martes, 22 de octubre de 2013

¡Salve a su hija!

Resulta aberrante y doloroso leer en la prensa internacional un titular como este: “Niña yemení de 8 años muere  en su noche de bodas por lesiones sexuales”.  Tanto se jactan y se esfuerzan  los Estados modernos  por alcanzar excelentes índices de crecimiento económico y de presentar la mejor imagen internacional; sin embargo, todo esto es pura pantalla.   Dentro de cada Estado –por supuesto, unos más que otros- están abusando y asesinando a los niños y niñas, con la complicidad de algunos gobiernos y gente influyente.

Desde hace muchos años gobiernos y grupos extremistas, han utilizado todos los recursos para hacerle creer al mundo libre, que cada pueblo tiene derecho a su propia autodeterminación; por tanto, ni país ni organización foránea debe inmiscuirse en sus asuntos. Al transcurrir los años se ha ido poniendo en evidencia que este discurso, solamente pretendía justificar las violaciones a los derechos humanos, atrocidades y terrorismo... ¡Se trataba de una gran mentira! Las sociedades son hipócritas; cuando les conviene justificar algo, aunque sea perverso, hacen uso de toda clase de artimañas, hasta de lo religioso.

No hay adjetivos en este planeta para describir semejante atrocidad que se practica en las naciones árabes e igualmente en muchas regiones del resto del mundo: “matrimonios arreglados entre niñas y adultos” y todo con la bendición de los padres, gobiernos, jefes religiosos y de la llamada sociedad que se hace la desentendida cuando le conviene…

Se ha tratado de justificar esta práctica, además de los argumentos religiosos (en el caso de los pueblos islámicos),  con el hecho de que es una forma de obtener un mejor bienestar económico para la familia de la niña. Es cierto, que gran parte de la población mundial vive en la extrema pobreza.  No obstante, no hay nada desde ningún punto de vista, en ninguna parte del mundo, que justifique semejante crueldad, que únicamente puede ser ideada y llevada a la práctica por gente demoniaca.

Lo irónico de todo esto es que la mayoría de naciones árabes, incluyendo a Yemen, son Estados Miembros de las Naciones Unidas y han firmado muchos convenios en materia de derechos humanos y protección a la integridad de los niños (Convención sobre los Derechos del Niño).

De acuerdo a la Convención sobre los Derechos del Niño, los Estados Miembros se comprometen a proteger al infante contra todas las formas de explotación y abuso sexual. En otras palabras están obligados a tomar todas las medidas a nivel nacional y en conjunto con la comunidad de naciones, que sean imprescindibles para impedir cualquier abuso contra los niños. 

 La Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Derecho Internacional; los tratados, doctrinas y convenios relacionados con el tema, deben llevar a cada gobierno a considerar “el matrimonio o uniones entre niñas y adultos” como un acto que atenta contra la humanidad y un delito penal grave que debería estar contemplado en todas las Constituciones nacionales, y castigarse con total severidad. 

Independientemente si los Estados son desarrollados o en vías de desarrollo, deben tener bien claro que no puede haber un desarrollo pleno si nuestras niñas son abusadas y asesinadas por agresión sexual. Es como si descuartizaran a nuestras hermanas, hijas, esposas y madres.


Nunca olvide que cada minuto están abusando sexualmente de una niña y que ésta puede ser su hija.

¡Dios bendiga a las niñas y niños que sufren!




Por:

Eric Enrique Aragón