martes, 1 de junio de 2010

¡Cuándo mi vida cambió…! Parte I (Relato)

Miraba los grandes árboles que me rodeaban y cuyas ramas se movían de un lado a otro, casi de una manera rítmica. Se podía escuchar un hermoso y leve sonido, producto de la suave brisa que soplaba, como si la bella princesa de un cuento de hadas, acariciara mi poco agraciado rostro.

Estaba sentado en la banca de un famoso parque, a mi lado una muchacha... De piel muy blanca, demasiado alta para mí. Ella pertenecía a una familia de clase media y de fuertes principios morales… Ambos cursábamos el penúltimo año de la escuela secundaria. La verdad no me explico que hacía conmigo. Desde corta edad he sido un enamorado de las mujeres lindas… pero, siempre me ha ido mal… tal vez por no tener el físico de Paul Newman; más bien, si habría que compararme, sería con un Orson Welles… ¡y quizás éste atrajo más mujeres en una hora, que yo en toda una vida…!

Todos los compañeros de estudio y la directora nos andaban buscando por todas partes…Eran las diez de la mañana y nos habíamos escapado de la escuela para ir al parque a darnos unos besos… Siempre la cuerda se rompe por el lado más delgado. En este caso –utilizando el sentido figurado- yo representaba esa parte más frágil de la cuerda. La directora me quería expulsar del centro educativo y los padres de la joven hicieron una campaña para ponerme como el peor de los estudiantes… ¡Y por supuesto…! Le prohibieron a la esbelta muchacha que tuviera contacto conmigo… Unos días después, ella me pidió que nos viéramos a escondidas, pero, mi orgullo y frustración hicieron que no la determinará jamás…

Mi vida de adolescente en ese momento era un caos, andaba de tumbo en tumbo. No sabía que quería en la vida ni que camino seguir. Dentro de unos meses cumplía dieciocho años y para rematar no sabía que hacía en la escuela…No era mi prioridad, no me gustaba. No tomaba el estudio en serio. Me dedicaba a la vida mundana… Llevaba una vida nocturna –parecida a la de un vampiro- hasta altas horas de la noche en las cantinas, bares y lugares de apuestas. Me gustaba jugar billar, era un apostador hábil. Ganaba dinero, a pesar de estar prohibido para los menores de edad, trabajando en los billares… Era un joven precoz en esta clase de vida, en la cual predominaba lo negativo… De vez en cuando tenía que darme puños con alguien… En fin, no era de extrañar que viviera así, al fin y al cabo, soy hijo de una gitana española, que huyendo de la persecución en Europa –tal vez buscando una mejor vida para mí- vino a América a abandonarme a principios de la década del sesenta; para ser exacto en el año mil novecientos sesenta y uno.

Después del incidente con la joven, decidí viajar a otra ciudad. Desde pequeño me gustó viajar… Siempre me la ingeniaba para hacerlo, a veces sin plata ni ropa. Usando la imaginación y el juego de palabras, lograba viajar a otras lejanas regiones. Nunca me sentí como parte de los lugares donde vivía, con alguna persona o familia que –supuestamente- me quería adoptar; pero, que al final me daban una patada… y para la calle; porque según ellos, yo no iba a servir para nada productivo en la vida… Me habían condenado antes de tiempo… Prácticamente, viajé con lo que tenía puesto y con casi ningún dinero.

Ha transcurrido la mitad del año 1979. Cuando se me acabó el dinero, tuve que dormir un par de días en un callejón. Mi cama consistía en unos cartones. Tenía que dormir con un ojo abierto, pues, abundaban los del mal vivir. Se me ocurrió –creo que desde que nací tuve una gran imaginación- ir a una iglesia, no recuerdo la denominación, y decir que había sido objeto de un robo y que por favor me ayudaran, pues, necesitaba un trabajo y donde quedarme…Tengo que reconocer que a diferencia de otros, siempre le caía bien a la gente… De repente no quedaban muy convencidos de la historia que les contaba, pero, siempre me ayudaban…

Terminé en la casa de una gente que asistía a la iglesia. Un señor miembro de esta familia, trabajaba arreglando los jardines y limpiando el patio de casas de familias pudientes. Lo hacía como un servicio profesional y le pagaban por día. Trabajé unos días como ayudante. Después me recomendó para que trabajara con un señor de familia rica y aristocrática, como jardinero y aseador. Como el trabajo era de tiempo completo, tenía que dormir en un cuarto que estaba detrás de la residencia. Realmente eran dos habitaciones especialmente para los empleados. ..¡Y qué cuartos…Eran bonitos y sus baños con preciosos mosaicos!

La residencia era de una sola planta, pero, enorme y muy linda. Tenía una terraza en la parte posterior; al igual que una gran piscina que me tocaba limpiar todos los días. Una fachada impresionante…Tenía grandes columnas de piedras, pintadas de un apropiado color rojo, que las hacían atractivas a los ojos humanos. Un jardín lleno de flores de todos los colores. Y un garaje para varios automóviles. Sin embargo, no todo era perfecto aquí… La familia estaba separada… Simplemente mostraban una falsa imagen a la sociedad de ricos y famosos, como lo eran. La esposa, una señora gorda y sin mucha gracia, ocupaba un cuarto lejos del esposo –aún no se habían divorciado-. Era dueña de una casa de playa, en un lugar exclusivo para los aristocráticos y recibía un jugoso cheque mensual por servicios prestados como diplomática –más bien creo que se trataba de un regalo que le hacía su influyente familia-.

Continuará….




Autor: Eric Aragón
27 de mayo de 2010

¡Cuándo mi vida cambió…! Parte II (Relato)

Por otro lado, estaba el esposo de la doña - mi jefe- de unos 54 años de edad, quien era el dueño de la residencia donde me encontraba. Trabajaba como alto ejecutivo en una empresa multinacional. Y no podía faltar, la linda y vanidosa hija. Una joven de 15 años, a quien le gustaba presumir en el club social más exclusivo del país (únicamente para aristocráticos).
Lo cómico es que la hija y la madre no le hablaban al señor; mejor dicho, ninguno se determinaba. Y cada quien tenía su propia servidumbre. No es exagerado decir que se odiaban…

Cuando el señor llegaba del trabajo –supongo que la soledad lo impulsaba- me llamaba para que lo acompañara a cenar y después nos poníamos a jugar naipes. Entre jugada y jugada, me hablaba de su vida como estudiante en los Estados Unidos de Norteamérica y de su profesión como financista –muchos años después vine a comprender que hace un financista-. Los relatos que me hacía de su vida como estudiante, me impresionaron bastante. Por otra parte, tenía una gran biblioteca llena de tantos libros, que cautivaron mi atención… ¡Pero, aquí no finaliza mi admiración…! Observar a este señor hablar bien y poseer tantos conocimientos; al igual que el manejo tan preciso de los cubiertos, a la hora de comer: ¡Me impactó doblemente…!

A los pocos días de trabajar en la residencia, me comunicó el señor que tenía que acompañarlo a la casa de playa. ¡Yo no iba a pasear…! Sino a trabajar como mesero (waiter). Con frecuencia acostumbraba reunirse, los fines de semana, con sus amigos en la casa de playa. Estas pláticas de sobrias no tenían nada. Esta gente “aristocrática” se emborrachaba y protagonizaba actos, que a veces no se diferenciaban de los que se veían en los barrios populares.

Mi labor como waiter solo duró unas pocas horas. Empecé muy bien, sirviendo las copas de whisky –había una medida para las damas y otra para los caballeros-. Pronto la curiosidad me llevó a probar un poquito el fino licor. ¡Lo encontré dulce y sabroso…! Cada vez que preparaba el trago a los invitados, aprovechaba -en la cocina- para tomar mi poquito de whisky. A las dos horas ya me había olvidado de las medidas y hasta de caminar recto… Con frecuencia las damas iban a la cocina, a preguntarme si estaba utilizando las medidas correctamente… ¡Los tragos que me tomaba, y que por ignorancia creía que el efecto no sería tan fuerte, a las dos horas, empezaron a surtir efecto. Obviamente, no era como yo esperaba. Empecé a perder la noción, tanto del tiempo como de la medida de las copas. Sin embargo, las damas con mucha valentía se tomaban los tragos que les llevaba…!

El patrón me había contado que algunos amigos suyos se emborrachaban, a tal extremo que perdían el control…y realizaban actos, a veces, bochornosos. ¡Bueno…Yo lo pude comprobar…!

