

sábado, 14 de abril de 2012

Lo que necesita un hijo…


No cabe la menor duda de que los niños cuando nacen están total indefensos. Además, de la leche que se les proporciona en un biberón; ellos necesitan para su normal desarrollo, la confianza y estabilidad emocional, que sólo se obtienen cuando reciben el cuidado y cariño de sus padres o en su defecto, de las personas encargadas de la crianza de los infantes.
Hoy día se aprecia en las escuelas y en otros lugares, donde concurren niños y jóvenes, una inclinación -casi religiosa de éstos- por lo superficial y  negativo. 

 A veces ni los propios padres pueden explicar la conducta agresiva de sus hijos.  En  ciertas ocasiones estas actuaciones equivocadas, conducen a los jóvenes a tener un final que nadie quisiera. 
El origen del problema y la solución es tan simple que no lo vemos. Todo gira en torno a la estabilidad interna del mundo de los sentimientos.
El ser humano desde que nace necesita alimentación para el desarrollo satisfactorio de su cuerpo; igualmente, requiere entender y desarrollar los valores, tales, como el amor, cariño, bondad, unidad familiar, solidaridad, amistad, comprensión, responsabilidad, y otros sentimientos fundamentales para el crecimiento emocional adecuado, de modo tal, que pueda a medida que madura como persona, hacerle frente a las dificultades  -que son normales en la vida humana- con mucha sabiduría y cordura.  
Obviamente, si el infante no recibe nada de esto, por parte de sus progenitores o personas a cargo de esa responsabilidad, tendremos un ser humano con inclinaciones negativas.
No es tarde aún… Todos los padres y tutores están a tiempo de darle amistad y cariño a sus hijos… Igual los maestros y todas aquellas personas que de una u otra manera trabajan con niños y adolescentes.
----"Padrenuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra. Danos hoy nuestro pan de cada día. No nos dejes caer en tentación.  Líbranos del mal amén". 
La intención no es aburrirlos con tantos Padrenuestros. Todos los niños que son abandonados; incluso, aquéllos que están con sus padres; pero, que por una u otra razón no reciben la atención necesaria: tienden a refugiarse en alguien o en algo cuando se sienten impotentes frente a una dificultad…  
Lamentablemente, no todos tienen la dicha de manifestar como el autor de estos relatos: “Yo me refugié en la lectura y principalmente en mi Fe Cristiana…” ¿Y cómo manifestaba esa Fe?  Cada vez que tenía problemas, alguien me agredía física y emocionalmente o me asaltaban los sentimientos dañinos, me iba a a la cima de un pequeño cerro, me colocaba debajo de un árbol o me escondía en los vagones de los trenes; y con lágrimas en mis ojos, pronunciaba cinco Padrenuestros y cinco Avemarías. A mi corta edad de diez años, creía “firmemente” que esto ayudaba a mi estabilidad emocional.
Mi razonamiento no estaba errado. Lo puedo decir con plena certeza, pues, mi vida pudo tomar otro rumbo totalmente negativo; no obstante, gracias a la buena lectura y a la práctica de las oraciones –aunque fuese de una manera ingenua- en la actualidad, puedo observar la vida de otra forma. Siempre creyendo en un "mañana mejor".  

Pude salir adelante… No quiere decir esto que tengo todo en abundancia y que los problemas se alejaron.  Yo diría que es lo opuesto. Ahora tengo más dificultades que antes… Sin embargo, me enfrento a los percances cada día con una gran fe en Jesús y con una actitud optimista.  “Aunque sea con lágrimas en los ojos…”
Una gran cantidad de jóvenes no lo pueden hacer.  Hoy día están atrapados por la vida fácil y superficial; y lo más grave –pienso- es la confusión que tienen en la mente, que no los deja descubrir, ni siquiera, las habilidades que Dios les regaló. Lo reflejan por ejemplo en el poco interés que demuestran por los estudios y la superación. 
Miles de niños y jóvenes actúan así por resentimiento y venganza; ya que piensan -¡Por supuesto! Están equivocados- que así castigarán a los demás, por el daño recibido.  ¡Sí!  Es un cruel daño abandonar a los hijos… ¡Y no crean que me refiero únicamente a los niños huérfanos…! 
Hay niños y jóvenes que tienen a sus progenitores, y sufren mucho ¿Por qué? porque sus hogares son como las cuevas oscuras, donde nadie se ve ni se habla...Y mucho menos se expresan sentimientos de amistad y cariño.
Hace miles de años, hombres sabios del pueblo hebreo explicaron, la importancia de practicar la  unidad familiar y el respeto a las cosas de Dios. La mejor demostración de Fe Cristiana es: “LA UNIDAD FAMILIAR”.


Por:
Eric Enrique Aragón

domingo, 1 de abril de 2012

El día que me convertí en Aquiles…

Resulta que al final, cuando se suponía que había terminado mi escuela secundaria, me salen con la sorpresa de que tenía un par de materias pendientes.

