martes, 9 de diciembre de 2014

Palabras mágicas…

Los bienes materiales son importantes, sobre todo el dinero. En cualquier país de nuestro planeta, se pueden resolver muchos problemas con el hecho de tener dinero. Por ejemplo, se puede pagar la casa, la escuela de los hijos, comprar los alimentos necesarios para la vida, cubrir los gastos de una operación quirúrgica o hacer una donación para una noble causa.

Éstos son algunos excelentes usos que se le puede dar al dinero; sin embargo, existe algo que es difícil de percibir “a simple vista”, pues requiere más agudeza mental, pero, es tan esencial como el dinero; tal vez más importante, porque tiene que ver con los sentimientos del ser humano; es decir, aquello que está en nuestro interior y que nos impulsa a seguir el largo sendero de nuestra existencia, que por las leyes naturales, está lleno de espinas, que pueden causar mucho dolor, a veces difícil de superar.

“Las palabras tienen un efecto poderoso sobre las personas”. Con ellas podemos solucionar cualquier percance o complicarlo más; motivar o destruir el futuro de un niño, consolidar o desintegrar una familia; motivar o desmotivar a un trabajador; llevar deseos de vivir a millones de personas enfermas, o simplemente, no hacer nada…

La idea es que cada ser humano esté consciente de que vino a este mundo con un bello y noble Don, que adorna su vida: “el don de utilizar las palabras para llevar esperanza, fe, motivación y deseos de vivir a muchos semejantes que necesitan de nosotros".

Lo importante es que usted convierta sus palabras en “Palabras Mágicas”, que lleven vida a los demás y no destrucción…

Para que estas palabras sean mágicas, primero, debe hablar con el Dios de bondad que siempre está cerca. Basta con pronunciar su nombre y el responderá sin fallar a nuestras súplicas. Lo que sigue dependerá del grado de sinceridad y deseos que usted tenga de ayudar a los demás. 

Recuerde cuando usted lleva alegría a los demás, “las puertas del cielo se abrirán” y caerán muchas bendiciones sobre usted y su familia.

Al Dios que está en los cielos y a su hijo Jesucristo, sean todas las alabanzas eternamente…




Por:                                                                                                                                                
Eric Enrique Aragón


lunes, 10 de noviembre de 2014

El gato se comió a los pericos…


¡Qué desesperación…! No encontraba el número, parece que por un descuido presioné la tecla equivocada de mi celular y como resultado borré el número telefónico de Diana. Por fin logré llamarla; pero no sé en qué momento le pregunté por los pericos. La familia contaba con 4 pericos. Se puede decir que el avispado jovencito Michael los había conseguido todos. Hasta donde recuerdo compró dos y los otros dos los atrapó él mismo ¡Ingenioso!

Lo cierto es que la familia entera, incluyendo a la hermosa e inteligente Dianita, se encariñaron con las aves.  Los pericos eran parte de la familia  ¡No era para menos! Ya había pasado más de un año; sin embargo, las amenazas para los queridos pericos eran diarias; pues, los gatos callejeros iban y venían.

 La familia es una de las pocas que en estos tiempos modernos quedan. Animal que llega de la calle le dan comida. ¡0h! Se me ocurre pensar que los animales en su lenguaje habrán corrido la voz.

La gente hoy día ha endurecido su corazón. De nada sirve tanta tecnología, dinero, belleza física, preparación académica, si lo principal en lo seres humanos: su interior está lleno de oscuridad. No hay en ellos bondad, ternura, amor, solidaridad; es decir, no sienten nada sublime. Muchos pensadores lo han dicho –no se equivocaron- la persona que trata mal a los animales, jamás podrá sentir algo bueno por sus semejantes…

El asunto es que me causó mucha tristeza cuando Diana (la bella y noble mamá) me manifestó que los gatos se comieron a dos pericos. ¡Qué dolor! Yo los conocía a todos (los pericos), y puedo dar fe del amor que la familia sentía por ellos y viceversa…

Lo irónico del tema es que yo siempre pensaba en los pericos… Me preocupaba el hecho de que se descuidaran con ellos y finalmente terminaran siendo el almuerzo o cena de algún gato callejero.  ¡Así fue…!

¡Qué Dios los tenga en su gloria!  No hay que descuidarse más con los animales domésticos. Ellos, los animales, confían en sus protectores; así como el bebé confía siempre en su madre…



Por:
Eric Enrique Aragón

martes, 2 de septiembre de 2014

Nepotismo

Concepto que se refiere a la tendencia de aquellos individuos que ostentan el poder, de nombrar a familiares y amigos en puestos públicos. Esta es una práctica viejísima que ha llegado a nuestros días. En todos los países donde existe Democracia y Libertad de Expresión, algunos políticos pretenden hacerle creer al pueblo que el nepotismo es una buena práctica; sin embargo, a lo largo de los siglos se ha demostrado lo contrario.

En la antigua Grecia, el tirano Pisístrato nombró a parientes y amigos, con la finalidad de proteger al pueblo ateniense de los aristócratas políticos. Antes de fallecer dejó en el poder a sus dos hijos, quienes más adelante fueron derrocados por abuso de poder. Posteriormente se estableció la Democracia en Atenas.