Para concluir, al día siguiente, me había despertado dentro de una tina de baño… Me contaron que a las pocas horas no me vieron más… Después de una búsqueda, ya que los invitados esperaban que sirviera los tragos, me halló una mujer en la tina del baño de las damas, no antes de gritar; pues únicamente –según dijo la dama- veía mis zapatos y como es lógico, se asustó. Al día siguiente, todos comentaban y se reían del incidente… les pareció chistoso por tratarse de un jovencito… ¡Lo consideraron una mala travesura…! ¡Este fue el final de mis relaciones con la alta sociedad…!

Después de un mes de trabajo como jardinero y aseador, renuncié; ya que a veces quedaba en el medio de las polémicas de la familia… Y para empeorar las cosas, me gustaba la hija…

Volví con mis antiguos amigos –la gente pobre de la iglesia-; pero, cargado de libros y revistas que me regaló el señor aristocrático, para quien trabajé.

El mismo señor que me recomendó para el trabajo de jardinero, me manifestó, que su hermano mayor cuidaba una finca y que si yo quería ayudarlo. Por lo menos, tendría comida y casa (y algo de dinero me pagaba), hasta que pudiera conseguir un empleo mejor que el anterior. Le dije que si aceptaba, aunque no estaba muy convencido de ir a una finca. La imaginaba lejos y en una zona rural.

¡Sorpresa la mía…! Al darme cuenta de que no era una finca rural; sino, la mansión de otro personaje adinerado. Se trataba de dos hermanos que emigraron de Barcelona, en los años 40, a esta región de América. Ambos españoles, como socios, establecieron una de las primeras rutas de buses de pasajeros, que funcionó, si no me equivoco, hasta los años 70. No obstante, estos españoles, ya se habían hecho ricos y tenían propiedades de mucho valor económico… Las residencias, realmente eran dos, estaban en espera de ser vendidas; ya que los dueños originales (los patriarcas), habían fallecido –no tenían mucho tiempo- y los hijos (adultos) vivían en otros lugares, también de lujo.

La casa me impresionó por sus decoraciones y lujos –estaba un poco abandonada-. Tenía grandes ventanas con unas cortinas elegantes, gruesas, de color azul y rojo. Grandes aparatos eléctricos por todas partes, como era propio de una residencia de millonarios. Me di gusto viendo películas en un televisor gigante; por supuesto, nos referimos a los televisores que hoy nos parecerían unos grandes cajones; pero, en esa época era lo mejor de lo mejor, y sólo los adinerados podían comprarlos.

En esos años empezaba a funcionar un nuevo canal de televisión. Únicamente existían los dos tradicionales… Este nuevo canal comenzaba a laborar a las tres de la tarde. Tenía un bloque musical: Los grandes de la música –puras canciones en inglés, pero, excelentes-; y la otra parte de su programación, consistía en películas, generalmente de acción, con los grandes actores del cine, como Victor Mature, John Wayne y Robert Taylor, entre otros. Cuando el señor que cuidaba la residencia se iba a la ciudad –vivíamos en una zona residencial un poco alejada del centro de la ciudad- yo me daba gusto comiendo y viendo películas. Siempre he sido fanático del cine y de las grandes baladas en inglés y en español…
Continuará...

Autor.
Eric Aragón
29 de mayo de 2010



¡Cuándo mi vida cambió…! Parte III (Relato).

La mansión tenía por todos los rincones: libros y enciclopedias, sobre todo la enciclopedia Barsa. Grandes mapas del mundo y de España, adornaban los finos y voluminosos escritorios -de madera fina y con grandes planchas de vidrios en la parte superior-. Se notaba que eran dos españoles amantes del conocimiento universal… En fin, además de ver televisión, me apasioné por la lectura de la enciclopedia Barsa y de otros libros que encontré interesantes; incluso, algunos de diplomacia.

Otro asunto que me impresionó, fue la lectura de varios trabajos de universidad de la hija de uno de los españoles –recuerden que eran dos hermanos-, que estudiaba en esos años en la mejor universidad privada del país (únicamente había una para gente pudiente). Los trabajos que leía, porque me parecían interesantes y fáciles de entender –quizás el deseo de aprender y de expresarme bien, era tan grande que entendía los trabajos o simplemente me sentía feliz aprendiendo nuevos conceptos- en su mayoría se referían a la economía.
En ese momento aprendí dos definiciones de lo que significa economía, que jamás se me han olvidado; incluso, son las definiciones que he usado en la actualidad, cuando me ha tocado trabajar como profesor: “La economía es el estudio de la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios…” y el otro concepto… “Es el estudio de las acciones encaminadas a satisfacer las necesidades de los seres humanos…”

Yo juraba que esta joven, pues hasta la había idealizado, estudiaba economía. ¡…Sorpresas trae la vida…! Veinte años después me tocó asistir a una serie de charlas, dictadas entre otros expositores, por esta joven… ¡Bueno…! Era una señora mayor, con bastante peso y con hijos bien grandotes y para nada era economista… Se había doctorado en Psicología en una universidad norteamericana. ¡Por supuesto…! Intercambié palabras con ella…pero, en ningún momento le hice comentario alguno sobre mí pasado…

Al cabo de cierto tiempo –seis meses después- me subí al tren que me llevaría de regreso al lugar donde estaba la escuela que había abandonado… ¡Recuerden que aquí se inició este relato…!

Lo primero que hice cuando llegué a la casa, fue acomodar todos los libros que había llevado. Honestamente, no tenía ni ropa; pero, sentía una profunda felicidad en mi interior, al ver los libros que eran, ahora, de mi propiedad.

Al cabo de unos días, mi pequeño cuarto, ya no tendría el mismo aspecto que antes… estaba bien arreglado, con imágenes y mapas pegados sobre la pared. Coloqué los libros en un mueble viejo de madera, como lo hacen en las bibliotecas. No sería difícil adivinar que mi reciente experiencia transformaría mi vida para siempre…

Desde pequeño tuve la suerte –y siempre le daré gracias a Dios por ello- de estar en hogares, donde abundaban los libros, revistas, novelas y hasta las historietas cómicas del momento. También, crecí escuchando boleros y baladas en inglés y en español. Tal vez por estar siempre solo, sin familia, me alejaba de mi cruel realidad, leyendo libros y novelas… A pesar de leer bastante, nunca fui un intelectual ni aprendí a ver con optimismo la vida; siempre mi vida fue bastante superficial y sin muchos deseos de estudiar… Mi único afán era escaparme de la realidad, viajando como un aventurero sin rumbo.

La escuela me aceptó nuevamente, de manera condicional… Era mi último año de secundaria… Indudablemente mi vida había cambiado para siempre…Ya no era el mismo… Miraba el mundo de otra forma: quizás como esos grandes filósofos y sabios que ha tenido la humanidad…

Me preocupaba por hablar bien... Leía sobre todos los temas -sin descanso- para adquirir conocimientos a la velocidad de la luz; incluso, aprendía acerca de materias poco conocidas en esos años, como la parapsicología.

“Me hice amigo de las bibliotecas”. Cuando me arriesgaba a viajar a otros países, lo primero que buscaba eran las bibliotecas. Seguí siendo aventurero, realicé toda clase de trabajos, tuve altas y bajas en la vida; “pero, la forma de ver el mundo para mí, cambiaría para siempre”; incluso, los amigos y actividades, también.

De ser el peor estudiante, me convertí en uno de los mejores ese último año de secundaria. Participé en dos concursos de oratoria, representando a la escuela. Mi imagen cambió radicalmente, de modo tal que me transformé en un dirigente estudiantil. Y finalmente, para concluir este relato, me gradué de la escuela con el tercer puesto, hasta me gané una beca que jamás reclamé; pues, mi mundo se vino abajo, como siempre ha sido mi vida; y tuve que radicarme en otro país…

FIN…


Autor.
Eric Aragón
29 de mayo de 2010






lunes, 17 de mayo de 2010

El poder de la fe… (Relato)


¡Creer en lo que se hace…! ¡Tener confianza… Podemos llegar a la meta fijada…! Y lo que debería ser más importante para la vida de los seres humanos: “La fe cristiana”.

La fe, es sencillamente, de acuerdo al conjunto de libros que contienen la mayor sabiduría “Las Sagradas Escrituras”, una combinación de certeza y convicción, en la fuerza divina.

