domingo, 17 de octubre de 2010

Recomendaciones para la búsqueda de empleo…


La actitud que tenga la persona en el momento que inicia la búsqueda de trabajo es muy importante; ya que esta situación puede convertirse en su mejor aliado o más fiel enemigo.

Visualizar la necesidad de encontrar empleo, como un proceso que debe ser agradable, es lo primero. Es cierto que cuanto más demoramos para hallar un empleo, el costo es mayor; ya que se hace un gasto económico en muchas hojas de vida (currículum vitae); transporte, compra de periódicos para ver los anuncios de trabajo; fotocopias, y lo peor es que si no logramos nuestro objetivo, vendrá una gran frustración; incluso, perderemos la autoestima.

No se pretende negar tal situación; pues, una gran cantidad de personas, ya sea que vivan en Europa, América o en cualesquiera otras regiones del mundo, padecen los efectos de no conseguir un trabajo: frustración, angustia, desánimo, autoestima baja… Y finalmente dejan de luchar por la vida y se entregan en los brazos del fracaso.

Jamás estimado lector nos podremos librar de las frustraciones, desánimos o efectos negativos, en tanto seamos seres humanos: Pues, estas son emociones que viven en la mente humana. Todos los seres vivos en un momento dado, por algún hecho contrario a nuestros deseos, nos sentimos tristes, frustrados o desanimados… Lo importante es entender que los sentimientos negativos siempre nos acompañan, como el aliento mismo de la vida. La mayoría únicamente duran un par de días; es decir, son pasajeros, “si nosotros los dejamos ir…”

Lo que si deseamos compartir con ustedes, son las herramientas que utilizamos para buscar empleo, siempre que nos quedamos sin trabajo. Debemos comprender que los tiempos han cambiado; hoy día es difícil que un trabajador dure 20 años en una empresa hasta obtener una pensión de vejez, como era lo normal hace unas décadas.

Puesto que vivimos en un mundo que cambia rápido, por la tecnología que avanza a la velocidad de la luz; sistemas de trabajo y técnicas que cada vez son más sofisticados, contratos de trabajo por periodos cortos y una población –en su mayoría joven- que busca empleo y que se multiplica rápido, sobre todo, en los países en desarrollo, transforma el proceso de buscar un trabajo en algo sumamente complicado y a veces traumático. Pero, no es imposible si usted lo desea en su mente y se prepara para competir.

Antes de buscar trabajo dialogue con Dios y Nuestro Señor Jesucristo. El es un gran amigo. Si usted realmente busca empleo para superarse, ayudar a su familia; dar un buen ejemplo moral, de lucha y esfuerzo; y utilizar sus habilidades para el bien de los demás. “Créame Dios lo ayudará a obtener un trabajo”.

Otro factor importante es que usted vea la búsqueda de empleo como una competencia sana, que le permitirá conocer gente, empresas y adquirir nuevas experiencias, que le servirán para el futuro, cuando nuevamente tenga que buscar trabajo. Este es un proceso que jamás acaba…

Analice bien cada puesto de trabajo vacante, de modo que usted cumpla con los requisitos y cualidades, que pide el empresario. Muchos candidatos son rechazados, porque envían el currículum vitae o asisten a las entrevistas sin cumplir realmente con los requisitos.

La preparación para la entrevista es fundamental para que se fijen en usted. La forma de vestir debe ser sencilla, pero, correcta. Igualmente, los gestos, ademanes, forma de actuar y de hablar es vital para la evaluación. Usted puede inspirar confianza o lo opuesto.

Siempre demuestre interés y deseos de trabajar en la empresa. No se desanime, porque le ofrezcan un salario bajo. Al contrario vea lo positivo de todo. Tendrá una oportunidad de demostrar sus habilidades y cualidades. Además, obtendrá más experiencias que le servirán para superarse laboralmente.

Recuerde: Cuánto más difícil sea encontrar un trabajo, más esfuerzo y empeño demostraré…Y jamás dejaré que la frustración y la baja autoestima me derroten, puesto que yo soy un luchador por la vida y Dios me ayuda…


Por: Eric Enrique Aragón
17-octubre-2010






















domingo, 10 de octubre de 2010

Desarrollo económico y libertad de expresión...

Fuente:PANAMA AMERICA
ciudad de Panamá, sábado 9 de octubre de 2010
PA-DIGITAL.com.pa


No puede haber desarrollo económico, sin libertad de expresión

por: Eric Enrique Aragón
PROFESOR


 

El señor Guido Rodríguez, presidente del Forum de Periodistas, hizo una serie de señalamientos sobre la libertad de prensa, a raíz de la condena de los periodistas Sabrina Bacal y Justino González, que merecen que toda la sociedad panameña, le prestemos mucha atención. Véase la edición digital del diario Panamá América del día miércoles 6 de octubre del presente año. Estas declaraciones se dan a través de una conferencia de prensa, en la misma fecha del diario citado, en la cual estuvieron presentes otros periodistas y profesionales connotados.
El Licenciado Rodríguez, se refirió al hecho de que el Gobierno está por un lado haciendo todos los esfuerzos a nivel internacional para lograr una mejor evaluación en el ámbito económico y financiero, de modo que nuestro país sea recomendado como un lugar adecuado para las inversiones y negocios a nivel mundial. Y esto es precisamente, la labor fundamental de estos organismos, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que velan por el cumplimiento de todas aquellas recomendaciones que se hacen a los países, para garantizar un país seguro para las inversiones extranjeras y para recibir apoyo en todos los aspectos de las naciones industrializadas, como las de Europa y de nuestro mayor y más importante socio y ejemplo de democracia y libertad de prensa, los Estados Unidos de América.
De la calificación que obtenga el país dependerá que se firmen muchos acuerdos y tratados necesarios, para los países en vías de desarrollo como nuestro país Panamá, que tanto apoyo requiere. Daba a entender con sus palabras muy atinadas, el señor Guido, que por otro lado el Gobierno estaba perjudicando su excelente labor con las últimas actuaciones, de minimizar los grandes avances en materia de libertad de expresión. Por cierto, muy bien explicado por el Presidente del Forum de Periodistas, en el programa del día martes, en horas de la noche, Debate Abierto, de Canal 4.
Permítame señor Guido manifestarle que en nada se equivocó. El Gobierno con excelentes economistas y empresarios, debe hacer un alto para reflexionar mesuradamente en torno a este problema, que de seguro, si no hacemos nada, estaremos llevando al país a un enfrentamiento entre dos bandos: el Gobierno y la sociedad panameña. Porque es un asunto que nos compete a todos. Por ejemplo, en estos momentos me toca dictar unos cursos a una gran cantidad de jóvenes estudiantes, que se preparan como técnicos superiores, en áreas en que, en los últimos años, han alcanzado un gran desarrollo en nuestro país Panamá y que todo apunta que aún seguirán creciendo: tales como, el sector turismo, financiero y de recursos humanos.

Les explico -a los alumnos- el valor de la competitividad a nivel local e internacional; la importancia de mirar el recurso humano, como un activo fundamental, para que las organizaciones logren sus metas y calidad en los servicios; y de la responsabilidad que le toca a los Gobiernos de crear un país propicio y seguro para que todo lo anterior se dé.
Y todo empieza con el respeto a las libertades básicas de los individuos, como la libertad de opinión. Y es que precisamente en el juego de ideas y críticas, tanto las organizaciones, como los Gobiernos pueden corregir sus errores y mejorar su futuro.
Por otro lado, cuando sometemos al país a este retroceso, todos perdemos. Ya que es aquí donde aquellos individuos y grupos frustrados y extremistas, saben capitalizar la situación para sacar provecho. Tal como ha ocurrido en algunos países vecinos. Y cuyos gobiernos lo primero que han pretendido es acabar con los medios de comunicación y con todo indicio de libre expresión, llevando a la sociedad al mayor oscurantismo y violencia… ¿Queremos esto para nuestro bello país?
Todo lo que Panamá a nivel internacional ha conseguido, lo puede perder. Hoy día los canales de comunicación se han sofisticado tanto, que es casi imposible detener el flujo de información, que viaja a la velocidad de la luz; de manera tal, que los ataques a la libertad de las personas, de los medios de comunicación y expresión, simplemente, porque a alguien no le gusta que lo pongan en evidencia, corre -la información- por todos los países desarrollados y organismos internacionales, que al final volverán a calificar al país desfavorablemente y todo los esfuerzos hechos quedarán en nada.
“Jamás podrá haber desarrollo y crecimiento económico, sin libertad de expresión y de prensa”.

viernes, 1 de octubre de 2010

¡Dime que comes y te diré quien eres…!


Desde la antigüedad de una u otra forma se le ha dado suma importancia al cuidado de la salud, tanto mental como física. Por ejemplo: los griegos practicaban muchos ejercicios físicos, como factor esencial para el desarrollo de las habilidades, sobre todo para la guerra.

¡Bueno! Las olimpiadas que celebramos en la actualidad y que nos permiten deleitarnos con las fenomenales destrezas físicas de los jóvenes atletas, tuvieron su origen en la Antigua Grecia. Igualmente, en el imperio más grande y duradero que ha tenido la humanidad –casi 400 años- El Imperio Romano, también se destacaba el estudio del cuerpo y la mente, como decían ellos “Mens sana In corpore sano”.