Otro caso destacado ocurrió en la época romana (Edad Antigua). Pompeyo, Cónsul de la República Romana, hombre rico, político y general, formó parte de una alianza política con Marco Licinio Craso y Cayo Julio César, llamada Primer Triunvirato -, que marcó el destino político y militar de la última etapa de la República Romana; nombró a su suegro Cecilio Metelo Escipión, en un puesto político y militar de gran envergadura e influencia. Metelo Escipión, no demostró la capacidad adecuada para el cargo, a tal extremo que fue acusado de soborno ante el Senado por el Tribuno Marco Antonio.

En la Edad Media, ciertos Papas y Obispos de la Iglesia Católica, nombraban a parientes en altos cargos, como el de Cardenal, para seguir controlando el poder.

Napoleón Bonaparte, también utilizó esta vieja artimaña, de nombrar a familiares en altas posiciones para formar su imperio, en gran parte de Europa (inicios de la Edad Contemporánea).

Estos son algunos casos relevantes de nepotismo, de miles y miles a través de la historia de la humanidad, que demuestran que esta práctica no ha sido beneficiosa para el pueblo ni para los propios gobernantes. Los resultados siempre han sido en muchos casos nefastos.

No podemos vivir creyendo, que aquel funcionario público con mando y poder, si tiene la oportunidad, no va a favorecer a parientes y amigos. Además, es lógico rodearse de personas de confianza… ¡Cómo dicen los gobernantes! ¡Gente que me cuide la espalda…! Las Constituciones de los distintos Estados, establecen las restricciones para estos casos; pero, siempre permiten en algunas posiciones este tipo de nombramiento.

El dilema radica en determinar hasta que punto esta práctica es positiva. En otras palabras, no abusar de esta clase de nombramiento y estar bien seguro de que la persona que se nombra es la correcta. No bastan los méritos académicos y profesionales; igual hay que comprobar que será capaz de conducirse con toda honestidad, transparencia y rendirá cuentas al país de su gestión sin ningún problema. El funcionario público está obligado a ser leal al pueblo y a las leyes del país. ¡Por supuesto, el Servidor Público debe  ser cuestionado por la sociedad civil y los medios de comunicación, cuántas veces sea necesario; esto es parte de la transparencia!

Por otro lado, nombrar parientes en puestos públicos, puede traerle problemas morales, familiares, legales y políticos al gobernante de turno, si existen denuncias de corrupción.

Este problema lo debe resolver el gobernante con su buena capacidad analítica y la experiencia política que debe tener...





 Por:                                                                                                                      
 Eric Enrique Aragón 







martes, 19 de agosto de 2014

Impactante noticia

Nadie desea hablar de la muerte. Este es un tema poco inspirador. Sin embargo, la muerte siempre está cerca. La ley de la naturaleza y la divina, establecieron que todo ser vivo que nace, al final de sus días debe morir.

La muerte de un familiar, incluso, de cualquier persona causa mucha impresión. ¡Por supuesto! Si esta muerte es trágica mayor es el dolor causado.

No podemos desconocer el hecho de que ciertas muertes a nivel mundial, impactan bastante; ya sea por la fama, nivel de influencia que proyectan o porque hay niños involucrados.  Si la muerte ha sido violenta o provocada, aún mayor es el dolor.

La noticia del suicidio del famoso actor Robin Williams, es una de estas muertes que ha impactado a nivel mundial; sobre todo, a aquéllos que vieron sus fabulosas películas, en su mayoría comedias.

Un actor que llevó alegría y esperanza a millones de personas, a través de sus comedias. Un personaje que siempre se mostró motivador y digno de imitar en sus películas. ¡Claro que causa mucha tristeza la muerte de Robin Williams!

En su vida real también fue un luchador. Durante varios años, se enfrentó como un valiente a enemigos muy poderosos: el alcoholismo y las drogas. Y como si fuese poco, le diagnostican el mal de Parkinson. ¡Oh qué enemigos!

Por último, la depresión invade su corazón. Lo más seguro es que hizo todo el esfuerzo humano para vencerla. Lamentablemente no pudo. Creyó que podía acabar con su angustia quitándose la vida; una decisión difícil, pero, equivocada.

No cabe la menor duda, de que este famoso personaje tenía un corazón noble.  Ningún actor puede representar tantos papeles motivadores como Robin Williams, si no hay pureza en el corazón. Así lo han declarado de una u otra forma, todos aquéllos que conocieron a Robin. ¡Qué Dios te guarde siempre Robin Williams!

No hay ninguna persona que no sea vulnerable a la depresión. Este es un mal muy propio de esta época moderna, saturada de sofisticada tecnología; a tal punto que los seres humanos han perdido un poco –para no decir casi todo- ese toque humano, de nobles sentimientos, que debe adornar el corazón, valorar a la familia y acercarnos más a Nuestro Creador.

Lo normal es que la depresión así como llega, sin que nadie la desee, se aleje; si persiste durante muchos días o viene con más frecuencia, se convierte en un mal crónico. En este punto la persona que la padece debe estar alerta, de manera tal que no incida negativamente en su mente.