Exactamente, en el año 1974, llegó a mis manos un libro que no solamente llamó mi atención, sino, que me dediqué a leerlo… En esa época –a mis trece años de edad- no era muy amante a la lectura; sin embargo, como mi vida era un poco solitaria y aburrida, me entretenía, a veces, leyendo cualquier revista o libro que encontrara divertido…

Recuerdo que olvidaba el tiempo, pues siempre estaba solo en la casa, leyendo novelas de vaquero, acción o románticas (me refiero a las pequeñas novelas, que por donde uno mirara era un mar de letras, y en su mayoría traducidas del inglés al español)… Eran aburridísimas… No obstante, entre éstas y la soledad, prefería leerlas... Y así la soledad se hacía chiquita frente a la loca imaginación que volaba a su antojo…

De vuelta, nuevamente al libro que llegó a mis manos y que me impactó bastante –tal vez hayan otros mejores, pero, a esa edad me impresionó a tal extremo que aún recuerdo todas las emociones que sentí al leerlo y que definitivamente marcó mi vida para siempre-.

Si mi memoria no me falla, el libro se titulaba. ”El poder de la alabanza espiritual”. ¡No me pregunten por los autores…No recuerdo tanto…! El autor del libro explicaba los resultados que se alcanzan cuando, en secreto o mentalmente y en forma constante, se da gracias a Dios en medio de alguna dificultad que tengamos –no importa la magnitud-. Los efectos positivos que se lograban, los sustentaba con el testimonio de muchas personas, que mediante la acción de dar gracias a Dios o a Jesús –repito, en medio del problema- obtenían algún tipo de satisfacción.

“Una señora iba a ser sometida a una operación quirúrgica, para salvarle la vista. Según los médicos las probabilidades de que la intervención fuese exitosa, tomando en cuenta su edad; era de un 30 por ciento. Desde que la señora supo esto, en medio de sus lágrimas, empezó a alabar a Dios cada vez que podía… ¿Cuál fue el resultado? La operación salió mejor de lo que se esperaba…” Así eran los testimonios que presentaba el autor, con el propósito de sustentar el libro.

¡Bueno…! Tengo que admitir que desde que leí el libro, he puesto en práctica “la acción de dar gracias a Dios”, cada vez que tengo dificultades; y también, cuando todo sale bien… ¡Créanme! que verdaderamente existe: “ EL PODER DE LA ALABANZA ESPIRITUAL”.





Por: Eric Aragón
17/mayo/2010








sábado, 8 de mayo de 2010

¡Mi vida… una ironía...! (Relato)


¡La historia de mi vida…! Tiene tantas anécdotas que cuando se la cuento a alguien y sobre todo a la gente joven, les causa risa…

A veces he tenido que ganarme algún dinerito para sobrevivir, trabajando unas pocas horas como profesor –es lo único que me ofrecen- y créanme que hay que hacer malabarismos para comer y pagar el alquiler.

En ciertos momentos libres, cuando converso con los jóvenes estudiantes y éstos me preguntan por los eventos de mi vida, yo me animo a contarles –por supuesto, no todo se les puede relatar-.
En otras ocasiones, también, algún adulto o contemporáneo (ya casi estoy en los cincuenta años), desea conocer mi pasado…
Cuando tomo la decisión de narrar algún detalle de mi vida, terminan mis interlocutores con una sonrisa –que más parece burla- o un gesto de ironía, porque hallan la narración de algunas facetas de mi vida, algo fantásticas o sacadas de la mente del productor de cine: Steven Spielberg.

Aún no puedo explicar como pude llegar a las aulas universitarias y como si fuese poco llegar a ser un estudiante distinguido… Mi niñez y mi adolescencia están cargadas de tantos sinsabores, que a esta edad debí en lugar de contemplar las estrellas, como lo hago al amanecer, estar estrellado…

Mi verdadera madre, una gitana que emigró a Centroamérica (Costa Rica), en los años 50, y que mi mente no logra recordar bien. "Una leve y borrosa imagen de una mujer esbelta, clara de piel, con su rizado y largo cabello", es lo único que logro ver en lo más recóndito de mis recuerdos… ¡Es comprensible que no la recuerde! La última vez que la vi sólo tenía 4 añitos…

Después me convertí en una bola –entiéndase la expresión en forma literal-; ya que distintas personas, entre el país llamado Panamá y Costa Rica, intentaban adoptarme de hecho, pues legalmente nadie lo hizo ni le interesó. En fin, la historia siempre era la misma: “te queremos educar…” y al siguiente año me largaban como un… Bueno… hay que utilizar la imaginación… No cabe la menor duda de que soy hijo de una gitana… ¡Nunca…! ¡Jamás! Me pude adaptar a un lugar o tomar en serio algo. Siempre fui inestable, soñador y aventurero… Desde que tuve uso de razón mis pensamientos siempre han estado en un lugar lejano...Quizás es cierto lo que dicen… Que la sangre llama…

A los ocho años me ganaba mi propio dinero, limpiando zapatos o vendiendo frutas para algún fulano… Me iba con otros mozalbetes a los grandes ríos, llenos de fuertes corrientes y remolinos. Recuerdo una vez que una señora me llevó a su casa. Era una familia pobrecita que vivía en un campo… La señora, bueno, para mí era mayor…Pero realmente se trataba de una mujer joven que trabajaba como empleada doméstica en la gran ciudad… El asunto es que un día salimos a visitar a una vecina, cuya casa estaba lejos. Así es el vecindario en el campo… Cuando estábamos donde la vecina, se me ocurrió lanzarme a un río que estaba frente a la casa de ésta. El charco parecía poco profundo… ¡Sorpresa la mía! Se trataba de un río sumamente hondo y con fuertes corrientes… ¡Me estaba ahogando...! ¡Tragaba agua, trataba de gritar y no podía...! ¡Movía las manos desesperadamente! –"estaba pequeñito, no podía hacer más"- milagrosamente la misma corriente que me estaba ahogando, me llevó a las raíces acuáticas de un gran árbol que estaba a la orilla del río. No sé como pude agarrarme desesperadamente de las raíces y salir del río… Me encontraba asustado, era una experiencia sobrehumana para un niño… ¡Lo increíble de todo es que las dos mujeres estaban hablando tranquilamente y jamás se dieron cuenta de mi agonía…! En lugar de traumatizarme esta mala experiencia, me convertí en un excelente nadador a los nueve años. "No hubo río por más peligroso que fuese, que me asustara…"

En otra ocasión, un supuesto padrastro, esposo de una señora que según ella, mi mamá me regaló. Pero ¡Jamás! durante el tiempo que estuve con ellos supieron darme una explicación coherente y satisfactoria de tal hecho. Más bien pensaba y aún lo hago, que ellos pudieron comprarme o que alguien me plagió… Estamos hablando de una época en la cual no había tanta bulla ni investigaciones por estos actos… A menos que se tratara de gente influyente o adinerada… ¡Pero gitanos…! Éstos eran tratados mal en Europa y en todas partes del mundo…

El señor –supuesto padrastro- me llevó a vivir con él, ya que estaba separado de la señora. Me inscribió en un buen colegio católico, donde estuve poco tiempo; sin embargo, recibí una excelente formación moral y buenos ejemplos que marcaron mi porvenir… Recuerdo que estando con él conocí de cerca los grandes barcos que venían de Europa a buscar bananas… Vivíamos cerca de un gran puerto al cual llegaban los grandes barcos… El padrastro mío –poco tiempo duró su papel como padrastro- trabajaba para la compañía multinacional Chiquita Brands International, que se dedicaba a la producción y exportación de bananas. Subir a los barcos y recorrer todas las secciones fue tan impresionante, que quería trabajar en uno de éstos. Nunca me dejaron laborar en estas embarcaciones, pues, el señor (padrastro) alegaba que tenía que hacer muchos trámites, porque yo era menor de edad. Déjenme decirles que en esos años hasta un fantasma podía trabajar fácilmente en los barcos… Lo más que alcancé, fue trabajar unos días en un barco de cabotaje…

En pocos meses este señor, con sus comentarios y regaños, me hacía sentir como el mozalbete más rebelde de la época (años 60 y principios del 70). Ahora que tengo buen uso de razón, me doy cuenta que simplemente preparaba el camino para deshacerse de mí… Y así fue… me tiró a la calle como un…Nuevamente… La imaginación… Pero, antes de que esto sucediera, a los doce años de edad, con un montón de monedas (centésimos) que sumaban un dólar, me escapé de la casa y con un poco de creatividad, conseguí subirme a un avión carguero –en ese tiempo muchos utilizaban hélices- y viajar lejos, aunque al rato me devolvieron, sin mayores consecuencias…

Mi vida está llena de emocionantes aventuras y eventos dramáticos, que espero contarlos poco a poco…





Por: Eric Aragón
08/05/2010










miércoles, 5 de mayo de 2010

Lo que dicen otros medios informativos…

Deutsche Welle
Rostros de Alemania 03.05.2010

Personas de todos los ámbitos, a lo largo y ancho de Alemania, nos cuentan acerca de su vida, su trabajo y sus sueños.