Este tema es como aquella persona que sabe dónde están las herramientas apropiadas para trabajar, pero, no las utiliza, porque tendría que hacer un mayor esfuerzo… ¡Y no quiere…! Prefiere la vida fácil aunque sacrifique la buena salud…

Seleccionar los alimentos diariamente para toda la familia es importante. Los alimentos adecuados previenen enfermedades del corazón, de los riñones, problemas respiratorios, fortalecen los huesos, mantiene el sistema defensivo del cuerpo en óptimas condiciones, reducen la pereza, el cansancio, la anemia. Mejoran el rendimiento mental de las personas, en el trabajo y de los niños y jóvenes estudiantes. Asimismo, influye aunque esto no se percibe tan claramente, en los niveles de optimismo con que el ser humano debe enfrentar los problemas día a día.

Algo que no se debe tomar a la ligera es que no se requieren grandes sumas de dinero para tener una buena alimentación. La gente pobre, con pocos recursos económicos puede comprar alimentos que no cuestan mucho y son nutritivos.

Por ejemplo: ¿Quién no puede comprar huevos de gallina, avenas, cremas de maíz y plátano, verduras, frutas como el guineo, leche, yuca, tortillas de maíz, tomar mucha agua; evitar excesos de condimentos, hacer una buena sopa con verduras frescas una vez a la semana. Y en algún momento –a veces es costoso- conseguir pescados, mariscos y demás alimentos del mar.

¡Claro! Todos estos alimentos los debe escoger frescos y con buen olor; y si come en los restaurantes de la calle, entonces escoja los más aseados y que cocinen en forma saludable. Y no tienen que ser de lujo... Busque los populares, siempre hay magníficos restaurantes. Todo esto debe combinarse con moderados ejercicios físicos, como correr, caminar, y otros apropiados a la edad. Y no menos significativo es el descanso físico. Mucha gente trabaja duro, lo sabemos; no obstante, debe aprovechar cualquier oportunidad para dormir… Para mí lo más importante es la salud espiritual y emocional; ya que nos proporcionará la fuerza para vivir con entusiasmo día a día, es decir, la poderosa MOTIVACIÓN. ¿Cómo lograr esto? ¡Fácil! Lea los buenos escritos en los periódicos y revistas, busque temas educativos en la Internet, lea libros de motivación, frases, adagios, etc. Siga los buenos ejemplos de la gente que lo rodea. Ame y dedíquele tiempo a su familia; visite lugares al aire libre, aprecie la naturaleza y respétela; observe el mar, el atardecer y el alba; practique la oración a Jesús…


Me atrevo a asegurarle que si usted practica gran parte de estos consejos: su vida será mejor…




Por: Eric Aragón
1 de octubre de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

Por un mundo mejor…

Seguro que mucha gente piensa que tener riqueza material es algo negativo, y en consecuencia, los que la poseen son crueles y despiadados. Pues, en cierta forma se expresan así, más que por un razonamiento filosófico, lo hacen porque viven en extrema pobreza, sus hijos padecen desnutrición, carecen de oportunidades para tener una mejor calidad de vida y son víctimas de las injusticias de los malos gobiernos y los ricos empresarios. ¿Qué ser humano en estas condiciones no va a odiar a los que más tienen?
En primer lugar permítame explicarle, con todo el respeto que usted se merece y sin pretender cambiar sus pensamientos, que el problema no está en que una persona tenga más dinero o riqueza que otra. No podemos creer que todos somos iguales… ¡Es imposible! Observe a su alrededor y usted podrá ver gente de diferentes tamaños, colores, habilidades, personalidades y caracteres, incluso, en su propia familia.

Esta diferencias por si solas no significan que unos sean malos y otros buenos… ¡Jamás! Igual, usted, no puede esperar que todos los mortales tengamos las mismas habilidades. Si una persona tiene más talento para los trabajos eléctricos, entonces es lógico y justo, que gane más dinero que los demás. Si un hijo de alguien -sea pobre o pudiente- se esfuerza y obtiene una excelente preparación universitaria, tendrá derecho a ganar grandes sumas de dinero… ¡Para eso se estudia! Y hay que aplaudir a la gente que se supera…

Igual si hay seres humanos que son hábiles para los negocios, honrados por supuesto, y acumulan bienes y dinero, por esto no tenemos derecho a tratarlos como demonios… Simplemente aprovecharon un talento y las oportunidades que se les presentaron. Igual si un padre o una madre les dejan a sus hijos tierras, bienes y riqueza, tampoco tenemos derecho a condenarlos por nacer en cuna de oro. Todos los seres humanos merecen respeto, sean ricos, pobres, estudiados o no, reyes y príncipes, gobernantes, políticos, empresarios, etc.

Para los que somos cristianos tenemos un gran ejemplo en las palabras de Nuestro Señor Jesucristo, cuando dijo: “dad al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios…” De estas palabras se desprende el principio del Respeto a los demás, sin hacer distinción de raza, posición social, política, económica o social. La lección más grande la dio Jesucristo, pues en ningún momento de sus años de noble vida, irrespetó a persona alguna ni siquiera cuando (Jesucristo) los criticaba por las malas acciones.

El problema que está sufriendo la humanidad y la naturaleza se debe a la conducta de las personas y en este caso específico de los que más tienen y no sólo me refiero a las posesiones materiales; sino también, a los talentos. Pareciera que en estos tiempos de tanta tecnología y conocimientos, cuánto más preparación académica y dinero alcanza una persona, se hace más cruel e inhumano.

Los empresarios deben aprender que si comparten una mínima parte de sus ganancias con los empleados, les irá mejor; ya que lograrán poco a poco, que muchos empleados sean más leales, eficientes y comprometidos con la empresa. ¿Cómo se logra esto? ¡Fácil! Invierta en capacitaciones periódicas para los trabajadores. Hágales regalos navideños de comida; establezca un fondo de becas para los hijos de sus colaboradores (sus empleados). Diseñe una política de aumentos salariales que beneficie a los trabajadores que se esfuercen por ganar tal aumento, y que no perjudique tampoco a la organización. Si se trata de una compañía grande, puede establecer un fondo o crear una pequeña financiera para hacerles préstamos a los trabajadores, a intereses más bajos.

Por otro lado, todas las empresas deben participar en programas de ayuda social, a través de fundaciones debidamente establecidas y que en verdad cumplan con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población. Me refiero a aquellas que ayudan a los niños huérfanos, ancianos, minusválidos, mujeres maltratadas, e igualmente, a las que cooperan con la capacitación de la gente más necesitada para conseguir un empleo. Y los más importante, ayudar de una u otra manera a las escuelas públicas para que éstas cumplan con el propósito de brindarle una educación integral o completa a nuestra juventud, que requiere más y mejores oportunidades en la vida para que la delincuencia no los atrape en sus garras, de las cuales jamás podrán salir; ya que su único final es la muerte y destrucción.

Por otro lado están las organizaciones que protegen el medio ambiente, que necesitan con urgencia ayuda económica y de recursos humanos, para crear conciencia en todos los sectores de la sociedad, que tenemos la obligación de cuidar la naturaleza; de modo tal que nuestros hijos –en un futuro cercano- no respiren contaminación ni beban aguas negras y puedan conocer ríos y mares hermosos; y árboles frescos, con abundantes ramas y hojas. Y que puedan en algún momento ver un lindo amanecer y atardecer…

Los gobiernos, los empresarios, los ricos, los políticos y la sociedad civil tenemos el gigantesco reto de hacer de este mundo, un lugar mejor para vivir. Y lo podemos hacer si cada uno de nosotros hace un esfuerzo –por pequeño que sea- en favor de nuestra población y de nuestro medio ambiente…

Por:
Eric Enrique Aragón
19 de septiembre de 2010


jueves, 16 de septiembre de 2010

Una lección para mis estudiantes…

Le doy gracias a Dios, que en muchas ocasiones tengo la oportunidad de trabajar como profesor en algún pequeño centro educativo. Ahora mismo tengo que enseñar varias materias relacionadas con el área administrativa, financiera, económica y de recursos humanos; en un instituto que ofrece carreras a nivel técnico, incluyendo como requisito final, una práctica profesional.

Mi agradecimiento a Dios, no sólo es porque tengo una pequeña entrada económica, que me permite sobrevivir en tiempos malos… como se decía en la profecía o predicción hecha por Daniel, en la antigua Babilonia “un periodo de vacas flacas”. Se quería decir con esto que se estaba en un momento difícil, tomando en cuenta también la parte económica.

Mi satisfacción va más allá de lo monetario, ya que tengo la oportunidad de transmitir conocimientos sustentados por mi propia experiencia laboral, ocupando todos los puestos de trabajo, desde el más sencillo; pero, no menos importante, hasta el de jefe en la empresa privada y últimamente en instituciones públicas; igualmente el cargo de administrador judicial –laboral-. Y lo más importante para mí es que trato de ofrecer a los estudiante una enseñanza que he aplicado diariamente en mi vida personal, con el fin de mantener una actitud positiva frente a las dificultades que nos rodean a todos los seres humanos día a día, sin hacer distinción de raza, credo, nivel educativo, social o económico.

