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sábado, 28 de abril de 2018

Capacitación administrativa y contable -micro y pequeña empresa

Cuando hablamos de capacitación nos referimos a los empleados y también a los empresarios, sobre todo, aquellos que cuentan con pocos recursos económicos; es decir, el micro y pequeño empresario.

El empresario debe tener claro que en estos tiempos modernos, cuya característica es el uso masivo de la tecnología, no puede lograr buenos resultados en las operaciones del negocio, explotando a los trabajadores, ofreciendo un salario injusto y dándole poco o nada de importancia a la capacitación de sus colaboradores, como sería el caso de su secretaria, asistente contable, cajeros, cobradores y vendedores. Es muy común encontrar en las pequeñas empresas a secretarias que tienen que ser cajeras, llevar los registros contables y atender a los clientes al mismo tiempo…

No podemos pedirle a un pequeño empresario que contrate a todo el personal que necesita y pagarles salarios altos; ya que tiene un presupuesto limitado. Sin embargo, si es “obligatorio”, si desea que su inversión genere el rendimiento adecuado, CAPACITAR a los colaboradores que tenga, aunque sea únicamente a las secretarias. Así podrá pagar más salarios acorde con el trabajo que realicen.

La capacitación debe programarse en base a las tareas de mayor prioridad y siempre buscando ofrecer una mejor calidad en el servicio a los clientes.

Para la micro y pequeña empresa se recomienda una capacitación práctica y muy didáctica; es decir, una vez que se explica un tema muy específico, por ejemplo: cómo se pagan las horas extras o se hace una liquidación de acuerdo a la legislación laboral de Panamá, inmediatamente los que reciben el entrenamiento HAGAN una práctica.

Otro detalle importante es buscar a un FACILITADOR , que más que una colección de títulos universitarios, tenga experiencia muy práctica en la materia objeto de la capacitación y la habilidad de transmitir conocimientos técnicos.

Para la pequeña empresa es conveniente tener a una persona bien entrenada y comprometida con los objetivos trazados, que estar cambiando personal con frecuencia o mantener colaboradores inútiles… 

El buen salario que se le pague a un trabajador eficiente, será recuperado con el servicio de calidad que se preste, publicidad gratis que harán los clientes a la empresa, aumento de ventas, más efectividad en los cobros y en la atención al público.


Por: Eric Enrique Aragón

domingo, 18 de marzo de 2018

Factores que no permiten crecer a la micro y pequeña empresa


El principal elemento negativo es la actitud de los dueños de la empresa; ya sea persona natural o persona jurídica. El problema se agudiza más cuando los propietarios son esposos, familiares o amigos.

No es que sea malo un negocio familiar o entre amigos. Lo perjudicial es cuando los asuntos personales los mezclan con la dirección de la empresa o las personas que administran se seleccionan por ser familia o amigos sin tomar en cuenta la preparación para el cargo.

En gran cantidad de pequeñas empresas observamos a un dueño (o varios) que toma decisiones sin ninguna lógica ni sustento y para empeorar las cosas, cree que todo lo sabe; se contratan a las personas sin capacidad o no se les entrena bien, lo que se busca es pagarles poco. Los registros contables son casi nulos y sin importancia; además, todo el que se cree propietario dispone del efectivo sin ninguna fiscalización. La supervisión de los colaboradores se basa en gritos y despidos… Estas y otras características son fáciles de identificar en los negocios que tienen un ciclo de vida corto o nunca crecen como empresa.

¿Cuál es la solución para este mal? Pues no hay ninguna varita mágica y tampoco existe una solución perfecta y única. Sin embargo, si existe una serie de acciones y conocimientos técnicos y legales que debería observar todo propietario de un pequeño negocio, para poder alcanzar un nivel óptimo de competencia en el mercado; mantenerse estable y lograr en la medida adecuada el crecimiento y expansión empresarial.

Lo primero que deben hacer los pequeños empresarios o inversionistas es cambiar la actitud personal. Parte de este cambio empieza con la contratación de un asesor técnico que los oriente. Lo ideal sería contratar a un administrador profesional y dejarlo hacer su trabajo. Otra opción sería pagar capacitaciones técnicas al recurso humano clave con que cuenta el negocio: por ejemplo la secretaria, aquellos que atienden al público, vendedores, los que llevan las cuentas por cobrar o tienen que calcular y controlar los costos de operación; incluso, los propietarios deben capacitarse también en aspectos legales laborales y tributarios.

La Revista Futuro estará publicando una serie de artículos relacionados con temas importantes para la micro y pequeña empresa e inversionistas extranjeros en la república de Panamá; tales como, capacitación del recurso humano, legislación laboral y tributaria, contabilidad general, cálculo de costos, análisis financiero y el uso de aplicaciones contables para los negocios pequeños.