Ellen Görner tiene 54 años y está desempleada desde hace año y medio. Vive con sus hijos en Dresden. Estaría dispuesta a viajar hasta el fin del mundo para encontrar trabajo.

No darse por vencida, no dejarse caer: este parece ser el lema de vida de Ellen Görner. En su departamento de tres piezas en el sexto piso de una unidad de multifamiliares en los suburbios de Dresden se siente la falta de amplitud, pero eso no significa de ninguna manera desorden. Para el desayuno se pone la mesa y se reúne la familia reflejando unión.

http://www.dw-world.de/dw/0,,13345,00.html



BBC Mundo
¿Cuánta TV es buena para los niños?

Un nuevo estudio reafirma que los niños que miran muchas horas de televisión cuando son pequeños tienen luego peor desempeño escolar y su salud se deteriora.

Según los científicos, por cada hora de televisión que ven los niños, peor les irá en la escuela, serán más sedentarios y más comida "chatarra" consumirán.

Sin embargo, los especialistas dicen que los padres pueden permitir a los niños ver contenidos de buena calidad, como documentales o programas educativos.

Por otro lado, aconsejan limitar las horas de exposición a la pantalla y recomiendan otras actividades de contacto interpersonal que fomenten mejoras en el lenguaje.

A esto se le suma la preocupación de muchos padres a la hora de poner límites a la exposición de sus hijos a los videojuegos y las computadoras. http://www.bbc.co.uk/mundo/


Voanoticias.com ▪ Español
Una fuente de información confiable

Cuatro malos hábitos que envejecen.

Un estudio demostró que aquellos que fuman, toman mucho alcohol, no hacen deporte y no comen bien envejecen hasta 12 años más.
Una investigación hecha a 5.000 adultos británicos durante 20 años demostró que hay malos hábitos que envejecen a las personas hasta 12 años.


Del total de los 5.000 adultos, había 314 personas que cumplían con los cuatro malos hábitos mencionados. Y de las 314 personas, 91 fallecieron durante el estudio. Por el contrario, de los 387 más saludables sólo fallecieron 32 en el transcurso de la investigación.

La investigadora principal, Elisabeth Kvaavik, de la Universidad de Oslo, dijo que no sólo fallecieron antes los menos saludables, también parecían más viejos.

Los cuatro hábitos poco saludables fueron medidos según los siguientes parámetros: fumar tabaco, beber más de tres bebidas alcohólicas al día los hombres y más de dos las mujeres, hacer menos de dos horas de ejercicio a la semana, y comer vegetales y frutas menos de tres veces al día. http://www1.voanews.com/spanish/news/




Fuente:
Otros medios informativos.

lunes, 3 de mayo de 2010

REGLAS DE ORO

El primer mandamiento para los cristianos es sagrado: “Ama a Dios sobre todas las cosas”. No importa lo que se haga o se diga contra la Fe Cristiana, al final del camino, cuando los seres humanos están en el último minuto de sus vidas, en lo más profundo de sus almas, desean que haya un mundo mejor. Y otros semejantes, en ese preciso momento, claman a ese Dios que siempre negaron. Lo hacen pensando que si hay un Dios que hace justicia, ellos no quieren recibir la peor parte… Si esta primera regla y la más importante, ya que las demás dependen de ésta, la respetamos, pues, empezaremos con pasos firmes a caminar por el mejor sendero de la vida.

El otro mandamiento sagrado para el cristiano: “Honra a tu madre y a tu padre”. Cuando se conoce un poco las Sagradas Escrituras, desde el inicio hasta el final, se hace énfasis en la unidad familiar. Desde Abraham hasta Jesucristo, nos enseñaron la importancia de respetar a la familia. Es en el hogar, formado por el padre, la madre y los hermanos o seres queridos, donde aprendemos los valores morales y cristianos; entendemos el gran significado de la solidaridad, el amor, la cortesía, el respeto, la bondad, el sacrificio, la responsabilidad y puntualidad; a practicar la Fe Cristiana. En fin, aprenderemos a practicar las cosas buenas que harán más llevadera la vida del ser humano, en esta época dominada por la violencia y los antivalores.

Ese gran proverbio lo que se siembra se cosecha”, se aplica igualmente a nuestra relación con la naturaleza. Las guerras y los ensayos que se hacen con armas nucleares y de todo tipo; la industrialización sin prever la eliminación de los desechos tóxicos adecuadamente. La tala de árboles indiscriminadamente; la basura que echan las personas a las calles, ríos, riachuelos, mares; la gigantesca cantidad de sangre derramada por tantos crímenes y asesinatos de niños que sólo querían jugar como todos los angelitos terrenales, ha provocado que la ira de la naturaleza se manifieste a través de tantos desastres naturales, que cada vez ocurren con más frecuencia y destrucción… “La naturaleza es sagrada, Dios está en ella, por lo tanto se debe respetar…”


domingo, 2 de mayo de 2010

Gozar el éxito a cada paso...

Por ejemplo, cuando estudia con sus hijos para que aprendan la lección de mañana, sienta la alegría de estar con ellos… Cuando prepara una comida, sienta satisfacción a medida que cocina… Trate hoy de ser más eficiente en su trabajo que ayer y sienta placer cuando realiza cada tarea, como hacer una buena carta, atender con amabilidad a un cliente o manejar positivamente cualquier conflicto de trabajo…

Cuando hace ejercicios físicos para tener mejor salud mental, física y espiritual, deje que la felicidad fluya por su cuerpo… Cuando el estudiante de secundaria o universidad estudia para un examen o hace un trabajo de investigación, debe sentir el placer desde el inicio hasta el final de su labor…
Igual principio o regla debemos aplicar en cada proyecto que tengamos, como la educación de los hijos, alcanzar un título universitario, aprender un oficio; lograr mayor eficiencia en el trabajo para conseguir un aumento de salario o buscar el empleo que se necesita, etc.

La idea es que aprenda a ver el éxito como un placer que se obtiene a medida que avanza por el camino, en la realización de sus tareas, objetivos y metas. No importa si éstas tienen un periodo –tiempo- de un día, horas, meses o años.

La disciplina, persistencia y creer en lo que se hace, son elementos fundamentales para obtener los éxitos, a lo largo del duro camino de la vida.

Disciplina significa cumplir con el horario, reglas y acciones necesarias para ejecutar el plan, proyecto o tarea que usted ha fijado.

Persistencia, se refiere al hecho de que jamás debe darse por vencido. Si comete errores, corríjalos; si cae por el camino, pues, levántese cuántas veces sea necesario; en fin, haga siempre el mayor de sus esfuerzos.

Y creer en lo que hace, significa, que usted hace lo que realmente le gusta. No se puede alcanzar plenamente un objetivo, si no existe el convencimiento y el amor por la elección que hizo. Creer o tener fe, también, implica que debe creer en su capacidad y tener la autoestima siempre alta.

Debemos procurar que nuestras metas estén acorde (conforme) con nuestras cualidades y talentos. Por ejemplo, si usted no es hábil y no le gusta la matemática, no se le ocurra estudiar una carrera de ingeniería.
¡Claro…! A veces la vida es injusta y nos lleva por caminos que no queremos y lamentablemente no podemos hacer nada. En estos casos, trate de hacer su mayor esfuerzo y jamás olvide, ya que está por encima de todo, practicar la Fe Cristiana.



Por: Eric Aragón
10/04/10


sábado, 24 de abril de 2010

Factores externos que no podemos controlar…

Recuerdo el caso de una persona que había planeado, con esmero y mucha fe, tomar una serie de cursos para aprender una lengua extranjera –específicamente el idioma inglés-; pues, estaba totalmente convencido de que aprendiendo lo necesario de esta lengua, podría tener más oportunidades de trabajo; sobre todo, como profesor o instructor en algunos centros de enseñanza del idioma inglés (nivel básico).

Esta persona investigó cada detalle de su plan: fecha de inicio, costo, horario adecuado, horas de estudio; en fin, hizo todo lo que se debe hacer para elaborar un buen plan, incluso prever algunas imprevistos, como por ejemplo, calcular que la fecha de pago del curso coincidiera con el ingreso de él como profesor (tiempo parcial) en un instituto que dicta cursos de técnico superior en administración, contabilidad, turismo, hotelería, etc.

¿Qué le pasó a esta persona optimista y con deseos de superación?