¡Bueno! Esto no era ninguna sorpresa, ya que me la pasé viajando por diferentes regiones –como buen aventurero gitano- y en cada país alguna familia me adoptaba; como resultado tenía que ir a la escuela. Aunque tengo que confesar, que en los primeros años odiaba la escuela; ya que no comprendía aún el incalculable tesoro que significa obtener una buena educación… ¡Indudablemente fui afortunado! ¡Gracias a Dios que puso en mi camino gente que me trató bien...! (aunque siempre todo fue muy efímero).

En esos años era necesario cumplir con un montón de materias, que comprendían asignaturas de ciencia, letras y algunas de comercio: para poder culminar la escuela secundaria.

El horario de clases era más exigente. Se asistía casi todo el día a la escuela -mañana y tarde-. Se tenía que hacer un examen anual y no existían las rehabilitaciones, como hoy día: que si el alumno fracasa en dos o tres materias, tiene la oportunidad de aprobarlas en cursos de verano (en vacaciones).

En vista de tal situación, tuve que matricularme en la escuela nocturna, para aprobar las materias que faltaban. En esa época, también, empezaban las escuelas nocturnas –. Éstas se crearon para ayudar a las personas adultas o mayores de edad, que por algún motivo no pudieron terminar los estudios en las escuelas del sistema normal (periodo diurno); o que jamás pudieron ingresar a la escuela. El costo era bastante accesible a las personas de escasos recursos económicos. En la mayoría de casos, únicamente se pagaba una matrícula equivalente a cinco dólares. Y se podía cancelar mediante abonos… Muchas veces se entraba –a la escuela- sin pagar nada, por medio de un programa de asistencia social. ¡La idea era educar a la población…! Los índices de analfabetismo en América Latina, eran altos.

Rápidamente me adapté al sistema. Definitivamente que el ambiente era otro. ¡La mayoría de personas eran adultas, casadas, unidas, solteras, con hijos, sin hijos; con trabajo, sin trabajo, y de todos los colores y edades…!

Con la finalidad de lograr mi objetivo: concluir lo más pronto posible la educación media; me dediqué únicamente a estudiar. “Mi gran sueño: ingresar a la universidad”. ¡Tenía la convicción de que ser estudiante universitario, era lo máximo…! ¡Y comprobé muchos años después que no estaba errado…!

Me gané rápidamente el respeto de los profesores y de los compañeros. Era un alumno aplicado y serio en el aula de clases. Las muchachas que estudiaban en el periodo nocturno, querían sentarse a mi lado o formar parte de los grupos de estudio conmigo. ¡Era obvio…! Me convertí en buen estudiante. También me aprovechaba de la situación para coquetear un poco con ellas…

Entre otras cosas que me ocurrieron: “conocí a una muchacha, más o menos de mi edad”. Era como a mí me gustaba: alta, blanca, inteligente y atractiva. Pero, existía un tremendo problema: ella era la querida de un señor que administraba un centro nocturno de baile. Este señor le pagaba un cuarto y corría con todos los gastos. Esto era así, porque ella tenía un bebé de unos 8 meses (de él). A pesar de que me gustaba, nuestra relación duró poco y fue más bien platónica. Yo creo que ella sentía, también, algo por mí. ¡Se me hace difícil recordar su nombre…! ¡No obstante, tengo su imagen con bastante claridad en mi mente!

A pesar de que una vez participé, cuando estaba en un colegio católico, a los trece años en una dramatización, nunca me interesó tal actividad. Ahora por casualidad me tocó trabajar en un drama. La profesora de español, estaba dando la clase de poesía y oratoria. Explicaba el arte de declamar y para ello hizo referencia a la obra “La Ilíada de Homero”. La tenía en la mano y empezó a leer en forma poética algunos pasajes. De repente dijo, si alguien me hace esta dramatización le pongo un cinco (máxima calificación). ¡Pienso que lo expresó en forma de burla…! Inmediatamente, sin pensarlo, levanté la mano y le contesté: ¡Profesora! ¡Yo lo hago…! ¡Se lo manifesté con tal seriedad, que nadie se atrevió a decir nada…!

Prácticamente, ya tenía mi grupo seleccionado. La primerita era la muchacha que me gustaba… Conseguí la obra La Ilíada y empecé a hacer un resumen. Hice los diálogos o las intervenciones que haría cada participante; es decir, nosotros.

La Ilíada trata de la guerra entre los troyanos y griegos. Se estima que ocurrió entre los siglos XIII AC y XII AC. En esta guerra se destaca el famoso héroe Aquiles, hijo de un mortal y de una diosa, según la mitología griega. Otros personajes que intervienen son Patroclo, Héctor, Helena y algunos más. La guerra que terminó con la destrucción de la ciudad de Troya –usando la táctica del caballo de Troya- se origina por una mujer: “Helena”.

Después de varias prácticas en la casa donde vivía ¡por cierto! únicamente estuve en esa residencia unos tres años y después… A la calle como un buen gitano aventurero (me fui como polizonte en un barco a otro país). Durante varios días –en la noche- realizamos diversas prácticas. Obviamente, a mí me tocó ser el director y protagonista de la obra.