Por: Eric Enrique Aragón

martes, 3 de enero de 2017

¿Renovaste tu plan para el año 2017?

Es obligatorio elaborar un plan de trabajo para el nuevo año que acaba de empezar. O en su defecto, podría renovar el plan que había hecho para el año que pasó, pero, que por ciertas circunstancias no pudo cumplir en su totalidad o abandonó prematuramente.

¿Por qué es indispensable un plan? Porqué no se puede alcanzar ninguna meta en la vida, independientemente del tiempo que se fije para lograrla, si no tenemos un plan de acción. En otras palabras, si no contamos con una guía de trabajo, estaríamos como un barco a la deriva, sin dirección y sin una brújula que nos oriente.

La improvisación, el desorden y la indisciplina jamás conducirán a una persona a superarse. Y estos elementos negativos son los que prevalecen cuando no se tiene un buen plan de trabajo para alcanzar metas anuales. Si usted desea disminuir de peso, ser más eficiente en su trabajo, consolidar la unidad familiar, abonar una vivienda, mejorar como deportista o terminar su primer semestre en la universidad con notas aceptables; entonces, empiece con el primer paso: elaborar un plan de acción.

Para elaborar un plan de acción trimestral, semestral o anual, necesita primero estar bien claro en cuál será su meta o metas a las cuales desea llegar.  Éstas deben ser lo más precisas posibles y que estén a nuestro alcance. Por ejemplo, si usted es un estudiante que va a ingresar por primera vez a la universidad, su meta debería ser: terminar su primer semestre con buenas notas o por lo menos aceptables para seguir mejorando el próximo semestre.  

En segundo lugar, analizar ¿Cómo va a lograr su meta? Indudablemente, debe estar consciente antes de seguir que toda meta positiva que se desee alcanzar en la vida, involucra mucho esfuerzo, sacrifico, fuerza de voluntad, persistencia, disciplina y ser valiente. Si usted no está dispuesto a cumplir con estos principios, no pierda su tiempo desarrollando un plan; ya que no hay ningún caso documentado en la historia de la humanidad, que un hombre o mujer haya alcanzado metas positivas y duraderas ignorando estas reglas.

¿Cómo va a llegar a su meta? Dividiendo la meta en partes pequeñas, así será más factible trabajar para cumplir con el plan. En el caso del estudiante, trabajar por separado cada asignatura que tenga que dar en su primer semestre. Le dedicará un tiempo semanal a cada una o hará lo que hacía su servidor cuando era estudiante en la Universidad de Panamá. Dividía el estudio en “trozos pequeños”. 

Cuando el profesor explicaba algo, inmediatamente lo estudiaba, generalmente lo hacía en la biblioteca de la universidad. Aquí me podía concentrar mejor que en cualquier otro lugar. La idea es buscar el mejor lugar para estudiar, dónde no haya ruidos ni distracciones, de manera tal que uno se pueda concentrar al máximo. 

Mi principio era clase dada, clase estudiada. Y en cuanto a los trabajos, siempre los hacía con tiempo, nunca los dejaba para última hora.

Me dediqué exclusivamente a ser un estudiante universitario tiempo completo y siempre con la motivación de que todo el sacrificio me convertiría en un buen profesional. 

Un plan puede variar un poco, dependiendo de las metas, pero los principios expuestos aquí nunca van a cambiar, son obligatorios en todos los planes que se hagan.

¡Nunca olvide! “Un plan se podrá realizar satisfactoriamente cuando lo ponemos en manos de Dios”
 

Por:                                                                                                                   
 Eric Enrique Aragón













viernes, 1 de abril de 2011

El arte de delegar funciones

¿Por qué debe delegar funciones? La respuesta es sencilla. Si usted lo hace bien, obtendrá mejores resultados; además, logrará llegar a la meta, con suficientes fuerzas para seguir realizando otros proyectos.

Distribuir las responsabilidades, hará que todos los colaboradores o miembros de su equipo de trabajo, se sientan motivados; ya que cada uno estará haciendo un aporte valioso, para que se pueda realizar la labor asignada con eficiencia. En otras palabras, la carga –que a veces es bastante pesada- se estaría repartiendo equitativamente, en base a las cualidades y habilidades de cada persona. Si se fracasa o no se llega a la meta fijada, entonces, lo más seguro, es que la mayoría (colaboradores) tome la decisión, de volver a empezar –a empujar nuevamente la carreta-.