Le ocurrió la misma situación que les ocurre a todos los mortales… A veces no podemos controlar los eventos externos y éstos nos afectan… El pago que tenían que hacerle por sus servicios profesionales, no se le hicieron en la fecha indicada; siempre había un atraso en el pago. Ésta situación se consideró en el plan. Pero, no se podía saber que esta vez habría un problema financiero o administrativo, que ocasionaría problemas en los pagos a los profesores.

¡Imagínese la desilusión y frustración de esta persona que había hecho todo su esfuerzo y depositado su confianza en que todo le saldría bien! Y sencillamente perdió la inscripción, empezaron los cursos y el simplemente se quedo mirando desde lejos, como aquel que pierde la oportunidad a una vida mejor… ¡El dolor y la frustración que se siente es inmenso y agudo, cuando se desea la superación…!

¿Cuántos seres humanos han acabado con su deseo de luchar o de vivir por un fracaso que no se podía evitar?

¿Cuántos seres humanos se han tirado al abandono y a llevar una existencia sin valores, sin esperanza, sin metas, por algún evento negativo que les ocurrió y que realmente no podían evitar?

Siempre tengo presente las palabras de ese gran pensador y filósofo griego Aristóteles: “La mejor educación es la que te prepara para los tiempos malos…”

Debemos entender que somos simples mortales, que estamos sujetos a los ataques de muchos factores externos que no podemos controlar y ni siquiera, muchas veces, imaginar que ocurrirán.
Lo importante es cultivar e incrementar cada vez más la fortaleza interna de nuestro ser. ¿Cómo se logra esto? Practicando siempre la buena lectura, llevando una dieta sana, haciendo ejercicios físicos moderados al aire libre; practicando los buenos valores morales, fortaleciendo la unidad familiar, buscando siempre los buenos consejos, ejemplos y conversaciones positivas de superación… y lo más importante, la fe Cristiana.

Si no entendemos ni aceptamos que a veces estaremos abajo y otras veces arriba; que los proyectos saldrán bien y otras veces mal; que a veces ganaremos y tras veces perderemos; que a veces estaremos tristes y otras veces alegres; en resumen, si no aceptamos que la vida está llena se altibajos y sinsabores y no aprendemos a vivir con estos factores negativos, entonces, si estaremos en problemas serios. Necesitaremos con urgencia un cambio radical de nuestra forma de ver la vida…

Lo importante es fortalecer nuestro ser interior y que nuestro modo de ver la vida sea siempre con optimismo…

Autor:
Eric Aragón
24 de abril de 2010

martes, 6 de abril de 2010

La crueldad contra los niños

Eric Aragón
PROFESOR

La grabación presentada por Telemetro Reporta, el día martes 21 de julio del presente año, en la que se muestra cómo un hombre agredía físicamente a un niño, de aproximadamente tres años de edad, revela una diabólica escena que viven los niños y adolescentes a diario, a lo largo del país. Actos de crueldad físicos y emocionales, protagonizados, no sólo por un padrastro –como es el caso citado aquí- sino, también, realizados por tíos, sobrinos, hermanos mayores, conocidos, y por los propios progenitores.

Este caso se hizo público, gracias a la intervención inmediata de algún vecino, que con sabiduría y prudencia supo utilizar una tecnología tan valiosa, como lo es la cámara del celular, para filmar tan aberrante acción. Persona desconocida para el resto de los nacionales; sin embargo, para ese niño fue su ángel de la guarda.

La participación ciudadana es vital para frenar los actos delictivos y sobre todo el maltrato infantil. Pero, aún existe el dilema: … ¡lo hago o no lo hago…! Y con justa razón. Primero, por temor a las represalias; y segundo, por los procesos legales que exponen a los testigos y no sancionan a los culpables. Se ha visto muchas veces que en pleno proceso legal, los acusados amenazan a los testigos.

Todos los panameños debemos entender que no debe ser un dilema, alzar la voz para denunciar los actos violentos contra los niños, las mujeres y los ancianos; mas bien es un deber moral y cristiano. En ese momento nos convertimos en mensajeros de Dios y podríamos estar arrebatándole una vida inocente a la muerte.

Las leyes actuales le permiten a los ciudadanos denunciar cualquier acto delictivo e intervenir directamente, mediante la denuncia, cuando se observe a una persona maltratando a un menor de edad o llevándolo por caminos impropios (drogas, sexo, mendicidad, delincuencia, pandillerismo, etc,).

Les corresponde a las autoridades de policía, ofrecer charlas en las escuelas, hospitales, Juntas Comunales, empresas y a grupos organizados, sobre cómo usar la tecnología y los instrumentos que se tengan para dar la voz de alerta, en caso de amenaza delictiva; cómo prevenir o evitar todo aquello que atrae a los maleantes y ponerle difícil la realización de las maniobras delictivas. Así como la prudencia y sabiduría que se debe tener para denunciar un delito, sin que ello incida negativamente en el denunciante. Y no menos importante, estar seguro del acto sospechoso; pues debemos en todo momento respetar la “presunción de inocencia”.

Por otro lado, las autoridades judiciales deben ser más enérgicas en la aplicación de las penas, una vez que se ha comprobado la culpabilidad del imputado. Es común en la calle oír a la gente decir: “para que voy a denunciar… si a la vuelta de la esquina el maleante sale libre… y toma represalias contra mí o contra mi familia…”

Y esto está ocurriendo… ! No cabe la menor duda que un trabajo en equipo y coordinadamente, entre la comunidad, La Policía Nacional, las autoridades judiciales; y por supuesto, el apoyo de los educadores, padres de familia y los medios de comunicación; como lo ha hecho en este caso Telemetro Reporta, debe reducir significativamente, los niveles de criminalidad y el maltrato a los menores de edad y a la familia –base de la sociedad.

Fuente:
Diario El Panamá América
Columna Opinión
fecha:24/07/2009

aragon044@yahoo.com

Juventud Rebelde


Reflexión.

Hace unos días se detuvo a una persona que tenía en su poder un arma de fuego, sin la debida autorización exigida por las autoridades panameñas. Sin embargo, lo grave de esta situación es que se trata de un menor de edad -cursaba el noveno grado-, y cuyo decomiso del arma se hizo en el aula de clases.

Se da cuenta usted, estimado lector, de lo alarmante de este hecho, y que, irónicamente, la sociedad panameña se está acostumbrando a ver eso como algo normal. ¿Y por qué lo digo? ¡Porque de los debates sobre el tema no pasamos! No nos sentimos aludidos, pues, no nos toca directamente. No hacer nada es uno de los peores errores que podemos cometer como sociedad.

En mi opinión, a veces nos orientamos más a resolver los demás problemas y no hacemos el esfuerzo en conjunto para enfrentar los problemas de la juventud panameña, sobre todo, los que se refieren a las pandillas, drogas y armas.

Todas las instituciones que componen el Estado, ya sean privadas, públicas, sociales, lucrativas, políticas, etc., giran en torno al ser humano; en otras palabras, son las actuaciones humanas las que perfeccionan las instituciones o entorpecen el desarrollo de éstas. Llámese Caja de Seguro Social, transporte público, partidos políticos, sistema educativo, y demás. Todo depende, desde mi punto de vista, en primera instancia, de la formación moral-cristiana, familiar y educativa que tengan los individuos que formarán y administrarán todas las estructuras que componen una nación.

Debemos darle gracias a Dios, porque hasta el momento nuestro país goza de una excelente estabilidad económica a nivel de la región latinoamericana y, hasta cierto punto, aunque muchos difieran, podemos aún transitar libremente por la mayoría de las calles del país, sin temor alguno. Esto no se puede hacer en ciertos países de América Latina.

Una fruta jugosa, un árbol fuerte y lleno de vida o un jardín hermoso, depende del cuidado que se le dé en sus primeros años de existencia, comenzando con el semillero. La juventud representa el semillero de la sociedad. Si queremos dentro de unos treinta años tener una sociedad podrida por las drogas, la criminalidad, la inmoralidad, la superficialidad, la destrucción del ecosistema, la falta de familias unidas, la inconsciencia y otros elementos más que vemos hoy día y que en el futuro harán miserable nuestra vida humana, entonces señores gobernantes, políticos, educadores, padres de familia, empresarios, ricos y famosos, ciudadanos: no hagamos nada... Pero, cuando veamos todo estos males, no nos quejemos, pues será demasiado tarde.

Recuerde que todavía -Gracias a Dios- estamos a tiempo y tenemos todos los recursos humanos y económicos para hacer una cruzada para mejorar nuestro mayor activo: la juventud panañeña, que tantos modelos de superación y moralidad.