La unidad familiar implica que los miembros de la familia deben apoyarse y cuidarse. Nunca deben faltar las expresiones de cariño. A veces las personas se dejan vencer por la depresión y la angustia, porque se sienten solos, sin cariño.

El amor vence cualquier enfermedad. Nunca olvidemos que nada puede estar completo en este mundo terrenal, si no incluimos a Nuestro Señor Jesucristo, en la vida cotidiana.  Haga una oración de Fe todos los días. Cuéntele sus problemas y pídale a Dios la fuerza necesaria para vencer la tristeza, la soledad, la depresión o la angustia que invade su corazón.


Por:                                                                                                                 
Eric Enrique Aragón

domingo, 8 de junio de 2014

¿Por qué debo confiar en Dios?

¡Una pregunta difícil de responder! Cuando las personas están bien; es decir, no tienen ningún serio problema, les da igual pensar en Dios o en su hijo Jesucristo, asistir a la iglesia o no hacerlo; orar o pasar por alto la oración. ¡Quizás sea mejor que las personas no piensen en Dios, si no lo hacen de corazón! Usted ve el gentío en las iglesias o haciendo alarde de cuánto puedan, para demostrar ante los semejantes que tienen fe o son verdaderos creyentes en Dios; pero, la realidad de las cosas, es que se trata de un gran engaño.

Creer en Dios o ser cristiano es más que asistir a la iglesia todos los domingos o expresar públicamente la creencia en Jesús. Se trata de un sistema de vida diferente o un cambio en el interior de las personas. Sus pensamientos y acciones deben ir siempre de la mano. Tampoco es sentirse fuerte espiritualmente o jactarse de la fe que se tiene; tal como lo hacen aquellos que se pasean por todas partes con una biblia debajo del brazo o no paran de hablar del evangelio…

El verdadero creyente en Dios está consciente de su debilidad humana; entiende que por más demostraciones de fe que haga, aunque sean sinceras; puede caer en el pecado o en malas prácticas en el momento que menos lo espera o está totalmente desprevenido. Porqué así es. La misma biblia lo enseña (los evangelios): las fuerzas del mal no descansan, siempre están al acecho y crea que cuando más se descuide usted –algo natural en los mortales- allí estará el mal. 

Sin embargo, el peor enemigo de uno es el propio “yo”. La mente es un constante campo de batalla, entre los pensamientos negativos, que a veces parecen atraernos más y los pensamientos positivos o aquellos que están de acuerdo con los principios cristianos,  la moral y el bien de la sociedad.

Existen muchas razones para confiar siempre en Jesús. Cada uno de nosotros debe aprender a encontrar esas razones, y si no puede, entonces, pídale a Dios que le dé la sabiduría necesaria para descubrir los motivos para confiar en Jesús. Casi siempre esas razones están frente a nosotros, pero, no las podemos ver ni sentir, ya que siempre procuramos ver lo espiritual desde nuestra propia perspectiva o punto de vista. ¡Aquí está el gran error! Para apreciar la presencia divina en la naturaleza, en la sonrisa de un niño, en la lluvia, el sol o en una simple conversación con los semejantes, se requieren ojos espirituales y éstos únicamente los concede Dios; al igual que el deseo de leer algún pasaje bíblico y sentir como la lectura nos purifica en nuestro interior –sólo Jesús puede darnos esta concesión.

Es muy duro pedirle a las personas que confíen en Dios, cuando están llenas de problemas, en la miseria, enfermos o han perdido seres amados.  Debe creer que Nuestro Señor Jesucristo, nos puede dar esa sabiduría, que no es humana, sino espiritual, para entender que una situación difícil en la vida de cualquier ser humano, podría ser un medio de Dios para bendecir.

La gracia de Dios o su Bendición, no se puede comprar con nada de este mundo… En serio que es duro creer esto. Pero, el sufrimiento purifica el alma humana, nos acerca más a Dios y nos hace personas con mejores sentimientos.

“Hubiese yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Dios”



Por:
Eric Enrique Aragón

jueves, 5 de junio de 2014

¿Y ahora qué harás? ¡Afligirte o seguir tu camino…!


Lo más probable es que una persona por muy fuerte que sea, frente a las críticas negativas y constantes, se sienta profundamente humillada y acongojada  o tal vez con el deseo de cometer una locura.  Esto  le puede pasar a un adolescente; como también, a una persona adulta, que se supone que ha desarrollado un carácter fuerte y sabe exactamente lo que quiere.

La burla afecta gravemente a los adolescentes, por ello es necesario que los padres o tutores aprendan a motivar a sus hijos cuando estén en la mira de los individuos desalmados, que viven del sufrimiento de los demás.  ¡Gracias a Dios! Los niños y jóvenes pueden superar estas críticas sin mucho trauma, si cuentan con la ayuda adecuada de los padres y  maestros.

¿Cómo se sentiría ante las críticas negativas un ser humano de mediana edad, cuyas fuerzas ya casi lo abandonan, sin el apoyo familiar, sin casa, casi en la miseria total; pero, que está haciendo su mayor esfuerzo físico y emocional, para salir adelante?