Y si se gana o se alcanza el objetivo previamente establecido, todos los involucrados sentirán una gigantesca satisfacción personal, que únicamente proporciona el éxito, cuando éste se conquista. ¡Y por supuesto! El jefe demostrará ser un excelente líder y eficiente en su trabajo; y todo el equipo lo seguirá. Las organizaciones que han logrado expansión, desarrollo, crecimiento, calidad y la excelencia en sus recursos humanos, tienen algo en común: sus jefes han aprendido a delegar funciones.

¿Cómo aprender este arte?

En primer lugar -y jamás debe olvidarse-: las reglas que forman parte del arte de delegar funciones o tareas, se aplican en cualquier área. Puede ser una empresa, institución gubernamental, ejército, equipo deportivo, iglesia, familia o en cualesquiera otras organizaciones compuestas por seres humanos, y que buscan llegar a una meta.

En segundo lugar: delegar funciones con eficacia, no se consigue de la noche a la mañana. Es un proceso que se aprende y se perfecciona toda la vida. Lo esencial es que se tenga la actitud positiva y se hagan los esfuerzos necesarios, para aprender este complicado arte; pero, necesario para toda empresa. Debe entender que ser jefe o estar a cargo de un grupo de personas; no significa que usted debe hacerlo todo. A veces esta actitud se adopta por miedo a que los subalternos le quiten el puesto de trabajo, ya que cabe la posibilidad de que los colaboradores, aprendan a realizar las tareas, igual o mejor que usted. O simplemente, porque así lo aprendió: “el gerente lo debe hacer todo”; incluso, hasta con una desconfianza y secretismo, en exceso.

Pues, permita que le diga, que está en un grave error, que sólo le traerá conflictos y más conflictos. Llevar en sus hombros una carga demasiado pesada, le ocasionará un desgaste físico y mental, innecesariamente, que lo puede conducir al hospital. Será más propenso a perder el control emocional.

Además, perderá de vista lo prioritario o lo más importante que debe atender el jefe. Le costará más, conseguir que los empleados sean eficientes; ya que serán indiferentes, porque usted no los toma en cuenta. Por último, las críticas hacía usted serán más intensas.

Con respecto al miedo de que lo desplacen de su puesto, no está equivocado; le puedo decir, sin temor a equivocarme, que tiene toda la razón. Vivimos en un mundo competitivo; en el cual todos aspiran a mejorar su salario y posición dentro de una organización. Sin embargo, no hay que asustarse. ¡Esto es normal! Además, es necesario para nuestro crecimiento como trabajadores o profesionales, pues, nos veremos obligados a ser cada día más eficientes y responsables con nuestra labor cotidiana. Aunque lo ideal es que siempre estemos motivados a buscar la superación y no esperar que alguna situación externa nos empuje a ello…

Si usted es disciplinado, puntual, responsable, sigue las instrucciones y reglamentos de la empresa, se instruye y procura siempre hacer sus tareas de la mejor manera: "crea que siempre será competitivo y necesario en una organización". “Gente así, se necesita siempre para el progreso…” Se le considerará un recurso humano valioso.

Con el permiso de ustedes –amigos lectores- quisiera hacer referencia a una historia. A pesar de que ocurrió en la antigüedad, contiene una serie de reglas indispensables para delegar funciones y ser un mejor jefe o gerente. Incluso, son principios que contribuyen a sustentar lo expuesto por grandes especialistas en la materia y por las universidades más prestigiosas del mundo. Son reglas que rigen en la actualidad y que de hecho, son aplicadas con eficacia, por los administradores de las organizaciones empresariales más grandes y poderosas de nuestros tiempos.

La historia gira en torno a unas recomendaciones que le hace un sacerdote, con mucha experiencia a Moisés, quien tenía la delicada misión de conducir a la nación hebrea (Israel), después de que ésta fue liberada por los egipcios (estuvieron bajo cautiverio por un poco más de 400 años). El mismo Dios le había encomendado a Moisés la tarea de dirigir (gerenciar, administrar, liderizar) al pueblo hebreo, en su larga travesía por el desierto, hasta llegar a la Tierra Prometida (hoy Israel).

El sacerdote llamado Jetro (también suegro) le hizo una visita a Moisés; pero, al ver a éste tan agobiado por su trabajo, le hizo algunas recomendaciones para ser más eficiente como administrador:

1. No hagas todo el trabajo; pues, así terminarás muy enfermo y tu pueblo caerá en la confusión y desorden. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás por más que quieras hacerlo tú solo. (no pretenda ser Dios o Superman).

2. Ahora oye mi voz –dijo su suegro Jetro: yo te aconsejaré y Dios estará contigo en todo momento. (escuche los consejos de las personas con más experiencia y sabiduría; y someta a Dios todos sus proyectos en oración).