Autor
Eric Aragón
Fuente:
Columna Opinión
fecha:24/05/2009

miércoles, 17 de marzo de 2010

¡ Para el que cree todo es posible !

Los buenos consejos ayudan, no cabe la menor duda… Pero no olvides que la solución de nuestros problemas, está dentro de nosotros mismos. No te dejes engañar: “sólo tu serás responsable del camino que eliges…”.
Nadie podrá rendir cuentas por ti; procura, por lo tanto, vivir acertadamente, de acuerdo con tu conciencia.

¡Resuelve tu problema!

Comienza, pues, a partir de este momento. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy…
Ciertamente no puedes resolverlo todo de la noche a la mañana. ¡Pero comienza ya! Y si fracasas de nuevo, no te desanimes, vuelve a comenzar cuantas veces sea preciso…

Cada uno es responsable de sus actos. No te desanimes por lo que hacen o dicen los demás… ¡Sigue! ¡Adelante…! ¡…Aunque todo te salga mal, no te desanimes...!
Continúa sin desanimarte, porque eres el único responsable de tus actos.

¡Tú puedes vencer todos los problemas, si quieres…!
Modifica tu modo de pensar, para que tu salud sea firme y estable.

Deja de quejarte de tus dolencias y fracasos.
Éstos aumentan a causa de nuestros pensamientos negativos.

Rechaza lo negativo.
Aprende a descansar la mente.
Una mente cansada no puede pensar bien.

El pensamiento es la mayor fuerza humana que existe sobre la tierra…
¡No te dejes sugestionar por palabras y pensamientos negativos…!
Siempre existe una solución para cualquier problema que tengamos, por más difícil y complejo que parezca.

PIENSA POSITIVAMENTE, PARA ATRAER SÓLO PENSAMIENTOS POSITIVOS DE PAZ Y PROSPERIDAD…

Marcha con la cabeza firme, confiada y sonriente… ¡Y todos confiarán en ti…!
Proyecta fuerza y entusiasmo, incluso, con los movimientos de tu cuerpo.

Cuando te asalte la duda, permanece con el corazón firme y con el deseo de luchar hasta el fin…
Si la ofensa y la calumnia te hieren, no te lamentes inútilmente, dedícate a trabajar…

Procura dar lo más que puedas:
Una buena palabra
Una sonrisa
Un gesto de estímulo
Un pensamiento generoso…
Y sentirás en tu corazón una gran verdad:
“…Es mucho mejor dar que recibir…”

¡ Sé fuerte! ¡No te dejes vencer por la adversidad, ni por la enfermedad, ni por el dolor… !

lunes, 1 de marzo de 2010

El éxito está en tus manos


Tú puedes alcanzar cualquier meta…

El éxito no necesariamente es poseer abundantes bienes materiales o cuentas bancarias. Tener abundancia material no es malo, si es producto del trabajo y de todo lo positivo y correcto que pueda proyectar una persona. Mas si usted no tiene riqueza económica, igual, puede ser una persona exitosa y vivir en paz diariamente con usted mismo y con los demás.

El éxito va más allá del simple materialismo. Se trata de sentir una satisfacción inmensa en nuestro interior, después de alcanzar un objetivo, realizar una tarea por muy pequeña que sea o llegar a una meta, después de trabajar duro y vencer todas las adversidades que tengamos en el camino.
Éste (el éxito) puede sentirse todos los días cuando hacemos cosas positivas en nuestro hogar, ambiente de trabajo, comunidad; cuando caminamos o corremos por la Cinta Costera, leemos un buen texto, tratamos a la gente con respeto y cortesía, le dedicamos tiempo a los hijos.
El éxito puede estar a la vuelta de la esquina y darnos muchas satisfacciones diariamente, si lo deseamos y estamos dispuestos a trabajar y sacrificarnos por alcanzarlo…
Debemos relacionar el éxito con la felicidad y paz espiritual que se siente, cuando logramos culminar algo que habíamos propuesto, no importa si parece una meta sencilla. Debemos tener siempre presente que lo que puede ser insignificante para una persona, para otra es importante: como regalarle una sonrisa sincera a un niño, ayudar a un necesitado, terminar un tarea asignada en el trabajo, realizar una acción que conlleve esfuerzo y honestidad; manejar una situación difícil con la pareja, los hijos o compañeros de trabajo que pudo terminar en un grave problema de relaciones humanas; como, también, planear y alcanzar un título universitario o ingresar a un colegio nocturno con el firme propósito de culminar la secundaria; mejorar los ingresos de un negocio, financiar la casa propia –no majestuosa-, pero, si en un buen lugar de acuerdo a nuestro nivel económico…
El éxito es igual a la felicidad que siente un joven estudiante, cuando gana una buena calificación, después de estudiar duro o terminar un trabajo que le costo mucho esfuerzo y algunas veces con limitaciones económicas. El niño que siente inmensa alegría cuando sus padres le permiten jugar con sus amiguitos... O un bebé que experimenta el amor y las caricias de sus progenitores...

En fin, el éxito es lograr metas que nos propongamos diariamente -a mediano o largo plazo-; pueden ser materiales, espirituales, familiares, sociales, pero, se trata de sentir satisfacción por algo que se logró y que lo hicimos utilizando nuestra imaginación, creatividad, inteligencia, conocimientos, y cuánto más esfuerzo hagamos, más valor le daremos a lo obtenido, no importa si se trata de algo grande o pequeño, pero, igual vamos a sentir satisfacción y paz espiritual, y aumentaremos nuestro valor (auto-motivación).

Por último, lo más espectacular del éxito, es que no pertenece a ninguna clase social ni económica; sino, que está al alcance de todos los seres humanos, sin ninguna distinción ni impedimento físico: basta con proponérselo y estar dispuesto a dar todo el esfuerzo necesario para obtenerlo.




 
Autor:
Eric Enrique Aragón








lunes, 1 de febrero de 2010

Actuando contra el cambio climático: Unidos en la acción

Algunas consecuencias del Cambio Climático:
1. Incremento de la temperatura (calentamiento global).

2. Aumento del nivel del mar por efecto del deshielo y alteraciones en el patrón pluvial (más lluvias en algunas zonas y más sequía en otras).

3. Ecosistemas como los corales, los polos, la tundra, los bosques boreales, los montes y las regiones mediterráneas se verán inevitablemente afectados; así como los océanos y los ecosistemas marinos en general y los recursos pesqueros.

4. Además del calentamiento global, el cambio climático implica cambios en otras variables como las lluvias globales y sus patrones, la cobertura de nubes y todos los demás elementos del sistema atmosférico.

5. A esta velocidad de modificación del clima, la productividad agrícola será afectada significativamente –sobre todo en países pobres-.

¿En quién recae la responsabilidad principal de proteger el clima mundial?

Todos nosotros los seres humanos que vivimos en este planeta- debemos actuar contra el cambio climático: Unidos en la acción.

"Lo que tenemos que hacer ya"

1. No tire la basura en la calle, ríos, quebradas ni en el mar

2. Utilice moderadamente los artefactos eléctricos

3. Mantenga su vehículo en buen estado y camine cuando las distancias sean cortas

4. Siembre un árbol. No destruya la flora ni fauna

5. No contamine el aire con gases tóxicos

6. Apoye directa o indirectamente las organizaciones que protegen el ambiente

por:
Eric Aragón
7 de noviembre de 2009

El valor de la vida...

Los seres humanos, no importa cual sea su origen social, económico o cultural, tienen algo en común: “todos están ocupados”. Algunos en las tareas propias de esta vida moderna, como lo es el trabajo, la escuela, atender a los hijos, pagar las cuentas, cumplir con los compromisos sociales… Y otros mortales, en ir al cine, al parque o de compras; estar con los amigos, ociosos, o sentarse a ver televisión todo el día; en fin, ya sea que hagan algo positivo o no, lo cierto es que siempre están ocupados.

Esta conducta que a veces nos conduce al estrés, confusión y agresividad es la normal hoy día. Sin embargo, pocos tienen el privilegio de darse cuenta a tiempo que menospreciaron todo aquello que verdaderamente tiene valor y que es lo único que le puede ofrecer al ser humano una mejor existencia.

Por ejemplo, pasar más tiempo compartiendo momentos agradables con los hijos, con la familia, hacer una oración a Jesús al acostarnos y al levantarnos; cuidar más la salud, caminar, ser amable con la gente, regalar una sonrisa, ayudar a un necesitado, etc.

