domingo, 18 de marzo de 2012

Gente laboriosa

Las naciones progresan gracias a hombres y mujeres que no le temen al duro trabajo.

 Valientes personas que se enfrentan día a día a los sacrificios, inclemencias de la naturaleza, a sus propias debilidades y a toda clase de peligros.
 En los cuatro puntos cardinales del planeta, se hallan estos verdaderos héroes: que se levantan al amanecer, se encomiendan a Dios y marchan a la faena diaria; con tal de conseguir el bienestar para sus familias, y por tanto, el desarrollo del país.

No reciben un galardón ni grandes homenajes; pero, se les puede comparar con el dios Zeus (mitología griega).  

 Se sienten en paz con ellos mismos y con la humanidad; porque cuentan con las armas más poderosas: una voluntad inquebrantable para el trabajo y la bendición de Dios.
Gran parte de esta gente trabajadora, desarrolla un gran amor por sus familias y le dejan a sus hijos la mejor herencia: el amor por el trabajo.
 Si los gobernantes del mundo entendieran que la única forma de evitar, que las nuevas generaciones sean vulnerables a la vida fácil, es por medio del amor al trabajo: indudablemente mejorarían las políticas de gobierno en este aspecto.
 “Dios y Nuestro Señor Jesucristo bendigan, hoy y siempre, a estos valientes héroes y a sus familiares



Por:
Eric Enrique Aragón