domingo, 7 de octubre de 2012

Los enemigos de la libertad…

Desde tiempos bastante remotos, antes de Cristo (A.C.);en la Edad Antigua, se practicaba la esclavitud.  En aquella época era parte de la actividad económica o el botín de guerra de las naciones más fuertes. 

Se eliminaban de las faz de la tierra –por decirlo así- todos los derechos que pudiera tener un ser humano, sometido a la esclavitud, tales como: la movilidad, libertad de expresión, derechos económicos, tomar sus propias decisiones; en fin, se convertía en un objeto.  En ciertas ocasiones un animal tenía más valor que un esclavo humano. 

A pesar del nivel óptimo de conocimientos que se tiene hoy día –irónicamente- la esclavitud no ha desaparecido. Se puede decir que los poderosos (igual en el pasado) no duermen pensando cómo utilizar todo el poder económico, político y legal, para seguir con las distintas formas de esclavitud que existen en la actualidad, por ejemplo: la utilización de niños para actividades laborales, de guerra, narcotráfico y sexuales.  Estos negocios ilegales e infernales afectan a personas de todas las edades, pero, los más vulnerables son los niños y niñas. A veces estos infantes son comprados o secuestrados, para tal fin. El maltrato físico y emocional que reciben estos niños es dantesco…

También, debería considerarse como una forma de esclavitud moderna, el alza indiscriminada de los productos de primera necesidad para la mayor parte de la población, sin que ésta pueda hacer nada; es decir, que los más necesitados de cualquier país, están a meced de los poderosos sin escrúpulos. ¡Y claro! No faltan aquellos malos empresarios que quisieran acomodar las leyes laborales, para abolir todos los derechos que se puedan al trabajador. A esta gente no le importa con el equilibrio que debe existir entre el capital y el trabajo. 

No obstante, la forma de esclavitud más dura y peligrosa, ya que podría sacudir la misma estructura de la sociedad, llevándola al caos total; es sin lugar a dudas: la pretensión de acabar, restringir o impedir el libre flujo de la información. No importa si los ataques proceden de los empresarios, sindicatos o gobiernos; lo cierto es que hacen mucho daño a la paz que debe existir en los estados modernos.

La información al igual que las ideas, deben fluir libremente a través de todos los medios de comunicación; ya sea la prensa escrita, hablada o visual.  Asimismo, debe existir el libre juego de opiniones por parte de la población en general.  La libertad de información y de expresión, representan la base sólida de la verdadera democracia.  Intentar amordazar ambas, equivale a destruir la democracia, el desarrollo y la paz social.
 
Tanto los gobiernos como los ciudadanos, deben aprender a vivir con estos derechos humanos; a nutrirse de ellos, tal como el bebé necesita la leche materna, para fortalecerse… 


Por:
Eric Enrique Aragón