Usted puede vivir en México, Argentina, Venezuela, Centroamérica, Panamá, España, Bulgaria, Estados Unidos; en fin, no interesa en que parte del mundo usted resida o que idioma hable, lo único cierto es que todos nosotros estaremos siempre unidos por los problemas, angustias, frustraciones y tensiones que son situaciones propias de la existencia humana y que siempre nos acompañarán como aquel perro fiel hasta el último minuto de vida.

Por ejemplo, en la clase de relaciones humanas y ética profesional, les explico a los estudiantes que una gran parte de los problemas en una empresa están relacionados con la conducta humana. Incluso, aquellos trabajadores que siempre tienen una excusa para no hacer bien su trabajo o no logran adaptarse al ambiente laboral, demuestran una conducta totalmente pesimista.

Definitivamente que si entendemos un poco el comportamiento de las personas, tendremos mayor capacidad para enfrentar las distintas situaciones laborales. Todo depende de la actitud que tengamos en un momento determinado –les explico a los alumnos con mucho entusiasmo- ¡Y por favor…! No me digan que tienen dificultades personales, porque si alguien tiene el montón de problemas económicos y sufrimientos; y para empeorar las cosas, cada vez que pretendo realizar un plan o alcanzar un sueño de superación, todo se me viene abajo, como escribió Og Mandino, en una de sus obras literarias “la vida siempre está 6 a 5 en contra de lo correcto que tratamos de hacer”.

Sin embargo, siempre debemos recibir cada día, con un sueño lindo y hermoso, y tomar la firme decisión de trabajar duro todos los días para lograr nuestros propósitos, siempre y cuando éstos sean buenos.

Tener un equilibrio interno, en nuestro “yo interior”, es fundamental para que podamos mantener una buena armonía con nuestro medio exterior; es decir, en el ambiente laboral, la comunidad y la familia. ¿Cómo se logra el equilibrio interno? Practique la buena lectura, vea programas de televisión que contribuyan a la buena educación, escuche a las personas que hablan de una manera interesante y que siempre se ocupan en tareas positivas; vaya a la iglesia debes en cuando, levántese en la madrugada a mirar las estrellas y a meditar sobre cómo mejorar su vida –créame Dios le ayudará-; haga ejercicios periódicamente –podría caminar o trotar frente al mar o en un parque lleno de árboles-; coma frutas, tome bastante agua, trate bien a su familia o parientes; trate de practicar la bondad y el perdón; procure ser tolerante con las demás personas, apártese de las dificultades y de la gente problemática… Aprenda a deleitarse con la música suave e instrumental… Y lo más sagrado, ejercítese en la Oración al Altísimo…
Si usted practica todo esto, sus problemas no desaparecerán. ¡Jamás le podré decir tal cosa! Pero, si le puedo asegurar, porque lo he experimentado en mi vida, que tendrá más fuerzas para enfrentarse al diario vivir y a sus problemas de trabajo…


Por:
Eric Aragón
16 de septiembre de 2010






viernes, 10 de septiembre de 2010

Libertad de prensa...

DECLARACIÓN DE CHAPULTEPEC

La importancia de la libertad de expresión
Eric Aragón
opinion@prensa.com

El objetivo de la Declaración de Chapultepec, de la Sociedad Interamericana de Prensa, era que todos los sectores de la sociedad (gobernados y gobernantes) entendieran que sin libertad de prensa es imposible consolidar la democracia.

La libertad de prensa materializa y da grandeza a uno de los principios de la declaración universal de los derechos humanos, avalada por la ONU y contenida, de una u otra forma, en la Carta Magna de la mayoría de los países, nos referimos a la libertad de expresión.

Se formularon 10 principios con el fin de que formaran parte de la cultura política y para que las diversas instituciones públicas que forman el Legislativo, Judicial y Ejecutivo las incorporaran como normas a seguir y respetar. ¿Por qué se planteó tal necesidad? Porque sin libertad de prensa no puede existir un real juego de ideas, necesarias para que un país alcance un desarrollo sostenible y fuerte.

¿Qué ocurriría si los ciudadanos de un país no pudieran expresar sus ideas y críticas sobre proyectos de ley, decisiones de los gobiernos o cómo mejorar el sistema educativo, las inversiones, licitaciones, compras directas, la conducta de los altos funcionarios, en fin, sobre todos los aspectos de la vida de un país que afectan a la comunidad en general?

¡Qué lindo sería –pensarían algunos funcionarios con mando y poder– que nadie los criticara! Eso sería horrible y atentaría contra la democracia. Esta conducta sometería al país más rico al total oscurantismo y atraso… Las opiniones de los demás son necesarias para lograr la solución de los problemas que afectan a toda la sociedad; sirven para medir la conducta pública de los que “temporalmente” ocupan cargos públicos.

Ningún gobierno escogido por la mayoría de los electores puede hacer lo que quiera sin medir las consecuencias, o pensar que es infalible o eterno y que tiene la verdad. Los miembros del Gobierno fueron elegidos porque durante la campaña política la población creyó en sus promesas y programas que contribuyeran a minimizar el desempleo, a proporcionar mejor educación, a mejorar la seguridad pública, atraer inversiones para el desarrollo del país, y para que la riqueza nacional llegara a la gente más humilde por medio de viviendas, agua y luz, alimentos accesibles a las mayorías, etc.

Es lamentable que los seres humanos no comprendan que los puestos públicos son pasajeros, que la sencillez, humildad y bondad reflejada en todos los actos y decisiones públicas son los que tienen valor y encierran sabiduría. Lo que engrandece a un estadista y dirigente es la virtud de oír y respetar las ideas y críticas de los demás. A los grandes líderes se les recuerda, porque se hicieron más sabios escuchando a los demás…

Véase algunos principios de la Declaración de Chapultepec: No hay personas ni sociedades libres, sin libertad de expresión y de prensa. El ejercicio de esta no es una concesión de las autoridades; es un derecho inalienable del pueblo; toda persona tiene el derecho a buscar y recibir información, expresar opiniones y divulgarlas libremente. Nadie puede restringir o negar estos derechos, y las autoridades deben estar legalmente obligadas a poner a disposición de los ciudadanos, en forma oportuna y equitativa, la información generada por el sector público. No podrá obligarse a ningún periodista a revelar sus fuentes de información.


Fuente:
Diario La Prensa
República de Panamá
9 de septiembre de 2010




miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mi afición preferida…

---- ¡Muchachito! ¡Muchachito…! ¡Despierta…! ¡Tienes que ir a la escuela…! ¡Hasta cuando vas a dormir…! ¡Te voy a echar agua...!
Estas eran algunas de las frases cotidianas, a las cuales estaba acostumbrado diariamente. ¡Como todo niño…! Quería seguir durmiendo… Generalmente, me levantaban de la cama a las 6 de la mañana. Y no sólo durante los días de escuela; también, me levantaban temprano los fines de semana.

¡Aquellos tiempos eran otros…! Tanto en la escuela como en el hogar, se enfatizaba mucho la disciplina y los valores morales. Se creía ciegamente que la disciplina y los valores morales, iban a convertir al niño para el futuro: “en un hombre trabajador y de bien”. ¡Bueno! No se equivocaron… La conducta agresiva de las personas –incluyendo a los mozalbetes- hoy día, está muy ligada a la falta de valores morales. Igual ocurre en las empresas… La carencia de disciplina y valores morales de los trabajadores, influye bastante en la ineficiencia de ellos mismos y en los resultados negativos de la gestión empresarial.

¡Qué tiempos aquellos! ¡No los cambiaría por nada del mundo…! No cabe la menor duda de los enormes avances que ha tenido la tecnología y la ciencia; que hacen nuestra vida más confortable. Pero, cuando se comprende la importancia de practicar los valores morales… ¡Créanme! Nuestra vida será mejor en todos sus ámbitos...

Después de una larga y tormentosa espera, llegaba el tan anhelado fin de semana. ¡Podía jugar con otros niños…sin preocuparme mucho por la escuela! Aunque, generalmente, jugaba solo. Por eso me llamaban… en forma de burla o mofa…”Pájaro zonzo”.

El día domingo era para mí, “sumamente especial”, pues, iría al matiné, como se le llamaba a la función de cine. Ésta daba inició a la una de la tarde y terminaba, aproximadamente, a las 5 de la tarde. Era una presentación de 2 películas especialmente para niños y adolescentes. ¡Claro…! Siempre asistía gente adulta; ya sea acompañando a los niños o simplemente los mayores quería aprovechar el baratísimo precio. Las salas de cine presentaban todos los días películas, de todos los géneros, en horas de la noche. Lógicamente, no se permitían menores de edad. Aparte de todo, la entrada era más cara.

Las películas que se veían en el matiné, ya se habían presentado en las tandas nocturnas. Algunas eran un poco viejas; pero, jamás dejaban de ser excelentes… A mi me fascinaban las películas de acción, terror y aventuras. Y las clásicas tiras cómicas…
Sansón y Dalila, Los diez mandamientos, El corsario negro, Tarzán, Batman y Robín; Lo bueno, lo malo y lo feo; King Kong, Veracruz, El llanero solitario; Drácula, El hombre lobo, Casablanca, Lo que el viento se llevó… En fin, son tantas las películas que vi y gocé, y que aún conservo las imágenes en mi mente, que no terminaría nunca de mencionarlas… ¡Yo creo que vi el 90 por ciento de todas las películas, series y tiras cómicas, que dieron en el cine y en la televisión, antes del año 1970!