¡Un duro golpe! Qué alguien a quien se le ha confiado ciertos eventos familiares, y que se suponía una persona seria, profesional y equilibrada, arremeta contra uno diciendo: –más bien vomitando las palabras- que es un fracasado en la vida, sus hijos no lo quieren, su familia extranjera lo trajo a este país y lo abandonaron como un… No tiene casa, ni jubilación y nadie le da trabajo, porque es un viejo, jamás se podrá acomodar, su tiempo ya pasó, es un cadáver viviente… Sin embargo, lo más triste es saber que en cierta forma tiene toda la razón, y lo más seguro es que la gente que lo rodea a uno piensa igual…

¡Qué difícil pretender lograr lo que se debió conseguir a lo largo de la juventud! En estas condiciones están cientos de miles de adultos, en todo el mundo. Tristemente, tiraron a la basura sus mejores años mozos… La juventud es sinónimo de fuerza mental, física y emocional; de manera tal, que aquello que deseen hacer o tener los individuos en sus mejores años de vida, como por ejemplo una vivienda, una profesión, una familia unida, un buen trabajo, un carro, una vida espiritual y física totalmente sana: lo podrán conseguir, ya que la juventud significa poder, poder y poder…

Con el dolor en el alma, tengo que manifestar que las estadísticas sociales, revelan que una gran parte de estos adultos terminan muy mal: frustrados, abandonados, en la miseria, despreciados por la familia, sumergidos en el alcoholismo, en la calle como muertos vivientes…

Regresamos al título de este artículo. Si tú estás ahora mismo pasando por este problema: ¿Y ahora que harás? Sólo existen dos caminos: te dejas arrastrar al abismo donde están las almas infelices y fracasadas; o sigues tratando de mejorar tu existencia… Por supuesto, como el alimento que necesitas diariamente, todo estará en tu contra; pues, recuerda que tu tiempo ya pasó. ¡Tú dejaste que pasara sin hacer nada por tu vida! 

No obstante, si hay algo que puedes hacer todos los días y nadie te lo puede arrebatar, ni siquiera el tiempo: “Confiar en Jesús”   “Creer en su bondad”.

“Hubiese yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Dios”




Por:
Eric Enrique Aragón













domingo, 1 de junio de 2014

¿Quién tiene la última palabra?

El gerente de una empresa estaba preparado para presentar y sustentar un excelente plan para incrementar las utilidades y reducir los costos; pero, lo que no imaginaba, a pesar de que había tenido ciertas diferencias con la junta directiva de la empresa, es que ésta no se reuniría para discutir la propuesta; sino para separarlo del cargo de gerente.  ¡Qué golpe más duro! La presión se le subió, casi le da un infarto.  Todo su mundo económico se le derrumbaba… ¿Cómo pagaría sus deudas, la escuela de los hijos, la letra de la casa o compraría comida para sus seres queridos?  Toda la familia dependía de este señor.

La señora no sabía cómo contener su gigantesca felicidad, pues su hijo se le graduaría de sexto año –último año de secundaria. Por fin llegó el tan anhelado día de la graduación.  Estaba sumamente emocionada, ya que tenía varios hijos y parecía que este joven era el más formal en los estudios. Su futuro era muy prometedor… Lo que no le pasó jamás por la mente a la mamá, es que ese día de la graduación sería el último día de su hijo en el mundo de los seres vivos… Ese mismo día en la noche se fue a celebrar con unos amigos, pero, jamás llegaría a su destino.  El joven que manejaba el vehículo en el cual iban todos, perdió el control; el carro dio varias vueltas. Todos sus ocupantes murieron por el fuerte impacto. La mamá del joven cuando supo la noticia, se derrumbó, entró en un estado nervioso incontrolable, y a los minutos falleció.

Un hombre enamorado, de unos 30 años, recién nombrado profesor en un colegio católico de mucho prestigio y que estaba aprendiendo a conducir; se le ocurrió la “brillante idea” de alquilar un carro para llevar a su enamorada y a la hijita de ésta de 2 añitos, al otro extremo del país. Cuando venían de regreso, después de comprobar la joven que el caballero no manejaba bien y de estar un poco temerosa… ¿Qué creen ustedes que sucedió? Igual como lo señala el título de la novela del escritor colombiano, Gabriel García Márquez: “La crónica de una muerte anunciada”. El joven perdió el control en una curva, ya que iba a mucha velocidad; el carro dio varias vueltas y finalmente cayó por un precipicio… Antes de que llegaran al fondo del abismo donde los esperaba un poco de rocas y que probablemente nadie saldría con vida, un pequeño árbol; pero, muy fuerte, detuvo el carro… Irónicamente, como en un cuento de hadas, los tres ocupantes del vehículo, que fue pérdida total, salieron caminando. Sólo a la joven señora se le hizo un pequeño rasguño en la frente; unos meses después no quedaría ni la más leve cicatriz. Hasta la niña de 2 años, había superado el trauma. Una señora que vivía enfrente de donde ocurrió el accidente, a la orilla de la carretera; contó: que en esa curva había siempre muchos accidentes –era la curva de la muerte- y que ella no se explicaba cómo estas personas estaban ilesas.

