viernes, 10 de julio de 2009

Un paseo por el cielo...I

Hace varios meses -quizás ya tengo un buen par de años- acostumbro ir en las mañanas, aunque no todos los días, a un centro comercial muy popular, llamado Albrook Mall, ubicado en una extensa área -conocida en el pasado como Zona del Canal -en este lugar estuvieron algunas bases militares de los Estados Unidos de Norteamérica.

Llego casi a la hora en que abren este centro comercial, y me dirijo sin desviarme del camino, al área donde están los restaurantes. Éste es un ambiente muy acogedor. Los restaurantes están ubicados uno al lado del otro -y los hay de todos los tamaños y tipo de servicio: desde comida rápida hasta venta de dulces y helados; y por supuesto, mi preferido capuccino.

Imagínese los restaurantes uno al lado del otro, formando un gran cuadro, cuya entrada es uno de sus lados abierto. En el centro se aprecia una gran cantidad de sillas y mesas con muchos colores y dibujos (anuncios publicitarios) ; también, a la salida se encuentra un gran aparato de diversión para los niños (los llamados caballitos). Y si mira para arriba (hacia el techo del local), habrá más colores, anuncios publicitarios, restaurantes y heladerías; ya que en la parte superior se tiene otro piso...

En fin... se trata de un ambiente acogedor, tranquilo, que distrae la vista e invita a cualquier semejante a reflexionar... Claro...! No se le ocurra ir cuando está lleno de parroquianos, pues no se diferenciará del mercado público...

Al principio no le prestaba atención a nada, me daba igual comprar café aquí o allá... Pero, un día le presté atención a una joven que trabaja en uno de los restaurantes... ¡Bueno...! Otras veces la había observado. Incluso, tenía la idea de que la había visto en otro lugar...Tal vez trabajando en ese mismo restaurante o en otro, pero, de lo que si estoy seguro, es que mi vago recuerdo se remonta al pasado. Cuando ella estaba jovencita... Y no es que sea una vieja... pero, si se ve más madurita. Pienso que su edad debe estar entre los veintiocho y treinta y seis años ...

No sé en que momento me deje llevar por ese sentimiento romántico que siempre me ha traído desdicha, a mi ya fracturada existencia... Esta es una carga muy pesada que me ha puesto al borde del más profundo dolor que pueda sentir un ser humano... Es un defecto para mí, porque me hace creer que existe un mundo perfecto. Donde no hay buenos ni malos; feos ni bonitos; ricos ni pobres: simplemente, gobiernan lo más puros sentimientos del alma... ¡ Sí, es como dar un paseo por el cielo...!

Recuerdo que un día me atendió una joven; no la que me interesa, pues, siempre que llego está en la cocina; nada más la veo cuando sale a dejar las tortillas. Cuando la joven me estaba sirviendo el café, salió de la cocina la que si me interesa, y le preguntó a las personas que estaban en la fila...¡ Que querían comprar! Yo estaba casi enfrente de ella, a un lado de la fila, esperando que la otra joven me despachará el café... En ese preciso momento, la joven que me atendía, me preguntó: ¿ Señor, desea el café con leche...? Ahora recuerdo que además de mi capuccino, pedí un café para un señor que trabaja como guardia de seguridad -éste me solicitó el favor que le comprara café... El asunto es que le contesté a la joven en forma jocosa: que no me dijera señor... " Yo soy joven, soltero y busco una novia... " Me olvidé en ese momento de las personas que estaban en la fila... Únicamente me interesaba la joven... Por cierto...no sé cómo se llama...

Tanto tiempo que me atendió la joven, cuyo nombre no sé, y jamás se me ocurrió -a pesar de que me llamaba la atención- hacer amistad con ella. Tan fácil que resulta para mí iniciar una conversación con las jóvenes y mujeres mayores que me atienden en los restaurantes... Pues, la facilidad de palabras vence la timidez... Y ahora no me atrevo ni a mirarla... Pues, no cabe la menor duda de que la idealice...Como hago cada vez que entró en ese mundo romántico, que tanta angustia ha traído a mi vida, porque me hace ver lo que no existe: creer en la nobleza y la perfección...

Estoy plenamente consciente que se trata de un juego de mi mente, de una mala jugada que me quiere hacer. Actualmente he recibido una serie de noticias negativas... Sin lugar a dudas me encuentro en el mar de la desesperación y el dolor; de modo que la vida misma tenía que rematarme con un golpe certero, como lo hizo muchas veces en el pasado: con un sueño romántico inalcanzable... Y ahora hay que sumar otro elemento cruel que jamás se detiene, no perdona y acaba sin ninguna misericordia con los más nobles ideales... La edad que avanza como aquel condenado a muerte que le rezan en sus últimos momentos de vida...

Entre pensamiento y pensamiento, se me ocurrió la idea de ensayar una novela romántica; o mejor dicho redactar un extracto o resumen de esta novela y ponerla en la Internet, con el fin de avaluar la reacción de los lectores...


CONTINUARÁ...

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