¡…Y qué decir de los grandes actores y actrices…! Víctor Mature, Errol Flynn, John Wayne, Paul Newman, Elizabeth Taylor, Hedy Lamarr, Gary Cooper, Kirk Douglas, Laurence Olivier, Roger Moore, Charles Bronson, Bela Lugosi, Boris Karloff, Lon Chaney Jr. , y otras grandes celebridades del mundo del cine y la televisión… Hacer mención de estos actores, sería igual que con las películas: ¡una larga e interminable lista que jamás…!

La entrada al matiné costaba únicamente 20 centésimos de dólar. A veces, tenían promociones, por ejemplo: con diez etiquetas de productos comerciales, podía entrar gratis a la función de cine y gozar las dos películas. Las películas, generalmente, eran seleccionadas de acción, terror y aventura. ¡Las preferidas por los niños y adolescentes…! ¡0h…Qué tiempos aquellos…!

Por: Eric Aragón

El romanticismo en mi vida…

¡Mi vida siempre ha estado marcada por el romanticismo…!
Todo empezó con un baile escolar. Los maestros conjuntamente con la dirección de la escuela y la asociación de padres de familia, decidieron organizar una actividad destinada a recoger fondos, para reparar los baños que permanecían dañados, desde hacía un par de meses.

La actividad se celebraría un viernes, desde tempranas horas del día, hasta las 2 de la tarde aproximadamente. Ésta consistía en venta de comidas, bebidas y golosinas; juegos para niños, tómbolas; y por supuesto, no podía faltar el tradicional baile para todos los que quisieran asistir. Tanto maestros, padres de familia, como alumnos se daban cita en un gran salón de clases que se habilitaba, para tal finalidad. Para poder bailar había que pagar la suma de 25 centésimos de dólar por cabeza…

Después de pagar mi boleto, entré al gran salón de baile y me senté en una silla… Me dediqué largo rato a ver las parejas bailando, pues, aparte de que no sabía bailar, era bastante tímido. Se puede decir que durante mi infancia y la mayor parte de mi adolescencia fui muy tímido; no obstante, jamás me detuvo esta cualidad, para ser aventurero y audaz.

Ya tenía más de una hora de estar solo y de aguantar las burlas – a veces disimuladas y otras no- de mis compañeros bailarines; porque (yo) no me acercaba a ninguna niña para invitarla a bailar… ¡Mi timidez me lo impedía…Tenía miedo…!

Sentí que todo el cuerpo me temblaba, casi no podía hablar, y para rematar por poco me orino del nerviosismo que sentí, en el preciso instante, cuando una voz muy dulce me dijo al oído:
---- ¿Quieres bailar conmigo? ¡No era cualquier niña! Se trataba de la más hermosa de la escuela. Alta, clara de piel, cabello largo ondulado, ojos de color violeta, igual que su nombre de pila -supongo que su nombre se lo pusieron en honor a sus lindos ojos- y como si fuese poco, una de las mejores alumnas de la escuela.

Honestamente, ignoro como ocurrió… pero, a partir de ese momento ella y yo bailamos hasta el final. ¡Claro…! Únicamente bailamos boleros, pues, era lo más fácil para mí, ya que era un perfecto torpe para el baile. Sin embargo, a ella no le importó…Yo no hacía nada…Ella me guiaba con su cuerpo y me indicaba, cuando debía ir más lento para no pisarle mucho los pies… Realmente era un tarado… No nos despegamos el uno del otro, parecíamos dos enamorados… Nos convertimos en el centro de atracción y chisme, de todo mundo…Mis ojos y mis sentimientos eran solamente para ella… ¡En ese momento, hasta le pedí a Jesús que detuviera el tiempo para siempre…! Ese momento fue mi primer contacto con el amor noble y dulce, que puede sentir un niño de nueve años hacia una niña de once años. ¡Sí...! ella era dos años mayor que yo, pero, así la amaba… ¡Bueno…! Era un niño y para mí ese era el perfecto amor…

Después que terminó la actividad bailable y todo se normalizó en el centro educativo, la vi un par de veces y creo que nos enviábamos mensajitos de amor… Ella cursaba el quinto grado y estaba en otro lugar recibiendo sus clases; ya que la escuela estaba dividida en dos secciones, alejadas una de otra. ¡Jamás olvidé este corto, pequeño y bello romance…!

No puedo aseverar si fue a partir de este romance…Pero, lo cierto es que descubrí que tenía cualidades para ser romántico… Me empezaron a gustar todas las películas clásicas de romanticismo. Leía bastante las novelas de amor y me apliqué al aprendizaje de exquisitas palabras, casi poéticas, de aquellas que impresionan a las damas.
Estas cualidades me han acompañado toda la vida… A muchas damas he podido enamorar con palabras bonitas y ramos de flores… ¡A la mamá de mis dos hijos la enamoré con palabras dulces, románticas y poéticas…! En varias ocasiones exclamó:
---- ¡No sé que te vi…! Obviamente no se refería a mi belleza física, porque no la tengo…


Por: Eric Aragón

domingo, 15 de agosto de 2010

Palabras del Director

Distinguidos Lectores:

La revista Futuro es un medio informativo y cultural, que se creó con la finalidad de orientar, instruir, motivar y desarrollar el pensamiento positivo y optimista en los lectores.

Para lograr nuestro ideal se hará una selección de artículos y noticias de los diferentes diarios a nivel mundial. Además se presentará una serie de resúmenes, comentarios, biografías y pensamientos filosóficos que han influido en la historia de la humanidad.

La revista tendrá un enfoque variado, ya que se tratarán temas ecológicos, sociales, políticos, económicos, turísticos, históricos, literarios y de motivación; pero, siempre se buscará en cada tema, un alto contenido de calidad y que cumpla con el objetivo de la revista.

Tenemos plena confianza en nuestro Dios - el Dios de Israel- que todas aquellas personas que visiten esta revista,
encuentren en sus páginas un mensaje motivador e inspirador, que cambie su modo de pensar y caminar por la vida...

Indudablemente, este sueño únicamente será posible con la participación de ustedes, como lectores y patrocinadores de la revista Futuro.


Eric Enrique Aragón
Director y creador

Correo Electrónico: aragon044@yahoo.com

Cell Phone:  62 88 04 74  

jueves, 5 de agosto de 2010

Una mano amiga...

Resulta muy triste para un ser humano, en medio de un problema difícil y complejo, no encontrar una mano amiga que lo ayude. Sin embargo, lo que causa más desesperación, angustia y dolor, es saber que nadie te puede ayudar; porque tu problema es grande… ¡No te queda otro camino, que bajar la cabeza y resignarte! Algunas veces esta resignación se traduce en decisiones equivocadas, que te afectan a ti y a tu familia.

A veces los problemas por los cuales pasa un individuo son consecuencias de sus actos, a lo largo de su camino por el mundo terrenal. Y no son todos los que tienen la oportunidad de contar como su vida cambió, por algún suceso inesperado o más bien por la misericordia de una mano invisible.

Hace dos mil años pasó por esta vida terrenal un ser sabio, que nos dejó las reglas para vivir mejor. Normas que no se respetaron y mucho menos se practicaron. Dos mil años después las mismas reglas están vigentes y al alcance de toda la humanidad. Pero, al igual que en la antigüedad, la humanidad sigue violando estas sabias recomendaciones.

Este señor demostró ser el mejor amigo de la humanidad, porque realizó la acción más grande que se puede hacer en beneficio de los demás: “ofrecer su propia vida en sacrificio”.
Gracias a este hombre llamado “Jesucristo”, hoy día podemos acercarnos a él mediante oraciones sencillas, y pedirle la fuerza necesaria para llevar una vida conforme a sus mandamientos, si queremos vivir mejor…

Su gran mensaje se traduce en una reglas fáciles de cumplir, si le pedimos su guía y fuerza:
Darle el respeto (a El) que se merece; no hacerle daño a nadie y buscar siempre la unidad familiar.

“Gracias JESUCRISTO por ser mi mano amiga, que nunca me abandona en mis peores momentos…”

Por: Eric Aragón
5 de agosto de 2010




domingo, 1 de agosto de 2010

Mi primera experiencia en la escuela...

Para muchos niños la experiencia de ir a la escuela por primera vez, es bastante traumática. Por eso es necesario que alguno de los padres o tutores, esté pendiente del desenvolvimiento del niño, en la escuelita. Mantener contacto directo y a diario con los maestros; y si es posible, o por lo menos, tratar de acompañar al infante a la escuela, cada vez que se pueda, es fundamental para la estabilidad emocional del pequeño.

Los adultos deben comprender que el niño se siente raro e indefenso, en un ambiente totalmente nuevo para él; y si ve algún elemento hostil en la escuela; podría ser hasta traumática su experiencia escolar. Ésta debería ser la mejor para el niño; ya que va a realizar actividades que desarrollarán su imaginación y creatividad; y por otro lado, conocerá nuevos amiguitos. Pero, hay que hacer énfasis en el hecho de que los padres deben ayudar a que el proceso de adaptación escolar, sea lo más rápido y satisfactorio para el niño.

