sábado, 12 de noviembre de 2016

Donald Trump y la democracia estadounidense...



La victoria de Donald Trump no debería sorprender al pueblo norteamericano; ya que en una contienda electoral tan difícil y con poca diferencia porcentual: para cualquiera de los dos candidatos puede ser la victoria en los últimos minutos. 

A pesar de que la victoria de Trump causó mucha alegría a millones de estadounidenses, sobre todo, a los de ascendencia europea; y por otra parte, llanto y angustia a otros tantos millones; debemos aceptar que ganó la Democracia.

En una verdadera democracia todos los candidatos tienen las mismas oportunidades, existe transparencia y todos los ciudadanos pueden dar fe de la pureza de la contienda electoral.

La conducta del candidato Trump no fue agradable para muchos, al igual que sus ideas; sin embargo, jugó con las reglas de la democracia y finalmente, se alzó con la victoria. Será el presidente –a partir de enero del 2017- de la nación más poderosa del planeta.

Por supuesto, con tantas promesas y declaraciones polémicas que hizo durante la campaña electoral, es lógico que haya pánico en muchos sectores económicos, sociales y políticos de Estados Unidos. Incluso, en Latinoamérica y Europa, también, hay mucha incertidumbre con respecto a la dirección que tomará Estados Unidos con su nuevo presidente.

Tampoco debe temer la oposición y el mundo entero, porqué Donald Trump es presidente electo. Así como jugó con las reglas de la Democracia y ganó; ahora como presidente tiene que regirse por las leyes de su país y no puede hacer absolutamente nada que vaya en contra de la democracia, los derechos humanos, la transparencia y la libertad de expresión.

 Su verdadero desafío empezará a partir de enero de 2017. Sus expresiones como candidato presidencial, pudieron ser muy duras y prometer cielo y tierra a sus seguidores; pero, cumplir todo eso no es tarea fácil, en algunos casos hasta será imposible.

Como presidente siempre estará limitado por las leyes, las instituciones públicas, la oposición política y la sociedad civil organizada: que son parte de la democracia estadounidense; además, estará siempre bajo el escrutinio de la opinión pública, expresada a través de todos los medios de comunicación. 
El mundo ha cambiado. La globalización, la tecnología, las redes sociales y los medios de comunicación son elementos, con los cuales tendrá que convivir Donald Trump durante su mandato presidencial.

Muchos empresarios llegan a ser presidentes por el enfoque que le dan a la política: proyectando la imagen de ellos mismos como exitosos y metiéndoles en la cabeza a los potenciales votantes: empleos para todo mundo, mayor bienestar social y económico, entre otras promesas, que se quedarán olvidadas o no se cumplirán tal como se presentaron ¿Por qué? Porque no se hicieron con sinceridad ni tomando en cuenta la cruda realidad del mundo en el cual vivimos…

No cabe la menor duda. El señor Donald Trump, como presidente electo de la nación más poderosa e influyente del mundo, tiene la oportunidad de ser un buen mandatario. “Todo dependerá de las decisiones que tome…”



Por:                                                                                                                            Eric Enrique Aragón







sábado, 5 de noviembre de 2016

El poder latino decidirá quién será el próximo presidente de los Estados Unidos…

Casi todos los analistas políticos y grandes medios de comunicación en los Estados Unidos, coinciden con el hecho de que cada vez es más importante el voto latino. Tanto Hillary Clinton como Donald Trump, hacen todos los esfuerzos para conquistar a los votantes latinos en la carrera por la presidencia.

En pocos años se estima que la población latina en los Estados Unidos alcanzará el 30 por ciento; y unos 50 millones de habitantes hablarán el idioma español.

La población joven se multiplica rápidamente en América Latina; y en los Estados Unidos está pasando igual. Para las próximas elecciones presidenciales habrá más gente joven nacida en este país, pero con familia de ascendencia mexicana, puertorriqueña, cubana, y de otras naciones de Latinoamérica. En conclusión para el futuro no sólo esta poderosa nación tendrá más “votantes latinos”, sino que se verá forzada a elegir un presidente de origen latino.

Si esta realidad ya la están viviendo los estadounidenses, entonces es lógico que los candidatos presidenciales y los gobiernos deban incluir de una manera responsable a los latinos en el tema educativo y laboral, entre otros aspectos. Además de buscar una solución migratoria lo menos traumática posible para los cientos de miles de latinos que buscan no el sueño americano; pero, SI salir de la pobreza extrema en la cual viven en sus países de orígenes.

Las grandes potencias económicas como Estados Unidos, no deben ayudar a los países “subdesarrollados”, por humanitarismo nada más; sino que es un compromiso mundial y urgente ayudar a los países en conflictos bélicos, problemas ambientales y pobreza extrema. Nunca olviden que los Estados más ricos se benefician de los más pobres y cualquier conflicto grave en regiones de extrema pobreza, también afectará a los Estados más industrializados… Está claro que ésta es la tendencia mundial: ayudar a las economías y regiones más pobres. Así se pone de manifiesto en muchos programas de las Naciones Unidas y en otros donde Estados Unidos es protagonista.

Si tomamos en cuenta que la tendencia mundial está obligando a las potencias a buscar soluciones a los problemas mundiales de todo tipo, llámese racial, educación, laboral, migratorio, pobreza extrema, desintegración familiar, enfermedades, guerras, tráfico de armas, abuso infantil, drogas, etc. NO puede ser presidente de una nación poderosa, como los Estados Unidos que lucha por los derechos humanos, la transparencia y las libertades: un candidato presidencial que sea emotivo, racista, que no comprenda el mundo actual, poco cristiano y agresivo con las mujeres –ellas son nuestras madres, hermanas e hijas.

No tengan la menor duda que DIOS, en primer lugar, y el Voto LATINO: seleccionarán al mejor candidato -el día martes 8 de Noviembre del 2016- entre Donald Trump e Hillary Clinton, para que sea el próximo presidente (o presidenta) de los Estados Unidos, la nación más poderosa y democrática del mundo.


Por:                                                                                                                         Eric Enrique Aragón