Por fin, llegó el tal esperado día de presentar la dramatización. Yo hacía dos papeles, el de Patroclo y Aquiles. Parecía que iba a ser una clase normal de español; sin embargo, ningún estudiante ni profesor de los miles que había, podía imaginar que las clases en todo el plantel se detendrían a causa del drama… ¡Era algo nunca visto! ¡Claro! Habían observado otros dramas… pero, este era especial: por verse tan real, con mucho dramatismo y pasión. Era como si cada uno de nosotros nos hubiésemos transportado al pasado…

Inicié la dramatización, creo que con palabras de Aquiles, con tanta emoción y una voz tan fuerte, que a los minutos todos los estudiantes de la escuela estaban asomados por las ventanas y puertas del salón. Fue tan excelente la dramatización, que recibimos muchos aplausos y felicitaciones; incluso, las autoridades del centro educativo nos felicitaron. Durante muchas semanas este fue el tema de conversación: el drama de La Ilíada y… ¡Claro! Yo me hice más popular en la escuela y con las muchachas…





Por:
Eric Enrique Aragón



domingo, 18 de marzo de 2012

Gente laboriosa

Las naciones progresan gracias a hombres y mujeres que no le temen al duro trabajo.

 Valientes personas que se enfrentan día a día a los sacrificios, inclemencias de la naturaleza, a sus propias debilidades y a toda clase de peligros.
 En los cuatro puntos cardinales del planeta, se hallan estos verdaderos héroes: que se levantan al amanecer, se encomiendan a Dios y marchan a la faena diaria; con tal de conseguir el bienestar para sus familias, y por tanto, el desarrollo del país.

No reciben un galardón ni grandes homenajes; pero, se les puede comparar con el dios Zeus (mitología griega).  

 Se sienten en paz con ellos mismos y con la humanidad; porque cuentan con las armas más poderosas: una voluntad inquebrantable para el trabajo y la bendición de Dios.
Gran parte de esta gente trabajadora, desarrolla un gran amor por sus familias y le dejan a sus hijos la mejor herencia: el amor por el trabajo.
 Si los gobernantes del mundo entendieran que la única forma de evitar, que las nuevas generaciones sean vulnerables a la vida fácil, es por medio del amor al trabajo: indudablemente mejorarían las políticas de gobierno en este aspecto.
 “Dios y Nuestro Señor Jesucristo bendigan, hoy y siempre, a estos valientes héroes y a sus familiares



Por:
Eric Enrique Aragón

lunes, 27 de febrero de 2012

El gran escape…

Eran las diez de la mañana de un día domingo… Sentado en una silla que estaba junto a la cama, miraba con gran asombro, como colocaban mi ropa en una gran maleta. Todas las piezas: camisas, pantalones, calcetines, pañuelos, camisetas y todas las demás, tenían las iniciales de mi nombre y apellido, hecho con bastante hilo y aguja. En la tarde me llevarían a una escuela católica, de la orden franciscana. Ésta funcionaba, también, como un internado.

Nunca tuve ninguna limitación para salir de la casa… Me iba para donde quería, ya fuera para un campo de juego, río, al cine, o simplemente, andar por la calle haciendo cualquier trabajo, que me reportara algún dinero. Vivir con diferentes familias, durante periodos cortos y que éstas no se sintieran tan responsables de mi persona, facilitó el camino para que yo, desde corta edad, anduviese por la calle. Según estas personas, mi conducta era tan mala, que me abandonaban a mi suerte y otros optaban por meterme en internados. La intención era deshacerse de mí. ¡Así lo entendía siempre…!

En la puerta de la escuela me recibió un cura –sacerdote católico- ¡Por cierto, me enviaron solo en un taxi, con una nota…! El cura me llevó a una gran sala, donde sentaban a todos los niños, que al igual que yo, iban llegando en ese momento. Cursaría el quinto grado de la escuela básica. Cumpliría dentro de dos meses, el dieciocho de mayo, la edad de once años.

Ese mismo día nos acomodaron en las habitaciones. ¡…Bueno! Se trataba de una sola sala con varios camarotes. A mí me tocó dormir en la parte baja. Cerca de cada camarote, estaban grandes estantes, en forma rectangular. Cada gaveta de los estantes tenía una etiqueta con el nombre de los estudiantes. Aquí tendríamos que guardar la ropa interior, pijamas, camisetas, y demás piezas menudas. Y en otro mueble, colgaríamos los uniformes escolares y los vestidos para fin de semana, que más bien eran pantalones jean y suéteres. En fin, lo que predominaba era el orden y la limpieza en todo… ¡Y hay que no cumpliéramos…! Nos aplicarían las sanciones disciplinarias, establecidas en el reglamento de la escuela.

En la tardecita nos llevaron al comedor a recibir la cena. Yo creo que lo único que me gustaba de la escuela era la rica comida que servían. Después, siempre en fila, acudimos a la iglesia. No había que ir lejos, ya que aquélla estaba pegada al edificio de la escuela. La gente que asistía a la iglesia entraba por la puerta principal, que estaba frente a la calle. Nosotros los alumnos: lo hacíamos por un pasillo, desde la escuela. ¡Por cierto…! Las aulas de clases estaban en la planta baja. Arriba, en el primer piso, se ubicaban los dormitorios; salas de estudio, meditación y cine, comedores, cocina, etc. Y el segundo y último piso, no se utilizaba, ya que estaba en remodelación. Detrás del plantel escolar, había una gran cancha de baloncesto, de fútbol y hasta un lugar con aparatos de diversión para niños. Todo estaba protegido por una fuerte y segura cerca.