3. Enseña al pueblo las ordenanzas y las leyes; muéstrales el camino por donde deben andar y lo que han de hacer. (capacitar a los trabajadores o colaboradores para que entiendan las políticas, reglamentos, leyes, objetivos y metas de la empresa. Ofrecerles un plan de beneficios e incentivos, de modo que se sientan motivados y satisfechos con la organización).

4. Analizar las cualidades, fortalezas y debilidades de cada trabajador, para seleccionar a los apropiados, que se encargarán de algunas tareas. Los asuntos más delicados, graves o importantes los atenderá el jefe (seleccionar al personal adecuado).

5. Diseñar un plan de trabajo que debe seguir cada colaborador, en forma ordenada, consistente y uniforme. Y que permita evaluar los resultados parciales de la gestión, de manera tal que se puedan hacer los correctivos oportunamente.

6. Los colaboradores resolverán los asuntos más livianos. Lo más delicado, grave o importante lo resolverá el jefe y así se le explicará a los subalternos, para que ellos no se tomen las atribuciones que no les corresponde. ¡Claro! Si necesita el gerente apoyarse en las sugerencias e ideas de los colaboradores, los hará partícipes de las alternativas de solución –con mucha prudencia- para que no vayan a interpretar erróneamente que el administrador carece de iniciativa. Siempre el administrador debe mantener el liderazgo y control de todo, sin lugar a dudas o malas percepciones.

7. El líder, o sea el gerente, debe realizar reuniones periódicas con los subalternos, para medir los resultados, avances, logros y dificultades, que se tangan por el camino, y que son normales en toda gestión.

Moisés, mejoró su gestión como administrador, porque supo escuchar y poner en práctica las recomendaciones, de una persona con más experiencia y conocimientos que él.


Véase la historia en el libro Éxodo, capítulo 18, Antiguo Testamento.



Por: Eric Enrique Aragón

31 de marzo de 2011

Recurso humano, factor vital para el desarrollo empresarial…


Una empresa puede tener todos los elementos necesarios para funcionar como tal; incluso, para competir a nivel internacional; sin embargo, será muy difícil, para no decir imposible, mantenerse en el mercado; si ésta no toma en cuenta el factor más importante: el Recurso Humano. Y sobre todo, considerando que los actuales mercados son cada vez más exigentes y competitivos.

¡Cierto! en muchos países existen empresas que tienen años de estar funcionando… Pero ¿Realmente han logrado el desarrollo económico esperado? ¿Los servicios o productos que venden tienen buena calidad? ¿Han contribuido con algo positivo a la comunidad? ¿Se han expandido…? ¿Utilizan la tecnología adecuada y moderna? ¿Tienen una cuota importante de mercado? ¿Sus empleados se sienten satisfechos y han obtenido aumentos salariales importantes…? ¿La imagen de la organización ha mejorado?

En fin, son tantas razones para sustentar que muchas empresas se mantienen funcionando con un alto costo operativo, que son mediocres, poco o nada competitivas o que han desaparecido, a pesar de tener grandes perspectivas de crecimiento económico. Y esta situación negativa se debe a un sencillo razonamiento; pero, difícil para muchos empresarios: de todos los factores de una empresa, el más valioso, como fuerza motora para la organización, es el Recurso Humano, llámese colaboradores, trabajadores, seres humanos, asalariados, o como desee referirse a ellos…

Lo más fácil para un gerente, jefe de recursos humanos o administrador financiero es tomar medidas, sin medir el impacto psicológico que tendrá en la fuerza trabajadora. Por ejemplo, jugar con los salarios de los trabajadores, carecer de una verdadera política de incentivos y aumentos salariales; establecer sanciones fuertes contra los empleados, sin pensar en la capacitación periódica para mejorar la eficiencia de éstos; no hacerlos de una u otra forma partícipes del crecimiento y desarrollo económico de la empresa; o negarles a los hijos de los trabajadores becas escolares u otros incentivos familiares; y prescindir o restarle importancia a las reuniones periódicas y a la convivencia laboral; además, de la falta de una responsabilidad social frente a la comunidad, en la cual se desarrolla la empresa, definitivamente, estas prácticas convierten al trabajador en un ser negativo y desmotivado, menos en aquel colaborador competitivo que espera tener toda organización.

¡Quizás, allí está la falla…! Una gran cantidad de empresas esperan que el excelente recurso humano les caiga del cielo… Error… ¡Jamás lo conseguirán…!

Las empresas deben convertir al trabajador en un colaborador competitivo, leal, seguro de sí mismo, satisfecho con su empleo… y que desee quedarse y crecer con la empresa…







Autor:
Eric Aragón
3 de mayo de 2010