¡La verdad…! El recuerdo que pasa por mi mente, acerca de mi primera experiencia escolar, es un poco confuso en ciertos casos. No obstante, si recuerdo perfectamente lo principal del relato.
Eran los inicios del año 1966. Cumpliría dentro de unas semanas la edad de cinco años. En estos años muy poco se conocía la educación, que hoy día se llama preescolar. Es decir, que al niño se le lleva -desde los tres y cuatro años- a una escuelita especial, donde más que todo se le estimulará la creatividad y se le ayudará al proceso de adaptación, de modo que cuando empiece la escuela básica, se pueda adaptar fácilmente.
¡Hago el intento de comprender, porque la señora con quien vivía, me había entregado a una mujer joven… casi una muchacha, para que me llevara a vivir a otro lugar!
En mi mente está claramente la imagen de la muchacha, cuando me lleva de la mano a tomar un bus de pasajeros (chivita). Aparentemente, nos dirigimos a un pequeño pueblo, ubicado en un lugar alto; ya que la chiva va por una carretera, en forma de curvas y que sube…

Aunque no le veo la cara a la muchacha en mis recuerdos, si la visualizo como una joven de corta edad, tal vez unos dieciocho años; esbelta y con un vestido (traje), bien arreglado. Tiene la apariencia de una joven muy seria… ¡Lamentablemente…! Por más que trató de buscar en mi mente… no encuentro ninguna información, sobre esta muchacha desconocida… ¡Solo Dios sabrá quien era esa misteriosa muchacha, y si aún vive…! ¿A dónde estará…?

Llegamos a un pequeño pueblo. Recuerdo que las líneas del ferrocarril pasaban por todo el centro del poblado –en esos años eran muy populares los trenes como medio de transporte-. Había bastante casas, tiendas, supermercados, y calles laterales.

La muchacha me llevó a vivir con una familia, un poco numerosa. Era una calle que no tenía salida. A la entrada de la misma (calle), estaba una casa, con un gran patio, lleno de animales domésticos. ¡Aquí se reunía toda la familia a comer! Al final de esta misma calle, otra casa, con varios cuartos –llenos de camarotes-. Aquí dormía yo… ¡…Y por cierto, qué problema, la gente no sabía que hacer conmigo…Tenía la mala costumbre de orinarme, casi todas las noches en la cama…! Ambas casas pertenecían a la misma familia… ¡Y todavía no descubro –y nunca lo haré- quienes eran estas personas y que hacía yo allí…! Cuando se salía de la calle, en la cual me encontraba, inmediatamente se observaba la escuela, a dónde iría, yo, al kínder –estaba cerca de la casa-.
No recuerdo si alguien me llevó a la escuelita o tuve que ir solo. Lo que sí sé, es que estuve pocos días en la escuela. No me pude adaptar… ¡Me la pasaba llorando…! Después… ¡Todo se acabó…! ¡Salí de ese pueblo…! Alguna persona me tuvo que sacar… ¡No recuerdo más…!
¡Y la muchacha misteriosa…! Prácticamente, desde que me llevó al pueblo, desapareció… ¡Jamás supe de ella…!

Lo único agradable que me gustó de ese lugar, es que me escapaba de la casa, al atardecer, para ver las series de televisión que se transmitían en esos años. Me paraba enfrente de la casa de una familia cualquiera, para ver televisión, ya que era muy común mantener las ventanas y puertas abiertas. Mucha gente en esa época, acostumbraba asomarse por las ventanas y puertas, para ver la televisión. No todo mundo podía tener un televisor. Y los que sí tenían, dejaban ver a los vecinos las series y telenovelas –muy populares por esos años-. Mi serie favorita era el “El gato”. Pero, realmente, no era la única serie que me atraía. Casi todas las series de televisión de esta época me fascinaban.

Recordemos las famosas series de televisión: Batman y Robin, Bonanza, El Gran Chaparral, Los Agentes de Cipol, Superman, Rin Tin Tin, Lassie, La Pandilla, Hawai 5 Cero; en fin, todas las series eran espectaculares; pues, la televisión estaba de moda.


Por: Eric Aragón
1/agosto/2010

jueves, 1 de julio de 2010

La mejor enseñanza que recibí...

La regla de oro más importante que debe observar toda persona es: “la oración”. Esta representa el puente entre nosotros -los mortales- y Dios.
Cuando apartamos unos minutos de nuestras actividades diarias, para dedicarlo a decir tan siquiera un Padrenuestro, con la mayor sinceridad; lo más seguro es que Dios y su hijo Jesucristo, nos apoyarán en todo lo que hagamos.
Pues, la oración, cuando sale del corazón, es una invitación que le hacemos a Dios. “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno me abre, yo entraré…” Jesucristo, que dio la vida por nosotros, todos los días está tocando la puerta de nuestro corazón…
---- ¡Ven muchacho arrodíllate…! No podemos acostarnos si no hacemos la oración antes…
---Me decía la anciana, de cabellos blancos y un poco pasada de peso.

Todas las noches me mostraba rebelde ante tal solicitud. Para mí esto de hacer una oración era lo más aburrido del mundo… Prefería mil veces ponerme a jugar. Y en efecto, antes de acostarme me ponía a jugar con unos soldados que hacía de papel. Muy pocos juguetes de verdad me compraban. En ese momento no lo comprendía…Ahora que crecí, estoy seguro de que la anciana no me compraba juguetes, porque era muy pobre. Ella fue una de las pocas personas que me amaron y que me enseñó lo mejor de su vida: ¡A conversar con Dios…! Su recuerdo siempre estará en un lugar muy especial de mi mente…

Calculo –no estoy seguro- que la anciana llamada Leovigilda, había nacido en el año 1880; ya que tenía un poco más de ochenta años de edad. Estamos ahora mismo ubicados entre el año 1964 y 1965, aproximadamente. A pesar de que tenía familia, la mayor parte del tiempo, hasta donde mis recuerdos alcanzan, vivía sola. Yo era su única compañía. La casa donde vivíamos era de madera, no muy grande. Tenía tres divisiones: una sala, a un lado de ésta, la cocina; y en la parte posterior, el cuarto donde dormíamos, bastante grande para dos personas…La anciana y el pequeñín de 4 años, o sea, “yo”.

La casa estaba casi en el centro del pequeño pueblo, frente a una calle que salía a la carretera principal, que atravesaba el país de un extremo a otro. Cerca una estación de trenes… Algunas veces tenía que viajar con la ancianita, a visitar a sus familiares que vivían en otro lugar muy distante y viajábamos en el tren…

---- ¡Niño malcriado! ¡Mañana se tiene que despertar a las cinco de la mañana! Me decía la ancianita. ¡…Cómo si yo no me despertara a esa hora…! Si algo jamás dejaron de enseñarme cuando estaba pequeño, era que tenía que levantarme al amanecer. Pues para ellos levantarse tarde era de holgazanes…Siempre me ponían a hacer alguna tarea… ¡Lo que más odiaba era recoger las hojas del patio…!

----Mañana viajaremos en tren… Estas palabras que finalmente me expresaba la ancianita, Leovigilda, eran “palabras mágicas para mí…” No dormía en toda la noche…Y creo que a las tres de la mañana me levantaba de la cama, pensando que así podía hacer correr el tiempo… La anciana me regañaba por interrumpirle el sueño…Yo dormía a un lado de ella, rozando sus costillas, en la misma cama. ¡Por cierto! La cama era de madera…

“Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos señor, Dios nuestro; en nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo…Amén”.

“ Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino, sea hecha tu voluntad, en el cielo como en la tierra; danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal…Amén”.

A esa edad estas eran las oraciones más aburridas de mi vida… Obviamente, no comprendía el valor de las sagradas palabras… Y era obvio, que no podía a esta edad entender… como cualquier infante de cuatro añitos. Pero, gracias a la persistencia y a la convicción, que tenía esta anciana, de que algún día estas palabras serían mi mayor tesoro… ¡Nunca…! ¡Nunca…! ¡Jamás…! Dejó de enseñarme “a orar a Dios”.

Hoy día le agradezco a Dios, que puso en mi camino a esta anciana Leovigilda, que me regaló el mejor tesoro que puede tener un ser humano “Conversar con Dios”.

¡Qué Dios y Jesucristo la tengan en su gloria…!

Autor:
Eric Aragón
1 de julio de 2010

¡Mi vida… una ironía...! (Relato)

¡La historia de mi vida…! Tiene tantas anécdotas que cuando se la cuento a alguien y sobre todo a la gente joven, les causa risa… A veces he tenido que ganarme algún dinerito para sobrevivir, trabajando unas pocas horas como profesor –es lo único que me ofrecen- y créanme que hay que hacer malabarismos para comer y pagar el alquiler.

En ciertos momentos libres, cuando converso con los jóvenes estudiantes y éstos me preguntan por los eventos de mi vida, yo me animo a contarles –por supuesto, no todo se les puede relatar-.
En otras ocasiones, también, algún adulto o contemporáneo (ya casi estoy en los cincuenta años), desea conocer mi pasado…

Cuando tomo la decisión de narrar algún detalle de mi vida, terminan mis interlocutores con una sonrisa –que más parece burla- o un gesto de ironía, porque hallan la narración de algunas facetas de mi vida, algo fantásticas o sacadas de la mente del productor de cine: Steven Spielberg.

