martes, 28 de abril de 2015

Levántate de las cenizas como el ave Fénix…

Ave de la mitología egipcia, cuyo tamaño se parece al de un águila, de colores variados, fuerte pico y garras. Tenía la gran cualidad de que podía resurgir de sus cenizas, cada vez que se consumía por el fuego: con gran poder y gloria.

En diferentes épocas y con bastante frecuencia se ha citado, en la literatura mundial, esta colosal acción del ave Fénix, de resurgir de las cenizas: como un mensaje de motivación para la humanidad

En medio de la abundancia, de la alegría o cuando la mismísima vida le acomoda todo tal como usted más lo desea: es fácil presumir de ser un ganador… Si fuese tan sencillo, en el planeta no habría un solo perdedor. Todos seríamos héroes, millonarios, felices; en fin, la vida de ensueño.

Sin embargo, en la vida real, las cosas no son tan fáciles como en las películas que todo se planifica y se controla.  El porvenir no se puede controlar.

Hoy podemos ser felices y mañana estar en medio del llanto; hoy podemos ver a nuestros seres amados y mañana puede que no estén en este mundo terrenal; hoy podemos tener un excelente trabajo y mañana estar sin él. Hoy podemos gozar de todos nuestros bienes materiales y mañana estar en la miseria; hoy podemos saborear una buena comida y mañana estar con hambre; hoy podemos estar rodeados de amigos y familiares y mañana estar en la completa soledad; hoy podemos tener un lugar para dormir y mañana estar en la calle; hoy podemos alardear de buena salud y mañana estar enfermos…

¿Quién puede controlar su futuro? Que yo sepa: ¡Nadie! Ningún ser humano lo puede hacer. Vivir desdichado no es fácil. En estas circunstancias todos nuestros amigos y hasta familiares se apartan. Así somos de malditos los seres humanos, que cuando vemos a otros en desgracia, los abandonamos o nos burlamos de ellos “hacemos del árbol caído leña”, en lugar de salvarlo.

La mayoría de los mortales, en estos casos, pierde la esperanza y no logra levantarse jamás de la desgracia… Y un grupo opta por el suicidio…

Hacer el último esfuerzo para superar esta amarga situación, no es fácil. Muy pocos lo han conseguido… Éstos son los verdaderos héroes. Se levantan como el ave Fénix…

"Únicamente nos queda clamar a Dios y esperar que nos llegue esa ayuda divina…"

Hacer el último esfuerzo no es fácil; pero, tampoco, imposible…





Por:                                                                                                         
Eric Enrique Aragón                                                                                                                      

domingo, 19 de abril de 2015

¡Cuidado! Ángeles podrían estar entre nosotros…

Hace poco, por casualidad me encontraba conversando con una amable señora en una iglesia muy famosa, aquí en la ciudad de Panamá.  Era una conversación muy corta; sin embargo, en cuestión de segundos, quedó la señora prácticamente haciéndome una serie de preguntas, como si yo estuviera en un interrogatorio.

¿De dónde es usted? ¿Qué hace aquí? ¿Dónde vive? Y otras preguntas más. Ahora recuerdo que la conversación giraba en torno al poder de Dios y cómo éste gran, único  y poderoso personaje mira a los seres humanos sin hacer distinción de nada; tan sólo basta que los mortales sean sinceros con él.

Dios me ha llevado a realizar distintos trabajos, como el de profesor de historia y uno de los pueblos antiguos que más me impactan, es precisamente, la del pueblo hebreo. Y de hecho escribo bastante sobre personajes bíblicos y otros aspectos más que tienen que ver con el poder motivador y restaurador de Dios.

El punto es que yo le respondía a la señora en broma y en serio, que yo podría ser un ángel de Dios, que camina sobre la tierra. Y todo el asunto cómo que se ajustaba bien a mi condición de vida; pues, no tengo familia en este país, y si alguna vez tuve, desde hace tiempo dejaron de existir. Yo era el más pequeño, un hermano rumano –por parte de padre- que me seguía, me llevaba más o menos 50 años de diferencia.  Perdí a mis padres desde muy pequeño –una gitana española y un aventurero rumano- y como si fuese poco, también, perdí a la única familia que formé, pues me abandonaron, por estar yo más preocupado por las cosas materiales de este mundo que son efímeras, que por mi bella y bendecida familia (¡Gracias a Dios están todos bien…!).

No es un cuento, en los evangelios, por ejemplo, en el libro de Mateos (cap.25), Jesús se refiere a la importancia de ayudar a las personas verdaderamente necesitadas; ya que si se les rechaza, Él (Jesús), hará lo mismo con todos aquellos que han desconocido la solidaridad y la bondad hacia los demás.

Piense un momento, incluso, analice bien la biblia y llegará a la conclusión de que Jesús y los ángeles que le sirven se pasean entre nosotros. ¡Quién sabe cuántas veces han tocado nuestra puerta! Y lo hemos rechazado por nuestro duro corazón…

Cuando tenemos la oportunidad de ayudar a otros y no lo hacemos, estamos cerrándole la puerta a Jesús.  No lo haga. Aún está a tiempo de enmendar su camino. ¡Dios bendiga a su familia y a usted!



Por:                                                                                                                    Eric Enrique Aragón