Por fin llegó el primer día de clases, el día lunes… Sólo había pasado unas horas desde que llegué; sin embargo, para mí las horas ya parecían eternas. La ansiedad por salir de ese lugar me ahogaba. Durante las clases, cuyo periodo era de siete de la mañana a una de la tarde, no podía ni siquiera hablar por el llanto que tenía atravesado en la garganta ¡Como un buen hijo de gitanos, quería ser libre! Para mí ser libre significaba vivir en la calle…

Mientras los maestros y compañeros hablaban, yo estaba muy lejos… ¡Mi mente recorría lugares distantes…! ¡Y mi garganta quería soltar un grito de llanto, que por nada del mundo podía dejar que escucharan…!

¡Por fin…! El timbre de salida terminó con mi larga agonía… ¡Ahora a planear mi escape de ese lugar! Me pareció fácil escaparme; incluso, hasta por la puerta principal; ya que en horas de clases, algunos internos, aprovechábamos para asomarnos a la entrada principal de la escuela, donde llegaban los vehículos y buses escolares, a buscar a los estudiantes que no eran internos.

Pasó casi un mes y mi agonía por salir de eses lugar, cada vez era más fuerte. Quería sentirme otra vez “libre como el viento”. Pero, sentía miedo al intentar escaparme… En lo más profundo de mí ser se asomaba la esperanza de que todo cambiaría y finalmente sería feliz aquí… No obstante, como un martillo cuando golpea el clavo, mi mente me repetía una y otra vez… ¡Te vas a quedar aquí para siempre…!

Eran las siete de la noche, de un día cualquiera de semana -¡no recuerdo cual!- todos los estudiantes estábamos reunidos con un sacerdote consejero, en la planta baja. En ese momento, el cura regañaba a un estudiante por irrespetuoso. Yo no aguantaba más…Este era el día del gran escape…

---- ¡Disculpe! Puede darme permiso para ir al baño. –Le dije al sacerdote.

Con tan mala suerte que me mandó al baño que estaba allí cerca. A mí se me había olvidado de lo nervioso que estaba, que allí había un servicio (baño). Yo tenía todo planeado para que me mandara a la parte superior –primer piso- y desde allí lanzarme a la calle.

Pero, en un abrir y cerrar de ojos, la suerte me favoreció. El baño no se podía abrir, lo habían trancado. En vista de que el cura no tenía las llaves, me indicó que subiera al primer piso…

---- ¡Eso sí…! ¡Bajas enseguida…! --Me enfatizó el sacerdote.

Una vez arriba, en el primer piso, me fui directo a bajar una escalera que tenía acceso a la calle, a través de una puerta de hierro. Intente abrir la puerta, pero, no pude. Tenía varios candados que no había visto.

Para disimular me detuve en la cocina, que ya la estaban cerrando, y le pedí a una de las cocineras, que me regalara un vaso con agua. Le hice la observación de que el cura me había enviado a buscar algo… Aparentemente, no tuvo malicia en ese instante… Una vez que me tomé el agua, aproveché que la señora me dio la espalda y subí al último piso que estaba en remodelación.

Obviamente, por estar en remodelación, tenía algunas puertas abiertas… Llegué a la orilla del piso, mirando la calle que estaba a los lados del edificio. Hacía abajo todo se veía oscuro y solitario. No había luz en ese momento en la calle. ¡Mi cálculo falló…! El segundo piso era muy alto… Tenía que tomar una decisión rápida… No había marcha atrás… ¡…Me lancé al vacío…!

Afortunadamente, caí sobre un cerro de arena. No me pasó absolutamente nada… ¡A correr…! ¡Jamás regresé al internado…! Sin embargo, las enseñanzas recibidas, aunque fuera por poco tiempo, nunca las he olvidado…





Por:
Eric Enrique Aragón



domingo, 19 de febrero de 2012

Niños quemados

“Tres menores fallecieron calcinados al incendiarse su vivienda, tras la explosión de dos tanques de gas”. Así comenzó la trágica noticia, aparecida en un diario local, el día martes 17 de enero de 2012, en la ciudad de Panamá.

¡Qué tristeza! Tres hermanitos de 3, 6 y 8 años, fallecieron en el incendio. La casa donde vivían, únicamente con el papá, era de madera, zinc y cañazas. A toda vista se trataba de una familia en la extrema pobreza.

El Siniestro ocurrió en horas de la madrugada. Según la información preliminar, el padre dejó una comida en la estufa y se marchó a buscar agua a la quebrada. Cuando regreso, la vivienda estaba envuelta en llamas. Trató de salvar a sus hijos; pero, ya era demasiado tarde. Los niños fueron “tragados” por las llamas.

¡Irónico! Hacía pocos días, los muchachitos habían llegado a pasar parte de sus vacaciones escolares con su padre. La mamá decidió quedarse en otra comunidad, de donde es oriunda su familia.

Este es uno de los miles de casos, que ocurren diariamente, en todos los países del mundo; cuya situación afecta más a la clase marginada.