Aún no puedo explicar como pude llegar a las aulas universitarias y como si fuese poco llegar a ser un estudiante distinguido… Mi niñez y mi adolescencia están cargadas de tantos sinsabores, que a esta edad debí en lugar de contemplar las estrellas, como lo hago al amanecer, estar estrellado…

Mi verdadera madre, una gitana que emigró a Centroamérica (Costa Rica), en los años 50, y que mi mente no logra recordar bien. "Una leve y borrosa imagen de una mujer esbelta, clara de piel, con su rizado y largo cabello", es lo único que logro ver en lo más recóndito de mis recuerdos… ¡Es comprensible que no la recuerde! La última vez que la vi sólo tenía 4 añitos…

Después me convertí en una bola –entiéndase la expresión en forma literal-; ya que distintas personas, en diferentes países donde viví tales como Costa Rica, Islas Canarias, el este de Europa, sobre todo Rumanía de donde era mi aventurero padre, y Panamá donde me trajo mi madre, intentaban adoptarme de hecho, pues legalmente nadie lo hizo ni le interesó. En fin, la historia siempre era la misma: “te queremos educar…” y al siguiente año me largaban como un… Bueno… hay que utilizar la imaginación… No cabe la menor duda de que soy hijo de una gitana… ¡Nunca…! ¡Jamás! Me pude adaptar a un lugar o tomar en serio algo. Siempre fui inestable, soñador y aventurero… Desde que tuve uso de razón mis pensamientos siempre han estado en un lugar lejano...Quizás es cierto lo que dicen… Que la sangre llama…

A los ocho años me ganaba mi propio dinero, limpiando zapatos o vendiendo frutas para algún fulano… Me iba con otros mozalbetes a los grandes ríos, llenos de fuertes corrientes y remolinos. Recuerdo una vez que una señora me llevó a su casa. Era una familia pobrecita que vivía en un campo… La señora, bueno, para mí era mayor…Pero realmente se trataba de una mujer joven que trabajaba como empleada doméstica en la gran ciudad… El asunto es que un día salimos a visitar a una vecina, cuya casa estaba lejos. Así es el vecindario en el campo… Cuando estábamos donde la vecina, se me ocurrió lanzarme a un río que estaba frente a la casa de ésta. El charco parecía poco profundo… ¡Sorpresa la mía! Se trataba de un río sumamente hondo y con fuertes corrientes… ¡Me estaba ahogando...! ¡Tragaba agua, trataba de gritar y no podía...! ¡Movía las manos desesperadamente! –"estaba pequeñito, no podía hacer más"- milagrosamente la misma corriente que me estaba ahogando, me llevó a las raíces acuáticas de un gran árbol que estaba a la orilla del río. No sé como pude agarrarme desesperadamente de las raíces y salir del río… Me encontraba asustado, era una experiencia sobrehumana para un niño… ¡Lo increíble de todo es que las dos mujeres estaban hablando tranquilamente y jamás se dieron cuenta de mi agonía…! En lugar de traumatizarme esta mala experiencia, me convertí en un excelente nadador a los nueve años. "No hubo río por más peligroso que fuese, que me asustara…"

En otra ocasión, un supuesto padrastro, esposo de una señora que según ella, mi mamá me regaló. Pero ¡Jamás! durante el tiempo que estuve con ellos supieron darme una explicación coherente y satisfactoria de tal hecho. Más bien pensaba y aún lo hago, que ellos pudieron comprarme o que alguien me plagió… Estamos hablando de una época en la cual no había tanta bulla ni investigaciones por estos actos… A menos que se tratara de gente influyente o adinerada… ¡Pero gitanos…! Éstos eran tratados mal en Europa y en todas partes del mundo…

El señor –supuesto padrastro- me llevó a vivir con él, ya que estaba separado de la señora. Me inscribió en un buen colegio católico, donde estuve poco tiempo; sin embargo, recibí una excelente formación moral y buenos ejemplos que marcaron mi porvenir… Recuerdo que estando con él conocí de cerca los grandes barcos que venían de Europa a buscar bananas… Vivíamos cerca de un gran puerto al cual llegaban los grandes barcos… El padrastro mío –poco tiempo duró su papel como padrastro- trabajaba para la compañía multinacional Chiquita Brands International, que se dedicaba a la producción y exportación de bananas. Subir a los barcos y recorrer todas las secciones fue tan impresionante, que quería trabajar en uno de éstos. Nunca me dejaron laborar en estas embarcaciones, pues, el señor (padrastro) alegaba que tenía que hacer muchos trámites, porque yo era menor de edad. Déjenme decirles que en esos años hasta un fantasma podía trabajar fácilmente en los barcos… Lo más que alcancé, fue trabajar unos días en un barco de cabotaje…

En pocos meses este señor, con sus comentarios y regaños, me hacía sentir como el mozalbete más rebelde de la época (años 60 y principios del 70). Ahora que tengo buen uso de razón, me doy cuenta que simplemente preparaba el camino para deshacerse de mí… Y así fue… me tiró a la calle como un…Nuevamente… La imaginación… Pero, antes de que esto sucediera, a los doce años de edad, con un montón de monedas (centésimos) que sumaban un dólar, me escapé de la casa y con un poco de creatividad, conseguí subirme a un avión carguero –en ese tiempo muchos utilizaban hélices- y viajar lejos, aunque al rato me devolvieron, sin mayores consecuencias…Mi vida está llena de emocionantes aventuras y eventos dramáticos, que espero contarlos poco a poco…


Por:
Eric Aragón

El día que se perdió el pato...

La tía María, como todos le decíamos, andaba desesperada, gritando… ¡Qué alboroto había formado eses día…! buscando de un lado a otro…Cualquiera pensaría que buscaba al “nieto recién nacido…” Sin embargo, no era un ser humano lo que con tanto afán buscaba. Seguía gritando cada vez con más fuerza: ¡Esteban…! ¡Esteban…! ¡Esteban…! ¡Donde estás! Pueden creer que se trataba de un pato. ¡Por supuesto…! No era cualquier pato… “Era su pato”.
Como ella decía: -Esteban es mi pato preferido. Siempre anda detrás de mí. Un día de estos me va a hablar, y cuando eso ocurra no sé que le voy a decir-.

Era una pequeña casa de madera, sin mucha estética, más tenía la forma de una figura cuadrada. Apenas se cruzaba la puerta de entrada, se encontraba uno con una pequeña sala y después seguían varios cuartos: uno al lado del otro y en el centro un pasillo. En total cuatro cuartos. Al final, el quinto cuarto que abarcaba todo el espacio y se utilizaba como depósito. Éste tenía una puerta de salida hacia la parte trasera de la casa.

A lado de la casa -mirándola de frente, hacia la derecha- un rancho de paja, abierto por todos los lados, que se utilizaba como cocina. Realmente, la cocina consistía en dos fogones, que usaban tres grandes piedras cada uno. El combustible era la madera seca, la cual se encendía echándole un poco de querosín. Ahora recuerdo –pues, tenía cinco años de edad- entre el rancho de paja y la casa, colocaron un techo de zinc, e hicieron un piso de cemento, para usarse como comedor –también estaba abierto, sin puertas-.

Enfrente de la casa estaba una quebrada, que la tía María utilizaba para lavar los platos; incluso, también, la ropa. Con este propósito se colocó en el lugar más adecuado, un techo de zinc y unas piedras de cierto tamaño, que servían como asiento a las personas que estuviesen allí lavando. La quebrada no estaba muy lejos de la casa, quizás a unos 30 metros.

Igualmente, la casa estaba rodeada por grandes árboles, cuyo dolor de cabeza para mí, era el montón de hojas que se desprendían - más en la época seca- que yo tenía que recoger todos los días. Había árboles de todas clases, desde frutales (naranjas, guabas, tamarindo, cocos y otros); hasta aquellos usados para sacar madera, como el Roble, Macano y Cedro. Me encantaba ver éstos últimos por ser árboles de gran altura…

Antes de llegar a la quebrada, que ya mencionamos, había varias cuerdas de alambre delgado, amarradas entre dos árboles, que se usaban como tendedero de ropa. La casa –realmente era una finca- tenía grandes extensiones de terreno hacia atrás. En éstos se apreciaban corrales (lugares destinados a los animales), con cercas de alambre de púas o de de una especie de bambú muy resistente. Había un corral para cada especie de animales o de aves; tales como, las vacas, cerdos, caballos, gallinas y patos.

Algunas gallinas, gallos y patos, al igual que un par de cerdos y caballos veteranos, andaban libremente. Éstos siempre permanecían cerca de la casa…Realmente eran los que le daban la alegría, con sus diferentes ruidos… Y no podía faltar el mejor amigo del hombre: un par de perros ordinarios, de color marrón claro, más parecido a los tinaqueros, que no sólo avisaban cuando venía un visitante –siempre los había- sino que cuidaban a los animales que estaban en la casa, de la presencia de las zorras, culebras, gavilanes, tigrillos o de cualquier otro animal indeseable, que acechaba a los animales domésticos.

Todos los días al amanecer, los residentes de la casa se despertaban con el alegre canto de los gallos. A las seis de la mañana, tanto los miembros de la familia, como los animales domésticos esperaban el desayuno. Algunas veces había uno que otro animal que se aventuraba a exigirle a la tía María, el desayuno. El caballo viejo era uno de estos animales que a veces le empujaba la ventana de su cuarto. Todos ellos andaban siempre detrás de la tía. Pero, uno de los preferidos por ella, era precisamente el pato Esteban. Nombre que sacó de una radionovela.