¿Quién tiene la última palabra? Una pregunta interesante y que debería motivar a las personas a analizar si en verdad somos los seres humanos quienes decidimos que pasará el día de mañana o somos simplemente “insignificantes” en este mundo. Podemos hacer todos los planes del mundo y hacer el máximo esfuerzo para que se cumplan; pero, si no estamos conscientes de que todo se puede derrumbar el día de mañana o en cuestión de minutos; entonces, estaremos a la deriva siempre; perdidos en el espacio; nunca estaremos preparados para nada…

El ser humano jamás podrá controlar el futuro, si lo hiciera sería Dios.

 En medio de las declaraciones que ofreció el joven que se salvó del accidente -recuerdan a la enamorada y a la niña de 2 añitos- dijo: “Qué antes de salir del hotel, oró a Dios con todo su corazón, como siempre lo hace. Le pidió que guardara su camino…”     ¡Bueno!  No cabe la menor duda de que Dios lo hizo…




Por:
Eric Enrique Aragón




domingo, 4 de mayo de 2014

No se puede cosechar, lo que no se siembra

El hombre rural se esmera en preparar la tierra, procura conseguir buenas semillas y hace todo su mayor esfuerzo para que nada pueda afectar su siembra; aunque muchas veces por más cuidado que tenga, algo se le escapará de control, sobre todo, cuando se trata de fenómenos naturales. No obstante, los frutos que obtenga de su cosecha estarán de acuerdo al cuidado que tuvo con su siembra.

Los principios o reglas que se aplican en el sector primario de la economía; es decir, en el campo, tienen igual efecto en la vida personal de cualquier individuo. 

¡Qué lindo es soñar con hijos ejemplares!  Hijos que sean obedientes a su papá y mamá. Hijos que cumplan con las asignaciones escolares.  Hijos disciplinados, que ayuden en los quehaceres del hogar. Hijos que no pidan más de lo que se les puede dar. Hijos que no sean perfectos, pero, que llenen de orgullo a sus padres.

Gran dolor sienten los progenitores cuando ven que sus hijos no  respetan a nadie, ni siquiera a ellos… Su lenguaje está compuesto por palabras soeces, van muy mal en los estudios -si acaso asisten a la escuela.  Quieren estar todo el día chateando, metidos de cabeza en los juegos de video o escuchando canciones horribles. El razonamiento de ellos (los hijos) es totalmente nulo; su forma de hablar es pésima, desconocen lo que significa la superación o cuál es el valor de tener una excelente educación. Son tan torpes que imitan todo lo negativo sin preguntarse: ¿Será bueno o malo para mi vida?

¿Por qué actúan los mozalbetes así? Una pregunta fácil de responder; pero, difícil de cumplir.  Los hijos son rebeldes y muchos toman el camino de la perdición, porque carecen de motivación.  ¿Y qué les da a los niños y jóvenes el deseo de estudiar, aprender un oficio, practicar los preceptos morales y cristianos o ser cariñosos con sus padres?

El buen ejemplo y el cariño que reciben los hijos de sus padres, se transforma en la fuerza indestructible que tendrán (hijos) para no dejarse atrapar por lo negativo de la vida.

Sólo existe una oportunidad para la mamá y el papá de ofrecerles afecto, cuidados y el buen ejemplo. Compartir con ellos muchos momentos de la vida y escuchar con especial atención todo lo que deseen expresar, aunque nos parezca algo simple, tendrá un efecto poderoso en la vida de nuestros hijos. Visite la escuela de sus hijos, converse con los maestros y profesores; conozca a sus amigos. Acompáñelos a comer un helado… 

Si no practica todo esto con sus amados hijos –que por cierto es algo que llena de mucha satisfacción- llegará un tiempo que usted abrirá los ojos y se dará cuenta que hizo mal. Jamás se podrá recuperar de su dolor, porqué dejó escapar la oportunidad más hermosa de su vida. Y lo más triste y devastador es que sus hijos podrán estar perdidos en la vida por su culpa.



Por:

Eric Enrique Aragón

sábado, 19 de abril de 2014

Una persona excepcional

Desde corta edad demostró su interés en las cosas espirituales.  El hecho de que una vez se extraviara y posteriormente, sus padres lo encontraran en el templo (iglesia), orando y hablando de Dios; es una evidencia contundente de su vocación divina.

Enseñó a los jóvenes el respeto por la familia y la importancia del trabajo.  El mismo realizó la labor de carpintero y siempre honró a sus padres, María y José.

¡Cuánta falta hace en nuestros días que los mozalbetes, lleven a la práctica este mensaje!  Esta generación de jóvenes lo quiere todo regalado, sin esfuerzo ni trabajo.   Prefieren robar y matar a sus propios padres para obtener dinero fácil, antes que estudiar o trabajar.

Si en el año 1 de la Era Cristiana –hace poco más de 2 mil años- la gente necesitaba palabras de motivación; en la actualidad se requiere más que nunca, a la velocidad del rayo… El planeta Tierra implora por la intervención divina.