Gran parte de los incendios en el hogar, ocurren por la curiosidad de los niños, que les gusta jugar con los fósforos; por el descuido de los adultos; defectuosas instalaciones eléctricas o el exceso de aparatos eléctricos que originan las sobrecargas.

Indudablemente, la responsabilidad de proteger a los niños recae sobre sus progenitores (papá y mamá) o los adultos responsables de los chiquillos.

La pobreza extrema, con el dolor en el alma, obliga a los padres a dejar a sus hijos solos en casa para buscar el sustento diario: alimentos, agua, leña o algún ingreso mínimo.

Se puede creer que los hijos están más seguro en el hogar. Y de hecho es así. No obstante, se deben observar todas las medidas de precaución; ya que también existen –en la vivienda- muchos peligros que acechan a nuestros amados hijos. Por ejemplo: salir de la casa, aunque sea por unos minutos, y dejar la estufa encendida. O que los niños tengan los fósforos a su alcance.

El mensaje es que siempre debe tener malicia (desconfianza). Por lo tanto, ésta debe llevarlo a evitar todo lo que represente peligro para sus vástagos.

Recuerde el adagio: “Mejor es prevenir que lamentar…” El dolor más desgarrador para una mamá (o el papá), es que le ocurra una tragedia a sus bebés, como resultado de su propia negligencia o descuido.

Sin embargo, hay padres que han perdido a sus hijos en un incendio; porque se fueron a una fiesta o con los amigos y no les importó el bienestar de los muchachos. Ellos –no lo dude- ya tienen su castigo.

Una gran cantidad de niños llegan a los hospitales con graves quemaduras. Las familias de estos infantes, carecen de recursos económicos para cubrir los gastos médicos, comprar los medicamentos o darles la atención que necesitan (los niños) para su recuperación.

¡Por favor! Aquellos que pueden ayudar a estos pobres angelitos ¡HÀGANLO! Dios bendecirá a sus hijos y a ustedes. “Será la mejor inversión que realicen en la vida”.

Y por los fallecidos, de seguro se convertirán en bellos angelitos del Padre Celestial y sin lugar a dudas, acompañarán a Nuestro Señor Jesucristo.

¡Cuidemos a nuestros hijos! ¡Oremos diariamente por ellos! Ayudemos a los niños vulnerables y en extrema pobreza… ¡Qué así sea! ¡Y el Dios Todopoderoso, derrame muchas, muchas bendiciones sobre ustedes!



Por:
Eric Enrique Aragón

miércoles, 1 de febrero de 2012

¡Cuiden a sus hijas de los ladrones de la inocencia!

Están en todas partes. Una gran cantidad pasa inadvertida. No levantan sospechas.  Muestran una imagen agradable, educados, hablan muy bien.  Saben a la perfección, cómo aparentar que tienen poder económico.  Nada de esto es difícil para ellos, ya que el objetivo de tales acciones: son las niñas menores de catorce años (14).

Se trata de hombres con grandes traumas psicológicos, provenientes de la infancia. Lo más seguro es que estos individuos vivieron en hogares desintegrados, dónde la comida del día, eran los maltratos físicos y emocionales.

Lo cierto es que estos "señores", cuyas edades pueden oscilar entre los treinta (30) y cincuenta años (50) –en su mayoría- persiguen sin piedad a las niñas menores de 14 años… Cuánto más inocentes sean éstas, más intensifican sus recursos para engañarlas y abusar sexualmente de ellas.  

La habilidad de estos destructores de ilusiones, se basa en la confabulación de las niñas,  para que éstas consientan la relación íntima.

¿Cómo logran embaucar a las niñas? En primer lugar las acechan.  Ellos conocen todos los lugares donde se mueven las niñas. Por ejemplo, los alrededores de las escuelas, centros comerciales, eventos para niños y adolescentes, etc.  Y aunque parezca irónico, aprovechan las relaciones de amistad, laborales e incluso, familiares: para acercarse con mucha cautela y astucia a las chiquillas…

Lamentablemente, estos hombres con mucha inteligencia macabra, logran engañarlas.¡Y saben hacerlo delante de los familiares (de las niñas) sin despertar sospechas! 

Empiezan su estrategia, ganándose la confianza de las chicas. Adoptan un comportamiento, hasta un poco infantil, con tal de hacerlas reír.  Les ofrecen pequeños regalos –a veces un par de dólares-.  Cuando los abusadores sexuales, actúan delante de los familiares; logran que éstos (los familiares de las niñas) crean que se trata de acciones aisladas y hasta llegan a decir: ¡Este señor si es bueno! ¡Incluso, recomiendan a sus hijos que obedezcan a este individuo! (Sin saber que éstos son verdaderos  monstruos –con apariencia de ángeles- que destruyen física, mental y emocionalmente a sus adorados hijos).  

Algo si debe quedar bien claro.  Estos abusadores sexuales siempre estarán cerca… Y puede ser cualquiera… Sin distinción de clase o nivel económico. Conocido o desconocido.  No obstante, no se puede acusar a nadie sin evidencias y mucho menos vivir con miedo de que abusen de nuestras bellas criaturas. 

