viernes, 24 de junio de 2016

El invencible poder de la “Fe”

Mantener la motivación que te impulsa a desarrollar la creatividad e imaginación y “a levantarte de las cenizas todas las veces que seas derrotado hasta conseguir la victoria”; es cosa muy difícil, pero no imposible.

Gran parte de la gente transita por este mundo sin rumbo alguno… Se parecen a las hojas de los árboles cuando caen y el viento las mueve a su antojo.  El poco deseo de superación y el comportamiento negativo evidencian -sin lugar a dudas- las grandes frustraciones que padecen los pobres mortales.

“La falta de fe es un terrible mal que está matando los sueños de la juventud”

Cada año nacen miles de niños en América Latina, al igual que en otras regiones del mundo. Rápidamente crecen y al cumplir los 18 años, es decir la mayoría de edad, se suman a la “población económicamente activa”; sin embargo, la mayor parte de estos mozalbetes pierden por el camino todas sus ilusiones. Esto explica porque se transforman en jóvenes rebeldes, causando daños a la sociedad, a sus familiares y a ellos mismos.

Tal vez no sería una exageración decir que desde el vientre de la madre, un número considerable de niños son receptores de todas las frustraciones de sus progenitores.

En lugar de amor y nobles cuidados, los padres ofrecen a sus hijos todas las malas prácticas que se han convertido en una conducta normal hoy día.

 El uso del alcohol, cigarrillos, drogas; violencia intrafamiliar y otros comportamientos similares, son los ejemplos que reciben los niños muchas veces en el mismo hogar, que debería ser para ellos fuente de amor y paz.

¡Qué tristeza! Nuestra juventud que tomará las riendas del mundo, está inmersa en el luto, dolor, violencia, familias desintegradas y los malos ejemplos. La salud mental y física de nuestros hijos se deteriora cada vez más.

Todo en la vida es cuestión de FE ¿Y qué es la fe? Sencillamente, creer y desarrollar el potencial que cada uno tiene; creer y trabajar por un mundo mejor para los hijos… y lo más sabio: “orar y confiar en Dios”.


Por:                                                                                                                       Eric Enrique Aragón