La generación del siglo 21, en su gran parte joven, no cree en nadie ni en nada; la unidad familiar no existe, sólo de nombre.  No se tiene consideración por la raza humana ni por la naturaleza.  La solidaridad y la bondad quedaron en el pasado. Los seres humanos se destruyen unos a otros.  Carecen de motivación y el valor que le dan a la vida es nulo.

Los seres humanos con frecuencia, pasamos por momentos críticos en los cuales esperamos que alguien nos regale palabras de aliento… ¡Difíciles de encontrar! Sin embargo, este ser humano, protagonista de esta columna periodística; sin importar su origen, tenía palabras de estímulo para todas las situaciones.

“Felices los que lloran, porque recibirán consuelo”.  "Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”.  “Felices los compasivos, porque alcanzarán misericordia”.  “Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios”.

Una persona excepcional, con el extraordinario don de la Misericordia. “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio.  Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres…”. El maestro respondió: “El que no tenga pecado, tire la primera piedra”.  “Yo tampoco te condeno, le manifestó Jesús. ¡Vete!  No peques más”.   
“Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas”

¡Gran personaje! Jesús le respondió a la samaritana: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú misma le hubieses pedido de beber… y Él te habría dado agua viva».     

¡Es cierto que hay muchos mensajeros! Pero, no todos tienen la autoridad ni el poder de convencimiento de aquél que dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no la doy como el mundo la da; no se turbe vuestro corazón ni tenga miedo”.

No cabe la menor duda. Cuando Jesús estuvo en la tierra fue una persona excepcional. ¡Y ahora lo es más, pues, venció la muerte para mostrar a la humanidad el camino correcto!



Por:

Eric Enrique Aragón

sábado, 8 de febrero de 2014

Niño prodigio que causaría mucha contradicción


Conforme a la ley de Moisés, los padres del niño llamado Jesús, le trajeron al templo en Jerusalén para ser presentado al Señor Dios. Esta ceremonia se acompañaba con el sacrifico de un par de tórtolas o dos palominos. 

En Jerusalén habitaba un hombre llamado Simeón, justo y de gran fe.  A éste el Espíritu Santo le había revelado, que no conocería la muerte antes de que viese al Ungido de Dios (Jesús).

Guiado por el Espíritu Santo, llegó al templo en el preciso momento que llegaría el niño en brazos de sus padres, José y María.  Simeón tomó en sus brazos al niño, lo bendijo y elevó una oración, diciendo:”Ahora, Señor, deja que tu siervo descanse en paz, pues he visto con mis ojos tu salvación”.  Además, a la madre del niño, María, le manifestó:”He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha”.
Evangelio según San Lucas, cap.2, verso 21-38.

Jesús vino al mundo a mostrar el único camino que lleva a la salvación del alma. Nada complejo. El profeta más grande de todos los tiempos, se dedicó durante unos breves años, a explicar de la manera más clara y convincente, la doctrina cristiana o los mandamientos (reglas) que debe practicar cada ser humano en su vida cotidiana.

Lo maravilloso de todo, es que no se tiene que esperar el premio mayor –la salvación- para sentir la felicidad; sino, que la práctica de cada mandamiento que ofreció Jesús nos ayuda a vivir bien y en armonía con nuestros semejantes y la naturaleza.

Por ejemplo, las familias hoy día están desintegradas, porque no se respeta el hogar. El hombre es infiel a su esposa y prefiere estar con sus “supuestos amigos” tomando bebidas alcohólicas; cuando debería estar con su esposa e hijos. Igual ocurre si la mujer es la que irrespeta a su cónyuge y a sus vástagos. En ambos casos el desenlace es el mismo: una familia destruida.

Si un hijo no sigue los buenos consejos de sus progenitores (padres), ni de sus maestros de escuela; y menos le gusta llevar una vida sana, conforme a los valores morales y cristianos, difícilmente su conducta será aceptable. Lo más seguro es que siempre estará metido en problemas y ni siquiera termine la escuela secundaria.

La clave del éxito en la vida de uno, es tratar de que la conducta diaria esté de acuerdo con los valores morales y cristianos. Iniciar el día con una oración a nuestro Creador, trabajar con honestidad o ser un buen estudiante; respetar a las personas, ser solidario con el prójimo, no hacerle daño a nadie y amar a nuestra familia, podría ser un buen comienzo para mejorar nuestra existencia.

En aquella época en la cual vivió Jesús causó mucha división por sus mensajes. Los que estaban acostumbrados a usar el poder económico y político de acuerdo a sus intereses, obviamente, lo atacarían con todo; igualmente, lo haría la gente acostumbrada a vivir sin orden ni reglas o que se aprovechaban de los demás pregonando doctrinas falsas.  Sin embargo, las personas que anhelaban la aceptación divina escucharían sus palabras.

Actualmente, las cosas no han cambiado mucho. Los mensajes cristianos siguen causando muchas contradicciones. Están las personas que desean una vida mejor e intentarían realizar cambios positivos en su modo de vida; de manera tal, que escucharían con placer los consejos de Nuestro Salvador Jesús. Y por otra parte, los mortales que desean continuar con sus malas prácticas y jamás irían por la senda del cristianismo.  