Hay que enfrentarlos (a los abusadores sexuales) con las mejores armas que se tengan.  La fuerza de ellos está en los hogares destruidos.  Así que empiece desde este instante a darles amor, confianza y amistad (a sus hijos). Hable con ellos como grandes amigos; conozca las amistades de sus niños.  Converse con los maestros. Aparte un tiempo para estar con sus vástagos. Ellos son muy valiosos… 

Por otro lado, explíquele los diferentes peligros que los rodean diariamente: el abuso sexual, violaciones, robos y hurtos; pandillerismo, drogadicción y alcoholismo. 

También, háblele de los maleantes y engañadores, que utilizan las redes sociales, como: Facebook, Twitter, Google+, las salas de chateo, el correo electrónico y otros recursos de Internet. 

“La idea es no creer en todas las imágenes, fotografías y mensajes que se reciben por medio de Internet”.  Se debe aprender a verificar la autenticidad de los mensajes Y siempre ser muy cuidadoso con la información que se proporciona en las redes sociales.  

Nunca se debe ofrecer información que se relacione con los bienes, trabajo, ubicación de la familia, tarjetas de crédito, y otros datos que puedan ser utilizados por delincuentes o individuos mal intencionados; que algunas veces se hacen pasar, hasta por niños y adolescentes.

Todos los días haga una oración a Dios y a Jesús, por sus amados hijos.




Por:
Eric Enrique Aragón

jueves, 19 de enero de 2012

Dile No a SOPA (Stop Online Piracy Act )

Otro intento más de infringir miedo, restringir la libertad y destruir la innovación tecnológica…

Este es un proyecto de Ley estadounidense que pretende sancionar todos los sitios web en el extranjero, que presenten música, películas, libros y otras creaciones protegidas por el derecho de autor.

Según esta Ley todos los sitios que de una u otra forma contengan vínculos, por ejemplo: a canciones, imágenes de películas o extractos de libros, se podrían calificar como deshonestos; en consecuencia, serían bloqueados.

¡Qué absurdo! La creatividad y la motivación de millones de usuarios de internet -sin hacer distinción de clase social, económica, académica o política- se nutren de la libertad de utilizar libremente todo lo que encontremos en nuestro recorrido diario por la Internet.

Millones de páginas web se han formado y se perfeccionan, con esta libertad que existe en Internet y que la única restricción que tienen: la calidad de su contenido y la opinión de los visitantes.

Entonces ¿Qué pretende esta Ley nefasta para la innovación tecnológica? Acabar con la creatividad, la imaginación y la inteligencia, que no han tenido sus proponentes y defensores, para ajustarse y jugar con las nuevas reglas del futuro: la ciencia y la tecnología.

Ninguna legislación que pretenda destruir la libertad que tenemos, más de mil millones de usuarios de Internet, podrá prosperar. El atractivo y razón de ser de esta Red Mundial, es precisamente, que está por encima de las superficialidades y limitaciones de la gente que carece de toda creatividad e imaginación.



Por: Eric Enrique Aragón

sábado, 7 de enero de 2012

El hombre frágil y humillado

Cada año que se va, además de dejar huellas en el cuerpo humano; también, hunde más al hombre en la vanidad, el orgullo y en la falsa creencia de que es autosuficiente y poderoso.

Este Año Nuevo 2012, los seres humanos deberían hacer un alto a su vida superficial-aunque sea unos minutos- y buscar un lugar propicio para reflexionar profundamente sobre el pasado, presente y futuro.

Louis Evely, educador francés, sostenía que el hombre moderno conoció varias humillaciones. Nicolás Copérnico, astrónomo polaco, al demostrar que la Tierra no es el centro del universo; sino, que gira alrededor del Sol; le asestó un duro golpe y la más grande humillación a la humanidad.

Posteriormente, con el desarrollo de la tecnología, de forma contundente, se demostró que nuestro planeta (Tierra), es un minúsculo astro en el inmenso espacio… Tan frágil es nuestro planeta, que si uno de los meteoritos de cierta magnitud, que viajan por el espacio; se aproximara demasiado a la Tierra, el daño podría ser considerable. ¡Ahora imagínese que ocurriría si este cuerpo celeste se estrellara contra el planeta!

¡Lo irónico de todo esto, es que la humanidad con todos sus genios científicos, su tecnología altamente sofisticada y el poderío económico y militar que tiene: NO PUEDE HACER ABSOLUTAMENTE NADA! ¡Qué indefensa está la raza humana!

Otro caso que evidencia la debilidad del ser humano, es el caso del apóstol San Pedro. Este le aseguró a Jesús que siempre lo seguiría. Jesús le contestó: que antes de que cantara el gallo, lo negaría tres veces. Y así fue… Después que apresaron a Nuestro Señor Jesucristo, Pedro al verse amenazado dijo: que no conocía al Salvador (Jesús).

A pesar de que Pedro lo negó tres veces, Jesús le tenía mucha consideración; al extremo de que lo utilizó como símbolo, cuando le dijo: que él (Pedro) sería la roca sobre la cual se edificaría la Iglesia Cristiana.