Muchas personas cuando están al borde de la muerte, o la vejez les ha llegado, o han tenido serios fracasos familiares, o han sufrido accidentes graves, se dan cuenta que hicieron mal… Lamentablemente, para muchos será demasiado tarde…

¡Usted todavía está a tiempo de rectificar su conducta… Hágalo antes de que sea demasiado tarde…!

Auto-motivación: herramienta poderosa para fortalecer su mente positiva...

AUTO-MOTIVACIÓN:
HERRAMIENTA PODEROSA PARA ELEVAR LA AUTOESTIMA...

Haga de la auto-motivación una práctica diaria para desarrollar una actitud mental positiva.
Millones de personas en el mundo, de todos los niveles sociales y económicos, padecen de problemas emocionales –sin excluir a la juventud- en menor o mayor grado; como resultado de una mala infancia o de los tantos altibajos de la vida cotidiana.

Algunas acciones que realizamos con frecuencia están influidas por estas emociones perjudiciales, que afectan nuestras relaciones laborales, familiares, escolares y sociales.

Si no se controlan estas emociones, ellas pueden causar mucho daño. Conducen al ser humano, por muy preparado académicamente que esté, a realizar actos que son dañinos para él y las personas que lo rodean. Su autoestima tiende a bajar y quizás sin darse cuenta, deja de luchar por sus ideales y por alcanzar una vida equilibrada, de paz mental.

La auto-motivación es una herramienta poderosa, que ayuda diariamente a llevar una mejor vida y a enfrentar los problemas cotidianos con una actitud mental positiva.

El fracaso nunca me derrotará si mi determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa.

El fracaso nunca me derrotará si mi determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa.


Los malos tiempos no perduran, pero, los hombres de temple, como yo, sí.

Si repito diariamente estos principios, pronto se convertirán en parte integral de mi mente activa; pero, aún más importante, se radicarán también en el subconsciente, esa misteriosa mente que nunca duerme, que crea mis sueños y que con frecuencia me hace proceder en una forma que no comprendo.

A medida que estos principios sean absorbidos por el subconsciente, comenzaré a despertar, todas las mañanas, con vitalidad, entusiasmo, y con muchos deseos de luchar por mis ideales y por llevar una vida mejor; además, tendré paz mental y espiritual.

Me formaré buenos hábitos y seré esclavo de esos hábitos.

Los malos tiempos no perduran, pero, los hombres de temple, como yo, sí.
La gente que sobresale es: la gente ordinaria, con una extraordinaria determinación para alcanzar el éxito.

La vida es un don maravilloso y es preciso vivirla con la mayor plenitud.

Hacer el bien a los demás no es un deber. Es una alegría, porque aumenta tu propia salud y felicidad.

Solamente los principios perduran y éstos poseo, porque las leyes que me conducirán a la grandeza figuran en estos principios.

El fracaso no será mi recompensa por la lucha.

El fracaso y el dolor son ajenos a mi vida.

El tiempo le enseña todas las cosas a quien vive para siempre, mas no puedo darme el lujo de la eternidad; sin embargo, dentro del tiempo que se me ha asignado debo practicar el arte de la paciencia, ya que la naturaleza no procede jamás con apresuramiento.

Me formaré buenos hábitos y seré esclavo de esos hábitos.

Si repito diariamente estos principios, pronto se convertirán en parte integral de mi mente activa; pero, aún más importante, se radicarán también en el subconsciente: esa misteriosa mente que nunca duerme, que crea mis sueños y que con frecuencia me hace proceder en una forma que no comprendo.

A medida que estos principios sean absorbidos por el subconsciente, comenzaré a despertar, todas las mañanas, con vitalidad, entusiasmo, y con muchos deseos de luchar por mis ideales y por llevar una vida mejor; además, tendré paz mental y espiritual.

Persistiré hasta alcanzar el éxito.

Jamás aceptaré la derrota. Y borraré de mi vocabulario las frases de los cobardes y necios, como: no puedo, es difícil, soy lento, no sé hacerlo, yo no soy inteligente; no puedo alcanzar nada bueno, porque soy pobre y no tengo dinero…

Cada obstáculo que se presente lo consideraré un amigo que me acerca al éxito y un desafío que hace interesante mi vida y mi trabajo.

Concentraré todos mis esfuerzos para ser la montaña más elevada y fuerte de todas; y exigiré a mi potencial mental y físico cada día más.

Soy parte de la naturaleza y ésta no conoce la derrota. Con el tiempo emerge victoriosa y así lo haré yo y con cada victoria la próxima lucha será más fácil.

Si malgasto el “hoy” destruyo la última página de mi vida. Por lo tanto, trataré con ternura y afecto cada hora, porque no retornará jamás.

Evitaré todo lo negativo. A la indecisión, destruiré con la acción. Sepultaré las dudas, bajo la fe. El temor destruiré con la confianza, y evitaré a la persona ociosa y pesimista.

Trabajaré con más entusiasmo que nunca y exigiré a mi capacidad mental y física hasta que me pidan descanso, y aún así continuaré, porque la vida es corta y debo sacarle el máximo provecho.

Cuando me sienta profundamente acongojado, me consolaré pensando: “esto pasará también…”

Mañana será el día reservado para los haraganes. Yo no soy un haragán. Empezaré desde este momento a trabajar duro.

Mañana será el día cuando lo malo se vuelva bueno. Yo no soy malo. Desde hoy comenzaré a practicar lo bueno y noble.

Mañana será el día cuando el fracasado tendrá éxito. Yo no soy un fracasado, de modo que empezaré desde este momento a luchar por el éxito.

Sé en tu trabajo constante, que aunque no seas muy hábil, llegarás lejos. Los años son generalmente como nosotros los hacemos. De los magos imitemos la fe y la persistencia.

Te exalte la alegría o la tristeza, dile al señor Jesús: “mi vida es tuya, bendito seas para siempre…”

Aprovecha bien la vida que pasa con rapidez; es una luz que extinguida, ya no se enciende más.

Es el triunfo una montaña, si la quieres escalar, sin sudor, constancia y maña, no la podrás alcanzar.

Aprovecha bien la vida, es breve y una no más; trozo de vida perdida, no se encuentra jamás.

Poco a poco se hace mucho… Ánimo ten y adelante, que aquel que se desanima, viene a ser inútil.

Haz lo que puedas, no más, que Dios quedará contento con tu esfuerzo; y si es así, el desaliento no debe hundirte jamás.

Si desea un atajo para poder triunfar, solo hay uno: el trabajo; por lo tanto, a trabajar.

Los caminos de la vida ofrecen muchos altibajos. Mañana estarás arriba, aunque te halles hoy abajo, y viceversa… Ánimo ten y adelante, sigue luchando por las cosas buenas.

No hay nada más poderoso que la voluntad del ser humano.

El camino de la vida, lleno está de tropezones; tendrás más de un caída… ¡Jamás te descorazones…!

El que comienza una tarea y sin más lo deja, jamás podrá verse en un lugar destacado.

Hay circunstancias que nos hacen pobres materialmente; mas no hay que tener una mentalidad pobre. La pobreza es una actitud mental.
Hoy somos pobres, pero, debemos creer y luchar para que no siempre sea así. Debemos creer en un mañana mejor…

Sea cual fuere el estilo, la idea es que si cultivamos y mantenemos una actitud mental positiva y trabajamos duro, saldremos adelante y lograremos lo que nos propongamos.

No envidies lo que tienen lo demás. Desea lo poco que tienes y cuídalo.

Los pensamientos, imágenes e ideales de una persona, son más poderosos que las armas.

Una vida creativa implica la erradicación de la autoimagen negativa de sí mismo.

El hombre triunfador: fracasa, aprende de éstos y construye sus éxitos sobre las derrotas.
El secreto de una vida de éxito es levantarse por encima de sus fracasos, hasta alcanzar los buenos momentos.

Autor:
Eric Aragón
19 de octubre de 2009
























































sábado, 2 de enero de 2010

Responsabilidad social de las empresas


Las organizaciones empresariales al igual que otros sectores de la sociedad, han evolucionado a lo largo de los años. La visión de las empresas hasta casi finales del siglo 20, no era la misma que se tiene hoy día.

Los cambios vertiginosos que se fueron configurando a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, tales como: el avance tecnológico en las comunicaciones y en los sistemas de información, los cambios políticos trascendentales que cambiaron el viejo esquema de poder en Europa y en América Latina; el nuevo orden mundial de comercio(Globalización); la competencia cada vez más fuerte por una cuota de mercado y la influencia que tienen hoy día los medios de comunicación en la sociedad, han hecho que las empresas se vean obligadas a adoptar nuevas estrategias para mantenerse en el mercado, cada vez más difícil y competitivo.