Lo cierto es que la gente que hace el intento por seguir a Jesús le irá mejor, aquí en la vida terrenal y en la otra vida.

De usted depende, la decisión que tomará…

"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”


Por:
Eric Enrique Aragón




sábado, 1 de febrero de 2014

El corredor de la muerte


De la muerte nadie se escapa.  Nadie piensa que la muerte puede estar a la vuelta de la esquina.  Todos pensamos en hacer mil cosas en el día: algunas buenas y otras, lamentablemente, negativas. Lo cierto es que de algún modo las personas sienten la motivación de alcanzar metas, que a veces se pierden por el camino.

Imagínese por unos minutos, que por alguna mala jugada de la vida, le comunican que en poco tiempo perderá todos los bienes materiales, “quedará en la calle sin nada”  ¿Cree usted que tendría la motivación necesaria para esforzarse por alcanzar algún ideal? Por ejemplo, terminar una carrera universitaria, aprender un oficio o corregir su conducta… ¿Para qué? ¡No vale la pena! Dentro de poco se esfumará mi vida. Este es un razonamiento lógico y hasta cierto punto aceptable humanamente. Se entregará al llanto y al fracaso.

Así como hay muchas historias negativas, también existen historias dignas de contar. Las cárceles están saturadas de gente muy mala. Sin embargo, en estos presidios se han encontrado personas que a pesar de que nunca recuperarán su libertad (cadena perpetua), tomaron la decisión más difícil de sus vidas: “dejar una huella de nobleza, sacrificio, Fe en Dios y en ellos mismos”. 

 Pero, aún más dramático es el caso de algunos reos que por la gravedad de sus delitos, esperan que se cumpla la sentencia dictada por el juez, “muerte”. Esto ocurre en ciertos estados de los Estados Unidos de Norteamérica, dónde existe la pena de muerte. Pero lo más increíble es que se han documentado casos de presos sentenciados a muerte, que contra toda lógica humana, cambiaron sus vidas: de mala a noble; y por supuesto, no faltan aquellos que estando en la cárcel, se convirtieron en verdaderos cristianos.

¡Cuán difícil es alcanzar estas metas! Tener todo en contra, ver sólo muerte y oscuridad, es una situación que doblega al más fuerte de los mortales.  Mantenerse vivo, como lo hizo Miguel de Cervantes Saavedra, el Manco de Lepanto, en la prisión de Argel, en el siglo XVI, como resultado de la batalla naval de Lepanto (enfrentamiento entre el imperio turco Otomano y los cristianos; o igual como lo consiguieron no muchos soldados en las prisiones de Vietnam, es una gran proeza: merecedora de grandes reconocimientos. Pero, "cuánto más" habría que destacar a un ser humano, que en iguales condiciones, decida dejar un legado de grandeza y superación a la humanidad, más que todo a la juventud que siempre ha estado desorientada… Cabe resaltar que Miguel de Cervantes Saavedra le dejó a la humanidad, grandes obras literarias, que han contribuido al desarrollo de la lengua española, tal como su obra cumbre, Don Quijote de la Mancha; probablemente, la obra mas editada y traducida después de la Biblia.

No podemos pasar por alto el extraordinario valor, sacrifico y entrega a la humanidad, de ese gran maestro y líder: “Nelson Mandela”; quién, también, estuvo durante largos años en la cárcel.

El mayor sacrificio lo hizo Nuestro Señor Jesucristo, quien nos abrió la puerta del cielo para que todos nosotros; podamos tener la fuerza necesaria para seguir en el camino de la superación, la esperanza y la fe en un mañana mejor… “Jesús es el camino, la verdad y la vida”. Y sin lugar a dudas, todos los héroes de la historia humana, como los antes mencionados, se inspiraron en la grandeza de Jesucristo.



Por:
Eric Enrique Aragón                                                                                

miércoles, 15 de enero de 2014

Sueños que se hacen realidad…

Debemos aprender de los niños. No estaba equivocado Jesús cuando dijo: “De cierto os digo, el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”.  Sin distinción de época, lugar o nivel social, todos ellos comparten una cualidad: “los sueños”. ¡Jamás encontrará un niño que no sea soñador!  Hasta aquellos que tienen alguna enfermedad terminal, sueñan con levantarse de la cama para ir a jugar o para abrazar a su abnegada mamá…  ¡Dios bendiga a los niños que padecen enfermedades!

¡Qué grandeza demuestran los niños! ¡Y que vanidad la de los adultos! Éstos se enorgullecen por las cosas insignificantes que realizan, por ejemplo, quién toma más cerveza, compra los bienes más caros o en el caso de las mujeres, la que se pone más productos de belleza para verse hermosa… ¡Qué equivocadas están! La naturaleza las hizo bellísimas como las estrellas.

Nunca permita que sus lindos sueños desaparezcan.  No importa la edad que tenga, busque los sueños que alguna vez tuvo y que por el camino se perdieron.  Haga su último esfuerzo por mantener la llama viva de la esperanza. Quizás soñó con tener un hogar bendecido por Dios, educar bien a sus hijos o conocer el verdadero amor… En fin, usted desde corta edad  formó sus propios sueños, no los deje en el olvido. Trabajar duro para lograr los ideales (o sueños) hace que nuestra existencia terrenal sea más confortable.