Nuestro Señor Jesucristo sabe perfectamente (Dios nuestro Creador), que somos débiles, que podemos claudicar o sucumbir ante cualquier problema o amenaza… Lo más seguro es que si nos mantenemos orando o clamando a Dios y a Jesús, ellos nos ayudarán a librarnos del mal.

Lo que sí es una falta ante Dios y nuestros semejantes, que demuestra total ignorancia y necedad, es creer que por más dinero, títulos universitarios o poder político o de otra índole que tenga un ser humano, puede ser autosuficiente y que no necesita a nadie ni a Dios.

La vida está llena de sorpresas. En unos cuantos minutos la vida de una persona puede cambiar radicalmente: por una enfermedad, pérdida del empleo, quiebra de una empresa; accidente automovilístico, desastre natural, separación de los esposos, muerte de un ser querido, etc.

La enseñanza de todo esto, es que somos débiles, no importa lo que hagamos o tengamos… De nada servirá que seamos orgullosos y jactanciosos. ¡Siempre seremos débiles!

Lo único que vale en la vida: estar con la familia, ser solidario con los más necesitados y buscar diariamente la bendición de Dios.





Por: Eric Enrique Aragón
1 de enero de 2012










sábado, 17 de diciembre de 2011

Los hijos de la nada


Usted que tiene las manos llenas de dinero y que está ausente de su rutina normal, planeando con tanta emoción todo lo que comprará en esta Navidad; las fiestas, comidas y paseos que hará…

 ¡Recuerde!  Aunque sea por un par de minutos: cerca de usted existen niños, ancianos y familias enteras que no tendrán, ni siquiera la sombra de la alegría y el placer que usted y sus familiares, sentirán al máximo en estos días de tantas celebraciones y compras navideñas.
 Los niños son los que más sufren.  Aquellos cuyos hogares están totalmente destruidos; donde la alegría, la paz y el amor, se han reemplazado por la violencia, los vicios, las drogas y la crueldad; es decir, son verdaderos infiernos. 
 También hay niños que carecen de familia, ya que fueron abandonados totalmente. Los que tuvieron más suerte fueron recogidos por albergues o instituciones sociales; y otros –los menos afortunados- merodean por las calles o pertenecen a pandillas.
 Ningún infante o ser humano pide venir a este mundo, para vivir en condiciones infrahumanas y llevar una vida dolorosa por el resto de su existencia¡Están aquí! Con nosotros, en nuestras comunidades, barrios y ciudades.  
 Sin embargo, decir que no se puede hacer nada o que no es nuestro problema: ¡Es FALSO!  
 La Fe Cristiana que profesamos, incluso, que presumimos a veces, cuando vamos a las iglesias o templos de adoración (y que en estos días de Navidad se llenarán), nos obliga a buscar la forma de ayudar a los más vulnerables de la sociedad –sobre todo a los niños- de una u otra forma; cada uno de acuerdo a sus posibilidades.  Lo cierto es que si unimos nuestros esfuerzos, lograremos mucho.
 Debemos compartir la comida y los regalos, con los más necesitados, en esta Navidad.  Pero, más importante es darles amor y ser solidarios con ellos…
 ¡Sí! Ayudar a los demás debe ser una agradable carga que debemos llevar como agradecimiento a Dios por todo lo bueno que nos ha dado.



Por:
Eric Enrique Aragón



Un joven líder de América Latina...

En nuestros hermanos países del continente americano, sobre todo, en aquellas naciones en vías de desarrollo, con gran cantidad de problemas juveniles, deficiente educación y una corrupción, que cada vez crece más, como un tumor maligno: si existen individuos que de una u otra forma, consagran su vida a mejorar las condiciones de sus pueblos.  

Estos líderes se han destacado por llevar una apropiada conducta moral y cristiana; ser hombres de trabajo y familia; y en los momentos más difíciles de la vida, se han caracterizado por mantener la fe en Dios, la persistencia y la firme convicción de que el trabajo y el esfuerzo que hacen, a pesar de las vicisitudes de la vida, traerá grandes beneficios a los demás; aunque muchas veces reciban como único pago, la indiferencia de sus semejantes…
Indudablemente, que Juan Carlos Navarro, líder panameño, representa un digno ejemplo de trabajo, solidaridad y deseos de hacer de su país, no sólo una nación con buenos índices de crecimiento económico; sino, que esa riqueza llegue a todos las capas sociales y sectores productivos, principalmente, a los agricultores y ganaderos panameños.

Los prestigiosos e influyentes medios de comunicación a nivel mundial: La revista Time y la cadena CNN, lo ubicaron entre los pocos Líderes Latinoamericanos más influyentes para los próximos años (presente Milenio). Un hombre que desde temprana edad (1985) -cuando aún no se entendía la enorme importancia que tiene el cuidado del ambiente para una mejor calidad de vida- se constituyó en un gran defensor ambientalista, que sin lugar a dudas marcó el camino a seguir a los actuales defensores de la naturaleza.
Este líder de Panamá, está empeñado en recorrer desde ahora, todos los rincones de su nación, con el propósito de ser el próximo candidato presidencial por el Partido Revolucionario Democrático (PRD); pero, más que todo alzarse con la victoria en el torneo electoral que será en el año 2014. 
No obstante, de las declaraciones y acciones de Juan Carlos Navarro, se desprende que su principal objetivo al visitar cada lugar recóndito de su nación: es conocer de primera mano, todos los problemas que padecen las diferentes comunidades, con el interés de formular proyectos y políticas que lleven verdaderas soluciones a estos sectores marginados.  