Además de la tía María –la protagonista de este relato junto a su fiel pato- cuya edad rondaba los 48 años, aproximadamente; estaba el esposo, un señor de unos setenta años, trabajador y fuerte como un roble, a quien todo mundo llamaba “Tatica”. Un nieto de unos quince años, que trabajaba a la par de los adultos en las labores de campo. También, los acompañaba un muchacho de origen indígena, que servía como mozo. Al igual que la mamá de la tía María, a quien todos llamábamos cariñosamente “abuela”. Y por último me encontraba “yo”, el que recuerda esta historia, situada en el año 1966 (apenas tenía cinco años de edad).

--- Si uno de ustedes votó a Esteban... ¡Nadie desayunará hoy! …–Expresaba la tía María- Yo sé que no lo quieren, porque le gusta subirse a las camas. Pero “es mi animal y yo lo estimó mucho”. ¡Creen que yo no los escuché hace unos días, decir: que lo (el pato) iban a llevar lejos, a la montaña…!

Ese día fue tal el alboroto que formó la tía María, que nadie fue a trabajar; pues, todos se sumaron a la búsqueda del famoso pato. Hasta los otros animales se veían desesperados buscando, también, a Esteban; sobre todo, los perros tinaqueros –grandes amigos del pato.

--- ¡Por estar metiéndote en las ollas te pasó esto…! ¡…Qué voy a hacer sin ti…! ¡Porque, Dios mío, te llevaste a mi compañero Esteban! --Gritaba desconsolada la tía María- al encontrar el pato después de tantas largas horas de búsqueda, sin vida dentro de una enorme olla, usada para sancochar plátanos y otras verduras, que por alguna razón se volteó cuando el pato se metió dentro de ella.

¡Bueno…! Durante unos días todos extrañamos al pato, sobre todo, la tía María.

Al cabo de un mes todo volvió a la normalidad…ya nadie mencionaba a Esteban…Tal vez para no herir a la tía María que todos apreciábamos mucho…
¡Definitivamente que la comida mató al pato…!


Autor.
Eric Aragón
1 de julio de 2010

martes, 1 de junio de 2010

¡Cuándo mi vida cambió…! Parte I (Relato)

Miraba los grandes árboles que me rodeaban y cuyas ramas se movían de un lado a otro, casi de una manera rítmica. Se podía escuchar un hermoso y leve sonido, producto de la suave brisa que soplaba, como si la bella princesa de un cuento de hadas, acariciara mi poco agraciado rostro.

Estaba sentado en la banca de un famoso parque, a mi lado una muchacha... De piel muy blanca, demasiado alta para mí. Ella pertenecía a una familia de clase media y de fuertes principios morales… Ambos cursábamos el penúltimo año de la escuela secundaria. La verdad no me explico que hacía conmigo. Desde corta edad he sido un enamorado de las mujeres lindas… pero, siempre me ha ido mal… tal vez por no tener el físico de Paul Newman; más bien, si habría que compararme, sería con un Orson Welles… ¡y quizás éste atrajo más mujeres en una hora, que yo en toda una vida…!

Todos los compañeros de estudio y la directora nos andaban buscando por todas partes…Eran las diez de la mañana y nos habíamos escapado de la escuela para ir al parque a darnos unos besos… Siempre la cuerda se rompe por el lado más delgado. En este caso –utilizando el sentido figurado- yo representaba esa parte más frágil de la cuerda. La directora me quería expulsar del centro educativo y los padres de la joven hicieron una campaña para ponerme como el peor de los estudiantes… ¡Y por supuesto…! Le prohibieron a la esbelta muchacha que tuviera contacto conmigo… Unos días después, ella me pidió que nos viéramos a escondidas, pero, mi orgullo y frustración hicieron que no la determinará jamás…

Mi vida de adolescente en ese momento era un caos, andaba de tumbo en tumbo. No sabía que quería en la vida ni que camino seguir. Dentro de unos meses cumplía dieciocho años y para rematar no sabía que hacía en la escuela…No era mi prioridad, no me gustaba. No tomaba el estudio en serio. Me dedicaba a la vida mundana… Llevaba una vida nocturna –parecida a la de un vampiro- hasta altas horas de la noche en las cantinas, bares y lugares de apuestas. Me gustaba jugar billar, era un apostador hábil. Ganaba dinero, a pesar de estar prohibido para los menores de edad, trabajando en los billares… Era un joven precoz en esta clase de vida, en la cual predominaba lo negativo… De vez en cuando tenía que darme puños con alguien… En fin, no era de extrañar que viviera así, al fin y al cabo, soy hijo de una gitana española, que huyendo de la persecución en Europa –tal vez buscando una mejor vida para mí- vino a América a abandonarme a principios de la década del sesenta; para ser exacto en el año mil novecientos sesenta y uno.

Después del incidente con la joven, decidí viajar a otra ciudad. Desde pequeño me gustó viajar… Siempre me la ingeniaba para hacerlo, a veces sin plata ni ropa. Usando la imaginación y el juego de palabras, lograba viajar a otras lejanas regiones. Nunca me sentí como parte de los lugares donde vivía, con alguna persona o familia que –supuestamente- me quería adoptar; pero, que al final me daban una patada… y para la calle; porque según ellos, yo no iba a servir para nada productivo en la vida… Me habían condenado antes de tiempo… Prácticamente, viajé con lo que tenía puesto y con casi ningún dinero.

Ha transcurrido la mitad del año 1979. Cuando se me acabó el dinero, tuve que dormir un par de días en un callejón. Mi cama consistía en unos cartones. Tenía que dormir con un ojo abierto, pues, abundaban los del mal vivir. Se me ocurrió –creo que desde que nací tuve una gran imaginación- ir a una iglesia, no recuerdo la denominación, y decir que había sido objeto de un robo y que por favor me ayudaran, pues, necesitaba un trabajo y donde quedarme…Tengo que reconocer que a diferencia de otros, siempre le caía bien a la gente… De repente no quedaban muy convencidos de la historia que les contaba, pero, siempre me ayudaban…

Terminé en la casa de una gente que asistía a la iglesia. Un señor miembro de esta familia, trabajaba arreglando los jardines y limpiando el patio de casas de familias pudientes. Lo hacía como un servicio profesional y le pagaban por día. Trabajé unos días como ayudante. Después me recomendó para que trabajara con un señor de familia rica y aristocrática, como jardinero y aseador. Como el trabajo era de tiempo completo, tenía que dormir en un cuarto que estaba detrás de la residencia. Realmente eran dos habitaciones especialmente para los empleados. ..¡Y qué cuartos…Eran bonitos y sus baños con preciosos mosaicos!

La residencia era de una sola planta, pero, enorme y muy linda. Tenía una terraza en la parte posterior; al igual que una gran piscina que me tocaba limpiar todos los días. Una fachada impresionante…Tenía grandes columnas de piedras, pintadas de un apropiado color rojo, que las hacían atractivas a los ojos humanos. Un jardín lleno de flores de todos los colores. Y un garaje para varios automóviles. Sin embargo, no todo era perfecto aquí… La familia estaba separada… Simplemente mostraban una falsa imagen a la sociedad de ricos y famosos, como lo eran. La esposa, una señora gorda y sin mucha gracia, ocupaba un cuarto lejos del esposo –aún no se habían divorciado-. Era dueña de una casa de playa, en un lugar exclusivo para los aristocráticos y recibía un jugoso cheque mensual por servicios prestados como diplomática –más bien creo que se trataba de un regalo que le hacía su influyente familia-.

Continuará….




Autor: Eric Aragón
27 de mayo de 2010

¡Cuándo mi vida cambió…! Parte II (Relato)

Por otro lado, estaba el esposo de la doña - mi jefe- de unos 54 años de edad, quien era el dueño de la residencia donde me encontraba. Trabajaba como alto ejecutivo en una empresa multinacional. Y no podía faltar, la linda y vanidosa hija. Una joven de 15 años, a quien le gustaba presumir en el club social más exclusivo del país (únicamente para aristocráticos).
Lo cómico es que la hija y la madre no le hablaban al señor; mejor dicho, ninguno se determinaba. Y cada quien tenía su propia servidumbre. No es exagerado decir que se odiaban…

Cuando el señor llegaba del trabajo –supongo que la soledad lo impulsaba- me llamaba para que lo acompañara a cenar y después nos poníamos a jugar naipes. Entre jugada y jugada, me hablaba de su vida como estudiante en los Estados Unidos de Norteamérica y de su profesión como financista –muchos años después vine a comprender que hace un financista-. Los relatos que me hacía de su vida como estudiante, me impresionaron bastante. Por otra parte, tenía una gran biblioteca llena de tantos libros, que cautivaron mi atención… ¡Pero, aquí no finaliza mi admiración…! Observar a este señor hablar bien y poseer tantos conocimientos; al igual que el manejo tan preciso de los cubiertos, a la hora de comer: ¡Me impactó doblemente…!