La persona que carece de “lindos sueños" vive en un mundo oscuro, sin amor ni motivación.  Usted toma su propia decisión. Desarrolle ideales de superación y verá que este mundo; a pesar de la crueldad que contiene, le proporciona mucha felicidad. Todo depende de la forma como usted observe el ambiente que lo rodea.

Helen Keller, estadounidense nacida en el año 1880, a pesar de haber quedado sordociega por una enfermedad a los meses de nacida, logró sus sueños: convertirse en autora de libros, oradora y gran ejemplo de sacrificio y tenacidad para la humanidad…  ¡Cuánto más puede alcanzar usted que tiene mejor salud!




Por:
Eric Enrique Aragón


miércoles, 1 de enero de 2014

¿Cuáles son tus planes para el año 2014?


Qué lindo son las celebraciones de fin de año. Una gran parte de la población, en todos los continentes, sólo piensan en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Las principales vías y centros comerciales se ven saturados de gente que va y viene. Algunos se dedican a comprar y otros a retirar sus ahorros de los bancos; incluso, hasta los que andan por malos caminos, también, se les ve afanados, pues, buscan a sus víctimas. 

Cuando llega la fiesta en la noche, ya sea en la casa o en centros de diversiones: todos los invitados y no invitados -pues, siempre llegan algunos que nadie invitó, pero, son conocidos- se desbordan en alegría, emociones y gritos. Y no faltan aquellos que juran, hasta por las piedras, que en el año nuevo, harán cambios positivos en sus vidas… Sin embargo, a lo largo del año nada cambia; siguen con sus vidas carentes de motivación e ideales.

Si todos nosotros hiciéramos, aunque sea un pequeño esfuerzo para mejorar algo en nuestras vidas; sin lugar a dudas, se notaría el cambio.  Pero, más que reflejarse el cambio en la parte exterior, lo sentiríamos en el corazón. El cambio positivo en los seres humanos debe interpretarse como una inmensa satisfacción y poderosa motivación que impulsa a seguir por el camino que pocos utilizan o la mayoría prematuramente abandona: “el camino de la superación, que está saturado de obstáculos, pero, que al final ofrece excelentes premios…”

Volvemos a la misma pregunta. ¿Cuáles son tus planes para el año 2014? ¿Hiciste por lo menos un pequeño plan? ¿Realmente vas a cambiar algo en tu vida? ¿Estás dispuesto al sacrificio y a separar de tu vida un poco de cosas malas?  ¿O acaso eres cómo la mayoría? ¡Pura palabrería y nada de acción! En fin, nunca olvides que tú eres el único que puede hacer cambios en su propia existencia… Nadie lo hará por ti y no pueden. Solamente tú conoces el potencial y las debilidades que te adornan.

Haga un pequeño plan con el propósito de mejorar algún aspecto. Analice que desea cambiar este año. Por ejemplo, bajar de peso, aumentar sus ingresos, terminar sus estudios; aprender un idioma, consolidar los lazos familiares, comprar una casa.  En  el caso de los jóvenes, mejorar el rendimiento académico.

Empiece con un plan sencillo. El periodo para ejecutar el plan sería de un año, dividido en etapas (trimestres). Al terminar cada etapa usted hará una evaluación y así sabrá que ajustes debe realizar. 

Hagamos un pequeño ensayo. Si usted es un estudiante determine cuáles son las asignaturas que requieren reforzamiento. ¿Matemática? Entonces su plan consiste en obtener una buena calificación en el primer trimestre del año escolar 2014. Esta calificación la deberá mantener o superar en los siguientes trimestres.


Pasos a seguir (Objetivos):

-Sentarme lo más cerca del profesor, para oír con claridad la clase y evitar las interrupciones.
-Pedir con buena educación (al profesor) que me explique nuevamente, en caso de no entender la lección.
-Consultar y practicar los problemas de matemática –que no entienda- con mis compañeros más aventajados.
-Si tengo un familiar que domina la materia o es profesor, pedirle el favor, que me ayude si puede.
-Después de cada clase, practicar en la casa.
-Conseguir el texto escolar usado por el profesor.
-Dormir lo suficiente. Tomar agua, vitaminas y leche; comer huevos de gallina cocidos, cremas de maíz, avenas, cereales, mariscos y frutas. En otras palabras cuidar la buena alimentación; ya que ésta me ayudará a conservar mi mente en condiciones óptimas. Recordar siempre que la mejor alimentación es la más barata... Además, debo hacer ejercicios periódicamente y evitar todo lo negativo que indudablemente perturbará mi razonamiento mental.

¡Importantísimo!  Antes de ir a la escuela, pedir a Dios en oración su bendición… ¡Y para la familia, también!

Con este ejemplo, usted puede diseñar pequeños y sencillos planes para el año 2014. ¡Inténtelo!  No perderá absolutamente nada.  ¡Vale la pena el esfuerzo!






Por:
Eric Enrique Aragón