En base a la trayectoria de este personaje panameño, no habrá ninguna duda, que si llega a la presidencia, será un presidente popular y en quien sus conciudadanos podrán creer...  
Este hombre de familia, acostumbrado a luchar por sus metas y a trabajar por los más necesitados, de seguro recibirá de los panameños que han visto su excelente trabajo como servidor público, el apoyo necesario para lograr tal hazaña: sentarse en la silla presidencial.





Por: 
Eric Enrique Aragón







jueves, 1 de diciembre de 2011

La mejor enseñanza que recibí…

La regla de oro más importante que debe observar toda persona es: la oración. Esta representa el puente entre nosotros -los mortales- y Dios.  Cuando apartamos unos minutos de nuestras actividades diarias, para decir tan siquiera un Padrenuestro, con la mayor sinceridad; lo más seguro es que Dios y su hijo Jesucristo, nos apoyarán en todo lo que hagamos.

 Pues, la oración, cuando sale del corazón, es una invitación que le hacemos a DiosHe aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno me abre, yo entraré…”  Jesucristo, que dio la vida por nosotros, todos los días está tocando la puerta de nuestro corazón…

 ---- ¡Ven muchacho arrodíllate…! No podemos acostarnos si no hacemos la oración antes…
---Me decía la anciana, de cabellos blancos y un poco pasada de peso. 

Todas las noches me mostraba rebelde ante tal solicitud. Para mí esto de hacer una oración era lo más aburrido del mundo… Prefería mil veces ponerme a jugar. Y en efecto, antes de acostarme me ponía a jugar con unos soldados que hacía de papel. Muy pocos juguetes de verdad me compraban. En ese momento no lo comprendía… Ahora que crecí, estoy seguro de que la anciana no me compraba juguetes, porque era muy pobre. Ella fue una de las pocas personas que me amaron y que me enseñó lo mejor de su vida: ¡A conversar con Dios…!  Su recuerdo siempre estará en un lugar muy especial de mi mente… 

Calculo –no estoy seguro- que la anciana llamada Leovigilda, había nacido en el año 1880; ya que tenía un poco más de ochenta años de edad. Estamos ahora mismo en el año1965 (si mi memoria no me falla). A pesar de que la anciana tenía familia, la mayor parte del tiempo, hasta donde mis recuerdos alcanzan, vivía sola. Yo era su única compañía. La casa donde vivíamos era de madera, no muy grande.  Tenía tres divisiones: una sala. A un lado de ésta, la cocina; y en la parte posterior, el cuarto donde dormíamos: la anciana y el pequeñín de 4 años, o sea, “yo”.  -bastante grande para dos personas- 

La casa estaba casi en el centro del pequeño pueblo, frente a una calle que salía a la carretera principal, que atravesaba el país de un extremo a otro.  Cerca una estación de trenes… Algunas veces tenía que viajar con la ancianita, a visitar a sus familiares que vivían en otro lugar muy distante y viajábamos en el tren… 

 ---- ¡Niño malcriado! ¡Mañana se tiene que despertar a las cinco de la mañana! -Me decía la ancianita. ¡…Cómo si yo no me despertara a esa hora…! Si algo jamás dejaron de enseñarme cuando estaba pequeño, era que tenía que levantarme al amanecer. Pues para ellos levantarse tarde era de holgazanes… Siempre me ponían a hacer alguna tarea… ¡Lo que más odiaba era recoger las hojas del patio…!

 ----Mañana viajaremos en tren… Estas palabras que finalmente me expresaba la ancianita, Leovigilda, eran palabras mágicas para mí No dormía en toda la noche… Y creo que a las tres de la mañana me levantaba de la cama, pensando que así podía hacer correr el tiempo… La anciana me regañaba por interrumpirle el sueño… Yo dormía a un lado de ella, rozando sus costillas, en la misma cama. ¡Por cierto! La cama era de madera…

 Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos señor, Dios nuestro; en nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo… Amén”. 

 “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino, sea hecha tu voluntad, en el cielo como en la tierra; danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal… Amén”.

 A esa edad estas eran las oraciones más aburridas de mi vida… Obviamente, no comprendía el valor de las sagradas palabras… Y era obvio, que no podía a esta edad entender… Como cualquier infante de cuatro añitos, únicamente quería jugar...  Pero, gracias a la persistencia y a la convicción, que tenía esta anciana, de que algún día estas palabras serían mi mayor tesoro…  ¡Nunca…! ¡Nunca…! ¡Jamás…!  dejó de enseñarme: 
“orar a Dios”.

 Hoy día le agradezco a Dios, que puso en mi camino a esta anciana Leovigilda, que me regaló el mejor tesoro que puede tener un ser humano “Conversar con Dios”.

¡Qué Dios y Jesucristo la tengan en su gloria…!







Autor:
 Eric Enrique Aragón