domingo, 10 de abril de 2011

Posada Carriles ¡Inocente!

Ningún ser humano en este mundo, que presuma ser cristiano o ser una persona de bien, puede aceptar métodos violentos para acabar con un régimen totalitario.

Sin embargo, se debe apreciar la otra cara de la moneda. Los gobiernos que llevan varios años aferrados al poder o que pretenden perpetuarse en éste, únicamente engendran más violencia, odio y rencor. ¡Irónicamente! Existen gobiernos en la actualidad, sobre todo, en Latinoamérica que con supuestos deseos de consolidar la democracia y traer bienestar a los más necesitados, hacen todo lo posible por aniquilar los derechos humanos y la libertad de expresión.

Los regímenes del mal utilizan toda clase de artimañas, tales como, la propaganda engañosa, injustos encarcelamientos, asesinatos, persecuciones, amedrentamientos y otras tácticas nefastas, que son parte de la agenda de los dictadores y sus secuaces. Lamentablemente, éste es el día a día, de ciertos países de África, Asia, América Latina y otras regiones, donde aún –en pleno siglo XXI- existen dictaduras y gobiernos de terror.

Frente a esta cruda realidad mundial, no sería extraño encontrar a miles y miles de personas como Posada Carriles, que comparten el mismo sentimiento de venganza y odio, hacia un gobierno que les arrebató la libertad, sus bienes y la misma vida, a sus familiares y amigos. Cuyo único delito que cometieron fue: Ejercer el derecho inalienable a la libertad, que tiene todo ser humano que viene a este mundo.

Al igual que Posada Carriles, también, hay que sentar en el banquillo de los acusados a todos los gobernantes, colaboradores y personas que utilizan el poder -ya sea económico o político- para avasallar, coartar los derechos humanos, masacrar y robarle las riquezas a los pueblos que depositan su confianza y esperanza (para alcanzar una mejor calidad de vida) en estos malvados hombres…

Posiblemente, en las deliberaciones del jurado, se consideró la otra cara de la moneda… Y a pesar de que los procedimientos usados por el señor Carriles, en su desesperación, por acabar con un régimen que ha gobernado la isla, con sangre y fuego, derramaron sangre inocente, dieron el Veredicto: Posada Carriles ¡INOCENTE!



Por: Eric Enrique Aragón

10 de abril de 2011

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