A los pocos días de trabajar en la residencia, me comunicó el señor que tenía que acompañarlo a la casa de playa. ¡Yo no iba a pasear…! Sino a trabajar como mesero (waiter). Con frecuencia acostumbraba reunirse, los fines de semana, con sus amigos en la casa de playa. Estas pláticas de sobrias no tenían nada. Esta gente “aristocrática” se emborrachaba y protagonizaba actos, que a veces no se diferenciaban de los que se veían en los barrios populares.

Mi labor como waiter solo duró unas pocas horas. Empecé muy bien, sirviendo las copas de whisky –había una medida para las damas y otra para los caballeros-. Pronto la curiosidad me llevó a probar un poquito el fino licor. ¡Lo encontré dulce y sabroso…! Cada vez que preparaba el trago a los invitados, aprovechaba -en la cocina- para tomar mi poquito de whisky. A las dos horas ya me había olvidado de las medidas y hasta de caminar recto… Con frecuencia las damas iban a la cocina, a preguntarme si estaba utilizando las medidas correctamente… ¡Los tragos que me tomaba, y que por ignorancia creía que el efecto no sería tan fuerte, a las dos horas, empezaron a surtir efecto. Obviamente, no era como yo esperaba. Empecé a perder la noción, tanto del tiempo como de la medida de las copas. Sin embargo, las damas con mucha valentía se tomaban los tragos que les llevaba…!

El patrón me había contado que algunos amigos suyos se emborrachaban, a tal extremo que perdían el control…y realizaban actos, a veces, bochornosos. ¡Bueno…Yo lo pude comprobar…!

Para concluir, al día siguiente, me había despertado dentro de una tina de baño… Me contaron que a las pocas horas no me vieron más… Después de una búsqueda, ya que los invitados esperaban que sirviera los tragos, me halló una mujer en la tina del baño de las damas, no antes de gritar; pues únicamente –según dijo la dama- veía mis zapatos y como es lógico, se asustó. Al día siguiente, todos comentaban y se reían del incidente… les pareció chistoso por tratarse de un jovencito… ¡Lo consideraron una mala travesura…! ¡Este fue el final de mis relaciones con la alta sociedad…!

Después de un mes de trabajo como jardinero y aseador, renuncié; ya que a veces quedaba en el medio de las polémicas de la familia… Y para empeorar las cosas, me gustaba la hija…

Volví con mis antiguos amigos –la gente pobre de la iglesia-; pero, cargado de libros y revistas que me regaló el señor aristocrático, para quien trabajé.

El mismo señor que me recomendó para el trabajo de jardinero, me manifestó, que su hermano mayor cuidaba una finca y que si yo quería ayudarlo. Por lo menos, tendría comida y casa (y algo de dinero me pagaba), hasta que pudiera conseguir un empleo mejor que el anterior. Le dije que si aceptaba, aunque no estaba muy convencido de ir a una finca. La imaginaba lejos y en una zona rural.

¡Sorpresa la mía…! Al darme cuenta de que no era una finca rural; sino, la mansión de otro personaje adinerado. Se trataba de dos hermanos que emigraron de Barcelona, en los años 40, a esta región de América. Ambos españoles, como socios, establecieron una de las primeras rutas de buses de pasajeros, que funcionó, si no me equivoco, hasta los años 70. No obstante, estos españoles, ya se habían hecho ricos y tenían propiedades de mucho valor económico… Las residencias, realmente eran dos, estaban en espera de ser vendidas; ya que los dueños originales (los patriarcas), habían fallecido –no tenían mucho tiempo- y los hijos (adultos) vivían en otros lugares, también de lujo.

La casa me impresionó por sus decoraciones y lujos –estaba un poco abandonada-. Tenía grandes ventanas con unas cortinas elegantes, gruesas, de color azul y rojo. Grandes aparatos eléctricos por todas partes, como era propio de una residencia de millonarios. Me di gusto viendo películas en un televisor gigante; por supuesto, nos referimos a los televisores que hoy nos parecerían unos grandes cajones; pero, en esa época era lo mejor de lo mejor, y sólo los adinerados podían comprarlos.

En esos años empezaba a funcionar un nuevo canal de televisión. Únicamente existían los dos tradicionales… Este nuevo canal comenzaba a laborar a las tres de la tarde. Tenía un bloque musical: Los grandes de la música –puras canciones en inglés, pero, excelentes-; y la otra parte de su programación, consistía en películas, generalmente de acción, con los grandes actores del cine, como Victor Mature, John Wayne y Robert Taylor, entre otros. Cuando el señor que cuidaba la residencia se iba a la ciudad –vivíamos en una zona residencial un poco alejada del centro de la ciudad- yo me daba gusto comiendo y viendo películas. Siempre he sido fanático del cine y de las grandes baladas en inglés y en español…
Continuará...

Autor.
Eric Aragón
29 de mayo de 2010



¡Cuándo mi vida cambió…! Parte III (Relato).

La mansión tenía por todos los rincones: libros y enciclopedias, sobre todo la enciclopedia Barsa. Grandes mapas del mundo y de España, adornaban los finos y voluminosos escritorios -de madera fina y con grandes planchas de vidrios en la parte superior-. Se notaba que eran dos españoles amantes del conocimiento universal… En fin, además de ver televisión, me apasioné por la lectura de la enciclopedia Barsa y de otros libros que encontré interesantes; incluso, algunos de diplomacia.

Otro asunto que me impresionó, fue la lectura de varios trabajos de universidad de la hija de uno de los españoles –recuerden que eran dos hermanos-, que estudiaba en esos años en la mejor universidad privada del país (únicamente había una para gente pudiente). Los trabajos que leía, porque me parecían interesantes y fáciles de entender –quizás el deseo de aprender y de expresarme bien, era tan grande que entendía los trabajos o simplemente me sentía feliz aprendiendo nuevos conceptos- en su mayoría se referían a la economía.
En ese momento aprendí dos definiciones de lo que significa economía, que jamás se me han olvidado; incluso, son las definiciones que he usado en la actualidad, cuando me ha tocado trabajar como profesor: “La economía es el estudio de la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios…” y el otro concepto… “Es el estudio de las acciones encaminadas a satisfacer las necesidades de los seres humanos…”

Yo juraba que esta joven, pues hasta la había idealizado, estudiaba economía. ¡…Sorpresas trae la vida…! Veinte años después me tocó asistir a una serie de charlas, dictadas entre otros expositores, por esta joven… ¡Bueno…! Era una señora mayor, con bastante peso y con hijos bien grandotes y para nada era economista… Se había doctorado en Psicología en una universidad norteamericana. ¡Por supuesto…! Intercambié palabras con ella…pero, en ningún momento le hice comentario alguno sobre mí pasado…

Al cabo de cierto tiempo –seis meses después- me subí al tren que me llevaría de regreso al lugar donde estaba la escuela que había abandonado… ¡Recuerden que aquí se inició este relato…!

Lo primero que hice cuando llegué a la casa, fue acomodar todos los libros que había llevado. Honestamente, no tenía ni ropa; pero, sentía una profunda felicidad en mi interior, al ver los libros que eran, ahora, de mi propiedad.

Al cabo de unos días, mi pequeño cuarto, ya no tendría el mismo aspecto que antes… estaba bien arreglado, con imágenes y mapas pegados sobre la pared. Coloqué los libros en un mueble viejo de madera, como lo hacen en las bibliotecas. No sería difícil adivinar que mi reciente experiencia transformaría mi vida para siempre…

Desde pequeño tuve la suerte –y siempre le daré gracias a Dios por ello- de estar en hogares, donde abundaban los libros, revistas, novelas y hasta las historietas cómicas del momento. También, crecí escuchando boleros y baladas en inglés y en español. Tal vez por estar siempre solo, sin familia, me alejaba de mi cruel realidad, leyendo libros y novelas… A pesar de leer bastante, nunca fui un intelectual ni aprendí a ver con optimismo la vida; siempre mi vida fue bastante superficial y sin muchos deseos de estudiar… Mi único afán era escaparme de la realidad, viajando como un aventurero sin rumbo.

La escuela me aceptó nuevamente, de manera condicional… Era mi último año de secundaria… Indudablemente mi vida había cambiado para siempre…Ya no era el mismo… Miraba el mundo de otra forma: quizás como esos grandes filósofos y sabios que ha tenido la humanidad…

Me preocupaba por hablar bien... Leía sobre todos los temas -sin descanso- para adquirir conocimientos a la velocidad de la luz; incluso, aprendía acerca de materias poco conocidas en esos años, como la parapsicología.

“Me hice amigo de las bibliotecas”. Cuando me arriesgaba a viajar a otros países, lo primero que buscaba eran las bibliotecas. Seguí siendo aventurero, realicé toda clase de trabajos, tuve altas y bajas en la vida; “pero, la forma de ver el mundo para mí, cambiaría para siempre”; incluso, los amigos y actividades, también.

De ser el peor estudiante, me convertí en uno de los mejores ese último año de secundaria. Participé en dos concursos de oratoria, representando a la escuela. Mi imagen cambió radicalmente, de modo tal que me transformé en un dirigente estudiantil. Y finalmente, para concluir este relato, me gradué de la escuela con el tercer puesto, hasta me gané una beca que jamás reclamé; pues, mi mundo se vino abajo, como siempre ha sido mi vida; y tuve que radicarme en otro país…

FIN…


Autor.
Eric Aragón
29 de mayo de 2010