Por otra parte, en los últimos años aumentaron los problemas sociales, como consecuencia, del deterioro de la familia y la educación, la pérdida de valores morales y cristianos, el incremento del desempleo, la falta de políticas gubernamentales de desarrollo social eficaces y el crecimiento poblacional desmedido y sin planificación en muchas regiones del mundo, sobre todo en países que están en desarrollo.

Asimismo, existe una serie de problemas comunes tanto para los países desarrollados como para el resto de las naciones menos favorecidas. Entre estos males podemos mencionar: las drogas, armas ilegales, pandillerismo, prostitución infantil, inseguridad ciudadana, crímenes y robos; y últimamente, muchos actos violentos protagonizados por jóvenes en los centros educativos –aunque esto se está dando más en países ricos, no debemos olvidar que la juventud tiende a imitar...

Hace varios años solamente las iglesias, las escuelas y las autoridades de policía se involucraban directamente en estos problemas sociales. Los demás actores de la sociedad no sentían ningún tipo de responsabilidad; no obstante, en la actualidad se habla de una sociedad civil organizada, que tienen un espacio de participación determinante dentro de los Estados modernos.


¿Por qué los ciudadanos de todos los niveles sociales y profesionales, se agrupan como sociedades civiles organizadas de participación?

Porque han comprendido que todos ellos viven dentro de la misma sociedad y por tanto, los problemas que ésta tenga -la sociedad- tarde o temprano los afectará.


Por ejemplo, se puede pensar que el asunto de drogas y pandillerismo es propio de los barrios bajos; sin embargo, este razonamiento está totalmente equivocado. Las drogas están circulando por todas partes. La delincuencia organizada va dirigir su mirada a otros sectores, que no son los pobres ni marginados; en fin hay muchas razones de peso, para que todos los sectores de la sociedad se involucren en la búsqueda de alternativas de solución, para los distintos problemas que están acabando con las naciones, como un cáncer maligno.

Las empresas son también organizaciones formadas por seres humanos –llámese trabajadores, socios, directivos- que se pueden ver afectados en algún momento por los problemas de la sociedad.

Por otro lado, el mercado del negocio (clientes y consumidores) es sensible a los cambios sociales; ya que está compuesto, de igual manera por los miembros de una sociedad que se ahoga cada día más con tantos problemas que padece.

Además, las organizaciones empresariales se establecen en un determinado lugar, por lo tanto lo que ocurra en su entorno físico, desde los problemas ambientales hasta los sociales, inciden directamente en ella.

Hoy día los consumidores están más informados que antes, por lo tanto si ven que la empresa se involucra en los problemas de la sociedad, la verán como una mejor organización empresarial, y en consecuencia la apoyarán consumiendo sus productos.


Autor:
Eric Aragón
25 de septiembre de 2009

viernes, 1 de enero de 2010

Reglas para una mejor sociedad

Creo que nosotros, los adultos, somos ahora más tolerantes con las malas costumbres de los jóvenes...

A través de la historia se ha demostrado que el hombre –término genérico que abarca tanto al hombre como a la mujer– necesita establecerse en un lugar y asociarse con otros de su misma especie para lograr un mayor desarrollo humano y social (llámese gregarismo). Hace miles de años el ser humano, aún cuando habitaba en cuevas y andaba semidesnudo, tuvo la necesidad de convivir con otros humanos para defenderse de las bestias salvajes y conseguir alimentos. Las únicas necesidades humanas de la época. ¡Cómo han cambiado los tiempos...!

Pasaron cientos de miles de años y el hombre de nuestra era moderna, igual que el de la antigüedad, necesita vivir en comunidad, ya que si no lo hiciera sería difícil para éste adaptarse al mundo que lo rodea. Nacemos en el seno de una familia, los bendecidos por Dios; y otros, tal vez no tienen esa suerte, pero, nacen en algún lugar donde hay seres humanos. Todos tratamos no solo de buscar un empleo, sino también de formar una familia. Aquellos que por alguna razón no logran adaptarse a la sociedad, lamentablemente marchan en pos de un futuro dudoso. Lo cierto es que el hombre desde que nace busca a sus semejantes y necesita de ellos para sobrevivir. Qué pasaría con un bebé que no recibiera los cuidados que requiere... Indudablemente moriría.

El aumento de las necesidades, el crecimiento poblacional, el razonamiento humano del bien y del mal, las ambiciones, y otros factores, complicaron las relaciones entre seres humanos. Conclusión: empezaron las guerras sangrientas y despiadadas, ya sea para imponer un régimen o para controlar un bien económico. Asimismo, como resultado de la compleja vida humana, se originaron las riñas, los actos vandálicos, los delitos sexuales, las venganzas, los crímenes y otros eventos característicos de las bajas pasiones de la especie humana. Herencia que ha llegado a nuestros días.A raíz de toda esta complejidad, se fue creando una serie de principios morales y normas sociales que han pasado de una generación a otra, con el propósito de lograr una mejor convivencia humana. Aunque muchos eruditos y doctores del conocimiento humano busquen en su mente y en los diccionarios los términos más sofisticados para atacar los principios morales, los preceptos cristianos y traten de justificar lo malo y denigrante para la especie humana, gracias a Dios la mayoría tenemos la convicción de que si se respetaran las normas cristianas y morales, tendríamos una mejor sociedad.

En muchos países del mundo –incluyendo los de mayor desarrollo económico– las instituciones privadas y los gobiernos han realizado grandes debates acerca de la corrupción y la delincuencia en todas las esferas de la sociedad. Siempre han llegado al mismo punto: promover los valores morales a través de todos los medios de comunicación; fortalecer la unidad familiar, mejorar la educación en las escuelas básicas; y entre todas las instituciones, tales como clubes cívicos, gremios, sindicatos, escuelas, gobierno, medios de comunicación e iglesias, unir esfuerzos para minimizar los antivalores morales y cristianos.

Pienso en lo afortunados que somos todos los que vivimos la infancia en la década del 60 y la adolescencia en los 70. Los maestros se preocupaban más por inculcarle al niño las enseñanzas morales y las normas apropiadas de conducta. Casi nos obligaban a leer El sembrador –texto escolar que utilicé– y a mejorar la letra. Recuerdo el énfasis que le daban al arreglo y cuidado de los cuadernos...Varias veces me fueron a buscar a la casa, porque no quería ir a clases.
Es cierto que en algunas ocasiones fueron un poco duros aplicando castigos, pero muchos estamos agradecidos por la enseñanza y consejos que nos dieron. Definitivamente que nos iluminaron el difícil camino que venía y nos ayudaron a tomar mejores decisiones.

Por otra parte, tanto los padres como los adultos eran más enérgicos en los buenos modales y el respeto. “No hables con la boca llena...” “Usa la camisa correctamente...” “Siéntate bien...” “Respeta a los mayores...”. El ejemplo al igual que la disciplina acompañaban estas expresiones que tanto nos aburrían y molestaban. Mas hoy día lo agradecemos profundamente. ¡Cómo hubiese sido nuestro futuro sin la enseñanza de los maestros y tutores de aquella época!Se emplean muchos argumentos psicológicos; se hace referencia al crecimiento desproporcionado de la población y la necesidad de que ambos padres tengan que traer el sustento al hogar; todo con el fin de disculpar el poco empeño de los educadores y padres en dar una mejor educación a los muchachos.

Pienso que el problema no está en los factores externos. Claro que los tiempos han cambiado, sería ingenuo pensar que las cosas no son más complicadas que antes. Por supuesto que la economía actual nos obliga a hacer ajustes. Sin embargo, creo que nosotros, los adultos, somos ahora más tolerantes con las malas costumbres de los jóvenes; el ejemplo de moralidad está por el suelo; no hacemos énfasis en la disciplina de nuestros hijos. Ciertas madres –para no decir la mayoría– cuando se trata de hacer tareas con sus hijos o visitar periódicamente a los maestros de sus vástagos, no tienen tiempo; no obstante, sacan tiempo para las novelas, la sala de belleza y otros asuntos.

Si me pusiera a diseñar una lista de todas las actividades que realizamos a espaldas de nuestros pobres hijos, que con tanta ilusión y amor nos esperan, sería extensa. Concluyo este artículo pensando que si todos los miembros de la sociedad empezáramos a dar un mejor ejemplo moral y amáramos más a nuestros hijos, iríamos progresivamente construyendo una mejor sociedad.

Eric Aragón
El autor es profesor
Fuente: Columna de Opinión
Diario La prensa de Panamá
FECHA: 20/02/03